Médicos sin Fronteras denuncia casos de violencia contra su personal sanitario
Doctores y enfermeras sufren agresiones físicas y verbales, secuestros y hasta asesinatos en las zonas de conflictos armados. "Las organizaciones médico-humanitarias son utilizadas como botín de guerra", dijo el médico cirujano Carlos Trotta.
La organización internacional médico-humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) salió a denunciar casos de violencia contra su personal sanitario en las zonas de conflictos armados. Según la entidad, médicos y enfermeras sufren agresiones físicas y verbales, secuestros y hasta asesinatos en servicios de emergencia, ambulancias y centros de salud.
"Corren tiempos peligrosos para el personal sanitario. Situaciones hasta hace pocos años impensables por su salvajismo se han casi naturalizado por su frecuencia y reiteración", advirtió Carlos Trotta, médico cirujano y vicepresidente de Médicos sin Fronteras en Latinoamérica.
La mayor cantidad de casos de agresiones y secuestros al personal sanitario se dio en Siria, Sudán del Sur, República Centroafricana y Somalia. "Pese a las agresiones, la esencia de Médicos sin Fronteras es no pedir protección armada. Nosotros no tomamos partida en los conflictos, sólo nos dedicamos a asistir y acompañar a la víctima", señaló Trotta.
Para el doctor, que ejerce la medicina humanitaria en condiciones extremas y en lugares remotos, es "incomprensible" la violencia contra el personal sanitario. "Resultan afectadas las poblaciones a las que se está asistiendo y acompañando, las víctimas de catástrofes naturales, epidemias, hambrunas o conflictos armados con su secuela de heridos, discapacitados, muertos y desplazados (más de 51 millones en el 2013 según cifras del Acnur)", dijo Trotta.
Después de 20 años, Médicos sin Fronteras debió retirarse de Somalia por la muerte de 16 integrantes de su personal y el secuestro de dos enfermeras que se prolongó por 18 meses. En 2013 asesinaron en Siria a un médico ortopedista y este año secuestaron a otros cinco que fueron liberados después de 5 meses. "Hace pocas semanas entraron a mansalva en uno de los hospitales de la organización en República Centroafricana, donde mataron a tres e hirieron a muchos más -recordó Trotta-. Y el 16 de junio dos proyectiles cayeron sobre el hospital de Médicos sin Fronteras en el pueblo de Farandalla, en Sudán del Sur".
Según el cirujano, el ataque y la intimidación muestran una "curva exponencial". Las organizaciones médico-humanitarias, dijo, "son utilizadas como botín de guerra, para dar visibilidad a grupos armados o para maniobras encubiertas" de espionaje. "Fueron asesinados agentes sanitarios empeñados en una campaña de vacunación masiva contra la poliomielitis en Asia porque se sospechaba que estaban siendo usados para obtener información para la Agencia Central de Información de EE.UU, como lo denunció una reconocida publicación médica. Las convenciones internacionales de Ginebra sos sistemáticamente ignoradas", afirmó.
El personal sanitario de Médicos sin Fronteras se dedica a prestar servicio al otro en misiones humanitarias, en medio del caos, la enfermedad y la guerra. Son doctores y enfermeras que enfrentan todo tipo de dificultades y ponen en riesgo su vida, pero no ceden en el compromiso que asumieron: ofrecer ayuda al prójimo en condiciones extremas, en medio de desastres naturales, epidemias, incendios o conflictos bélicos. En su última misión, en diciembre de 2013, Trotta estuvo dos meses en Filipinas, país devastado por un tifón que dejó miles de muertos.
"Nuestros colegios profesionales, universidades, ONG, organismos internacionales y gobiernos, bajo la presión de una sociedad informada y de nosotros mismos como parte de ella, debemos hacer oír nuestra voz antes de que el mundo se vuelva un lugar más violento y enfermo y tanto periodistas como humanitarios se vean obligados a revisar sus protocolos de acción sobre el terreno o deban retirarse definitivamente muy a su pesar porque se trata de compartir vida y el miedo no es una opción", sostuvo Trotta.
Médicos sin Fronteras es una organización humanitaria internacional de acción médica que asiste a poblaciones en situación precaria, a víctimas de catástrofes de origen natural o humano, de pandemias y epidemias y de conflictos armados, sin discriminación por raza, religión o ideología política. Es una organización independiente de todo poder político, económico o religioso.
La entidad está presente en más de 70 países con más de 370 proyectos en marcha y 20 oficinas en los cinco continentes. Cada año, envía al terreno a más de 2.500 profesionales, que colaboran con 29.000 trabajadores locales también contratados por la organización.
Médicos sin Fronteras controla la cadena de distribución de la ayuda, desde su origen hasta su destino final, y llega al lugar de la emergencia en las primeras 48 horas. Además cuenta con 4,6 millones de socios y colaboradores en todo el mundo, que nos permiten financiar nuestras operaciones y actuar con independencia.
La organización tiene más de 40 años de experiencia en acción médico-humanitaria. En reconocimiento a su labor, recibió el Premio Nobel de la Paz en 1999.
