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27-07-2014

Un conde en la vieja Mar del Plata

Entre la verdad y la leyenda, el conde Juan Eugenio Chikoff vivió en Buenos Aires durante 71 años. Personaje notorio en ámbitos aristocráticos, durante las temporadas veraniegas enseñaba buenos modales y danzas en Mar del Plata.

En un álbum familiar que alguien atesora en Córdoba hay reliquias que nos remontan a la Mar del Plata de principios de siglo XX. La gran joya de ese relicario es, sin dudas, una foto del conde Juan Eugenio Chikoff, notorio personaje de aquella época.

La poseedora del álbum es María Isabel Converso Roccatagliata de Correas (?para todos Mabel?, aclara), una porteña que se radicó en ?La Docta? hace varias décadas luego de contraer enlace con Jorge Correas, a quien conoció por ?proximidad de carpa? en unas vacaciones marplatenses.

? Mar del Plata es la ciudad que más quiero y donde sigo veraneando todos los años?, asegura Mabel. En realidad, las vacaciones en esta ciudad forman parte de una larga tradición familiar. José Roccatagliata ?su abuelo materno- formaba parte del núcleo social que accedía a la llamada ?Biarritz Argentina?. De hecho, fue socio de los clubes Mar del Plata y Pueyrredon y tuvo una importante residencia de veraneo ?Villa Isabel- en Tucumán 2569, donde se yergue un edificio desde la década del 60.

En el álbum que atesora Mabel hay una foto de aproximadamente 1910 donde se ve a su abuelo José y a su madre Isabel, aún niña en Playa Bristol. En otra, de 1930, vemos a su madre Isabel tomando el té con sus hermanas y primas en el Club Mar del Plata. Y en otra ? toda una rareza- aparece nada menos que el conde Chikoff junto a sus alumnos de buenos modales y baile.

Alcurnia en entredicho

Subsisten dudas de que Juan Eugenio Chikoff haya pertenecido a la nobleza rusa en tiempo de los zares, pero la aristrocracia porteña lo adoptó como lo que decía y parecía ser: un conde.

Se da por cierto que nació en 1896 cerca de Moscú. En 1917 la Revolución Rusa lo sorprendió en París y decidió viajar a Buenos Aires convencido de que el régimen zarista retomaría el poder en pocas semanas. Según relataría luego en círculos íntimos, su familia fue exterminada.

Con una pequeña fortuna, exquisita educación y dominio de varios idiomas ?nueve, según se dice, incluyendo griego y latín- Juan Eugenio cautivó a la alta sociedad porteña y encontró un novedoso método de subsistencia: la enseñanza de modales, protocolo, ceremonial, danza y patinaje sobre hielo.

Se dice que fue él quien le quitó al tango sus movimientos ?reos y procaces?, para que ingresara en los salones de la aristocracia. Algo habrá de cierto en todo esto, ya que el pianista Manuel Jovés ?autor de ?Patotero sentimental? y ?Nubes de humo?- le dedicó un tango titulado Chikoff.

A poco de llegar el conde desposó en Buenos Aires a la francesa Adélaïde Baechtel con quien tuvo dos hijos: Jorge y Eugenia. Al disolverse el matrimonio, Jorge permaneció con su madre en Francia y Eugenia decidió radicarse en Buenos Aires. Hasta 2013 ?fecha de su muerte- siguió los pasos de su padre y fue conocida mediaticamente como la condesa de Chikoff.

El conde llegó a asesorar al presidente Marcelo Torcuato de Alvear en materia de ceremonial y también a Eva Duarte, a pedido de su esposo, el presidente Perón. En esa época tuvo acceso a los medios de comunicación y ganó trascendencia pública.

Su larga vida transcurrió en Buenos Aires hasta su fallecimiento, el 28 de diciembre de 1988.

En Mar del Plata

Es comprensible que en los años 20 y 30 el conde se sumara a la migración veraniega de la aristocracia y recalara en Mar del Plata, donde impartía clases en los más selectos lugares, incluyendo el suntuoso Club Mar del Plata, que reinó en Luro y la costa hasta su incendio en 1961. Así lo acredita una de las fotos que nos envió Mabel desde Córdoba con las siguientes referencias. ?Fue tomada en 1926 en el salón vidriado al mar del Club Mar del Plata. El del medio, sentado, es el conde Chikoff. Los más altos de atrás son mis tíos. Les enseñaba buenos modales y a bailar, creo que fox trot?, comenta.

Este material salió a luz porque Mabel conserva una estrecha vinculación afectiva con Mar del Plata y sigue su actualidad a través de la edición digital de LA CAPITAL. De tal manera dio con el proyecto Fotos de Familia y decidió remitirnos valiosas piezas de su álbum para que queden incorporadas al conocimiento público de la historia de la ciudad.