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01-08-2014

La conmovedora historia del chico que recibió el primer trasplante renal

Tobías se enfermó cuando tenía 5 años y debió abandonar la escuela para someterse a un largo tratamiento. "No vuelvo nunca más a la máquina de hemodiálisis", dice. Y se muestra contento porque el año que viene regresa al colegio. "El trasplante le cambió la vida", cuenta la madre.

"Mamá, no vuelvo nunca más a la máquina de hemodiálisis". Esas fueron las primeras palabras de Tobías Valdes, el chico de ocho años que se sometió al primer trasplante renal pediátrico de Mar del Plata, tras salir del quirófano del hospital Privado de Comunidad. "El año que viene vuelvo a la escuela, estoy re contento", dice con timidez Tobías, que evoluciona favorablemente a un mes de la operación. "El trasplante le cambió la vida. En realidad, nos cambió la vida a todos", cuenta emocionada Carolina Marino, la madre del nene, mientras le acaricia las manos.

La de Tobías es una historia conmovedora. Se enfermó cuando tenía 5 años, a una semana de haber comenzado primer grado. Fue un golpe duro: debió abandonar la escuela para someterse a un largo tratamiento. "Durante casi dos años tuvo que ir a hemodiálisis tres veces por semana -recuerda Carolina-. Era muy triste y doloroso verlo en un sillón inmovilizado durante cuatro horas. Tobías dependía de una máquina para seguir viviendo".

El nene -hincha fanático de Rosario Central- confiesa que se siente "muy bien" tras el trasplante y cuenta que recibió muchos regalos de sus familiares. "Quiero irme de vacaciones", dice.

Tobías comenzó a atenderse en el hospital Privado de Comunidad, bajo un trámite especial de IOMA, a partir de julio de 2012. Los médicos le diagnosticaron insuficiencia renal crónica secundaria a glomeruloesclerosis focal y segmentaria. Estuvo internado en setiembre y octubre de 2012 para diálisis peritoneal por el estado de su enfermedad. Al alta continuó su diálisis ambulatoria en otro centro y luego hizo su seguimiento en el hospital Privado de Comunidad.

"Tobías se enfermó hace tres años, empezó con un síndrome nefrótico común y corriente. Al principio se atendió en la Clínica del Niño, pero como la enfermedad venía complicándose fue trasladado a La Plata. Arrancó un tratamiento, pero no respondió a la medicación. Se hizo una biopsia en el hospital de la Comunidad y le detectaron la enfermedad", recuerda Carolina.

El chico estaba inscripto en lista de espera para un transplante renal en el hospital María Ludovica de La Plata, pero en noviembre de 2013 se realizó un cambio de lugar y quedó asignado al equipo de transplante renal pediátrico del hospital Privado de Comunidad. "Fueron muchos años de lucha y sufrimiento, de pelear contra la burocracia. Pero nunca perdí las esperanzas. Si no hubiera sido por el apoyo de IOMA, mi hijo no hubiese sido trasplantado", agradece Carolina.

Al disponer Cucaiba de un riñón para Tobías, fue internado en el hospital el 1 de julio y el transplante se realizó al día siguiente en forma exitosa, bajo la cobertura de su obra social, IOMA. La operación, que duró siete horas, fue realizada por el equipo multidisciplinario de la sección de trasplante renal pediátrico. El 15 de julio el chico fue dado de alta y desde entonces evoluciona favorablemente.

Actualmente, Tobías se encuentra en módulo post transplante, autorizado por IOMA, y concurre semanalmente para consultas y seguimientos de laboratorio. "Mi hijo evoluciona muy bien, no tuvo ningún tipo de complicaciones y no necesitó más hemodiálisis. Debe someterse a controles y estudios de rutina todas las semanas y tiene que tomar una medicación de por vida. El año que viene ya puede volver a la escuela", comenta Carolina, que nunca bajó los brazos en su incansable lucha y hasta se quedó sin trabajo al poco tiempo de la enfermedad de Tobías. "El trasplante nos cambió la vida a todos porque hace tres años que no salíamos ni a la esquina. Es como volver a vivir", confiesa la madre, que en la entrevista con LA CAPITAL estuvo acompañada por el director regional de IOMA, Omar Ceberino.

El trasplante de Tobías marca un antes y un después. Es que los pacientes con indicación de trasplante renal pediátrico eran derivados a Buenos Aires, La Plata u otras instituciones del país. Ahora, en cambio, al disponer de un hospital de alta complejidad en la ciudad que realiza este tipo de prácticas, los pacientes y sus familiares ya no tienen la necesidad de trasladarse lejos de su lugar de residencia.

"Cuando el diputado Manino Iriart impulsó mi llegada a IOMA, nos propusimos como objetivo principal poder transformarle la realidad a la gente y tratar de mejorar la calidad de vida. Es una gran satisfacción haber podido cumplir ese objetivo en el caso de Tobías. Es una emoción muy grande porque además este es el primer caso que me tocó atender cuando asumí", sostiene Ceberino. Además destaca el apoyo que recibió por parte del presidente de IOMA, Antonio La Scalelia.

Se apaga el grabador y Ceberino se despide de Carolina y Tobías. El nene sonríe, se coloca el barbijo y toma de la mano a su mamá. "Estamos felices", dice Carolina. Y Tobías vuelve a sonreír.