Mar del Plata se encuentra surcada por varios cursos de agua que la atraviesan por debajo de sus calles y edificaciones. De todos ellos, el arroyo Las Chacras es uno de los más célebres ya que justo en su desembocadura, ubicada en Punta Iglesia, en 1857 el portugués Coelho de Meyrelles decidió instalar el saladero que le dio origen a la ciudad.

Durante aquellos tiempos el cauce permanecía a cielo abierto como un accidente geográfico característico y como un lugar de recreación y de reunión al que muchos acudían para obtener agua dulce y lavar sus prendas de vestir.

Pero con el paso de los años distintos gobiernos fueron modelando el paisaje hasta imponer la urbanización en cuadrícula.

Entre las décadas del '10 y del '20 se realizaron entubamientos que colocaron a este curso de agua debajo de la tierra, hasta hacerlo desaparecer casi por completo.

En la zona céntrica, el tramo final de Las Chacras sólo es reconocible por el trazado que realizan las diagonales Alvarez, Pueyrredon y Alberdi, entre la avenida Colón y Punta Iglesia. Debajo del asfalto y de las amplias plazoletas se encuentran los conductos que terminan en el mar.

Pero "aguas arriba", prácticamente ya no existe casi ningún vestigio visible que indique cuál es el cauce original de Las Chacras.

Es que este arroyo fue reconducido por diversos entubamientos, ramales y desvíos que se extienden a lo largo de más de 12 kilómetros desde su nacimiento en la Laguna de Ponce, atravesando más de 20 barrios.

Dentro de la ciudad el curso de agua sólo aparece a cielo abierto por debajo de la Casa del Puente, rodeada por las calles Matheu, Saavedra, Funes y Guido.

Hundimiento sorpresivo

Las obras realizadas para conducir al arroyo por debajo de la tierra, fueron ejecutadas con distintos criterios según las épocas. Las primeras se llevaron a cabo respetando casi con exactitud el recorrido natural del agua.

Pero a medida que la ciudad fue incrementando su densidad y extendiéndose, se hizo necesario ampliar y mejorar la capacidad de los pluviales, lo que obligó a construir nuevos desagües más eficientes.

Así, algunos de los entubamientos originales, si bien quedaron clausurados, todavía siguen existiendo.

Para sorpresa de muchos, la semana pasada una de estas viejas estructuras reapareció tras el hundimiento de la vereda y de parte de la calle en la esquina de Jujuy y Gascón.

Cerca de las 2 de la madrugada del viernes 20 parte de una losa cedió, dejando expuesto un profundo conducto inactivo que corre por debajo de varias manzanas del macrocentro.

Para establecer lo que había sucedido, el municipio debió revisar sus archivos hasta confirmar que a través del pozo era posible acceder a un antiguo conducto que canalizaba el cauce natural de Las Chacras.

Lo llamativo fue observar que sobre esta estructura existen edificaciones cuyos cimientos no están anclados sobre la tierra firme, sino que se encuentran soportados por el abovedado de hormigón del entubamiento.

Según explicó el presidente de Obras Sanitarias, Mario Dell'Olio, quienes lotearon esta zona décadas atrás lo hicieron sin tener en cuenta el riesgo de que sobre este conducto fueran construidas viviendas, comercios y hasta edificios.

Un loteo incorrecto

"Este lugar nunca debería haber sido loteado del modo en el que se lo hizo", comentó.

A pesar de la preocupación inicial, la empresa comprobó que el antiguo entubamiento es sumamente sólido y que no existe peligro de que se produzcan nuevos incidentes en lo inmediato.

Dell'Olio comentó que hace más de 50 años se dispuso que los pluviales sólo sean construidos por debajo de calles y avenidas, razón por la cual, en esa zona las conductos de este arroyo que están operativos recorren la calle Gascón.

El funcionario explicó que ni bien se produjo el hundimiento, ingenieros del municipio y de OSSE analizaron la estructura comprobando que se encuentra en buenas condiciones.

De todos modos, se decidió realizar una revisión integral y efectuar tareas de apuntalamiento.

Según dijo Dell'Olio, desde la semana pasada distintas dependencias están trabajando para reparar los daños y anular definitivamente este conducto, colocándole tabiques que impidan el ingreso de agua.

El funcionario comentó que según los registros de la empresa, este no es el único caso en el que existen entubamientos por debajo de manzanas edificadas, en especial en la cuenca de Las Chacras y del arroyo El Cardalito.

El funcionario aseguró que desde el año 2008, Obras Sanitarias cuenta con un área de Pluviales abocada a realizar "permanentes inspecciones tanto externas como internas de los diferentes conductos", sin que en ningún caso hayan sido detectadas situaciones de riesgo.