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22-05-2014

La pesca mantiene los volúmenes de captura pero los mayores costos empeoraron su situación

Durante 2014 el puerto de Mar del Plata está recibiendo el mismo volumen de materia prima que en los dos años anteriores. Pero las operaciones de pesca resultan cada vez más costosas. Por eso no se percibe el esperado despegue de la actividad que prometía la devaluación.

El imparable encarecimiento de los costos de producción hizo que en pocos meses la industria pesquera argentina viera disueltos los efectos de la devaluación. Las estadísticas oficiales muestran que pese a la transitoria mejora en el tipo de cambio, la actividad permanece estancada.

Los gremios y las empresas reconocen que la situación no es buena y que el sector sigue inmerso en una crisis compleja y difícil de superar.

El testimonio más elocuente de que las cosas siguen sin marchar bien lo ofrece la Patagonia, donde las empresas continúan siendo disueltas, atraviesan por procesos de quiebra y siguen deshaciéndose de sus activos sin despertar el interés de casi ningún inversor.

Mientras tanto en Mar del Plata la industria funciona casi en un nivel de subsistencia. La cantidad de materia prima que está llegando al puerto local es la misma que en los dos años anteriores, pero con la diferencia de que las operaciones de captura y de procesamiento están siendo cada vez más costosas. Según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en los 4 primeros meses de 2014 el puerto local recibió 125 mil toneladas de pescados y mariscos, es decir, casi lo mismo que en 2012 (128 mil toneladas) y que en 2013 (127 mil toneladas).

Pero en las actuales circunstancias, salir en búsqueda del recurso se presenta como un desafío arriesgado para los armadores marplatenses, sobre los que ya pesan fuertes deudas, y a los que por lo tanto no les resulta simple pagar por adelantado los gastos de cada marea sabiendo de antemano que podrán terminar perdiendo dinero.

En un hecho que en muchos casos, lo que los pescadores obtienen por las ventas de sus capturas no alcanza a cubrir sus deudas. Los altos costos y la falta de rentabilidad ya provocaron la caída de numerosos compañías en el sur, víctimas de un modelo que las limita a la explotación de un único recurso, como el langostino o el calamar.

En localidades como Puerto Madryn o Puerto Deseado ya fueron desmanteladas decenas de compañías, lo que trajo aparejado un crecimiento en los niveles de desempleo y provocó la migración de parte de la población.

La industria marplatense pudo ampararse hasta ahora en la ventaja de basarse en un modelo mucho más diversificado, que le permite alternar en la explotación de distintas especies para compensar pérdidas. Pero esas pérdidas están resultando cada vez más significativas y difíciles de manejar.

Falta de competitividad

En el frente externo las cosas tampoco son auspiciosas, ya que a la pesca le está resultando cada vez más complejo mantenerse en algunos mercados en los que no es competitiva.

Este es un fenómeno que afecta a muchas economías regionales del país, las cuales están quedando fuera de juego por no manejar los mismos costos que sus competidores internacionales.

A pesar de la distancia geográfica, Nueva Zelanda acaba de destronar a la Argentina como principal proveedor del leche en Chile. No sería de extrañar que por razones de costos, los productos pesqueros argentinos comiencen a ser desplazados en mercados cercanos a manos de otros producidos en países mucho más competitivos.

Como suele suceder, el principal recurso que en estos momentos está alimentando al circuito productivo marplatense es la merluza hubbsi, cuyos desembarques también se mantienen en los mismos niveles que en los últimos años. Según el Minagri, en el primer cuatrimestre de 2014, el puerto local recibió 49,3 mil toneladas de este recurso, es decir, una cifra casi idéntica a la del mismo período de 2012 (50,6 mil toneladas) y de 2013 (49,7 mil toneladas)

No existen, tampoco, variaciones significativas con respecto a la participación de las distintas flotas en las capturas ya que, según los datos, el 75% de la merluza hubbsi que se desembarcó en Mar del Plata fue aportado por los buques fresqueros y el 25% restante por los congeladores.

Oficialmente, también se advierte que la cantidad de materia prima que llega para ser procesada en tierra se mantiene en niveles constantes. Entre enero y abril últimos, por ejemplo, las descargas de merluza en la ciudad fueron de 49,8 mil toneladas mientras que las del mismo período de 2013 fueron de 49,3 mil toneladas y en 2012 de 52,2 mil toneladas.

Todos los datos demuestran oficialmente que el volumen de materia prima disponible en Mar del Plata es casi idéntico al de años anteriores. Pero a pesar de eso los gremios y los empresas tienen una percepción mucho más negativa que la de otros tiempos. El mayor problema pasa por la falta de rentabilidad y el estado de quebranto de una industria que tras haber tenido una pequeña dosis de esperanza con la devaluación, ahora teme volver a ser el foco de los principales conflictos económicos y sociales.