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14-08-2014

Albina Ruiz Ríos, enseña a convertir los residuos en trabajo digno

Es consultora del Banco Mundial, creadora de la entidad "Ciudad Saludable" y obtuvo el reconocimiento "ambientalista del año" en 2006. "En Mar del Plata hay mucho por hacer y eso es un reto muy rico. Creo que abriendo aristas, con voluntad y ganas se puede" indicó.

"En Mar del Plata hay mucho por hacer y eso es un reto muy rico. Creo que abriendo aristas, con voluntad y ganas se puede" indicó la ambientalista Albina Ruiz Ríos, consultora del Banco Mundial, tras una recorrida por el relleno sanitario de nuestra ciudad, en el playón de trabajo de los recuperadores de residuos y la planta de separación de residuos, gestionada por la cooperativa CURA.

Acompañada por el presidente del Enosur, Marcelo Artime, la especialista en creación y apoyo de emprendimientos de reciclaje, fundadora de la entidad "Ciudad Saludable" que trabaja en proyectos en distintas partes del mundo, participó en Mar del Plata de una jornada de trabajo con funcionarios, técnicos, especialistas en temas de residuos y con gente de CURA.

En ese contexto Ruiz Ríos hizo hincapié en la inclusión social de los recuperadores y en el desembarque de sus emprendimientos en la industria de la separación y el reciclaje y en el trabajo de manera "horizontal, de igual a igual" para tener mayor éxito y lograr la dignificación de la tarea que llevan adelante.

Para la especialista peruana tanto en Mar del Plata como en otros lugares, es fundamental "hacer un estudio de caracterización, saber cuánto residuo genera cada habitante por día, cuál es la composición, cuántos comercios y grandes generadores tenemos para contar porque son los que van a ayudar a la sostenibilidad del proyecto. Todo esto sirve para conocer cuántas personas pueden trabajar en la planta. Esto tiene que ser un negocio y hay que cuidarlo, como también hay que cuidar que los vecinos sigan separando, que los empresarios se sientan confiados y que confíen en ellos", indicó.

Albina Ruiz Ríos es ingeniera industrial, tiene una maestría en ecología y gestión ambiental y un PhD en ingeniería química, pero para ella, la clave es tener una visión "holística" del tema. "Hay que pensar de manera holística, global, de esa manera se van a encontrar todas las salidas. Tenemos que transformar el reciclaje en un empleo decente. Cuando hablamos de sostenibilidad no solo hablamos de inversión. Tenemos la obligación, desde el inicio, de pensar en qué momento va a ser posible el negocio. Una cosa que aprendí a lo largo de estos años es que hay que trabajar con ellos, pero desde el inicio estar pensando en todas las aristas. No se puede pensar solamente en generarles un empleo, sino saber qué volumen se necesita manejar para que sea sostenible, donde está el punto de equilibrio. A partir de ahí, si crece más, en buena hora. Pero eso significa conocer la cadena de valor del reciclaje: a quién vender, a cuánto, dónde está el tope, ¿puedo abrir un mercado externo? ¿Exporto a granel? ¿Puedo agregarle valor al material?", señaló.

La ambientalista y emprendedora contó que hay "casos de mujeres muy creativas que, por ejemplo, han creado microemprendimientos de carteras lindísimas, muy fashion. Pero hay que tener cuidado, no podemos crear muchos de esos porque el mercado no es tan grande. Cualquier emprendimiento hay que llevarlo a la sostenibilidad".

Asimismo la mujer aseveró que todo lo que se plantee y se prometa en el trabajo con los recicladores hay que cumplirlo. "Ellos están confiando en uno, están creyendo en uno. Son, en general, personas que siempre han estado marginadas, mal vistas, incluso a veces perseguidas, insultadas, por eso cuando alguien se acerca cuesta tener la confianza". Eso implica "mucho estudio de factores económicos, ambientales, sociales, de factibilidad del mercado, de tiempos y, la visión holística, humana".

Albina Ruiz Ríos valoró que los recicladores son emprendedores desde el inicio. "No están mendigando, lo que hay que hacer es mejorarles las condiciones de trabajo porque es indigna, inhumana" y que se lo debemos porque "nada nos diferencia de las personas que están trabajando en un basural. Somos iguales, la única diferencia es la oportunidad. No estamos para juzgar, sí para darles una oportunidad".

"La asistencia, la capacitación no es solo cómo llevar los números, cómo organizarse, sino también en cómo sanar. Todos tienen una historia muy difícil, han pasado por cosas que uno no sabe, entonces no se puede pedir que de repente sean líderes democráticos transparentes, que den cuentas. Tienen que sanar, sentirse bien, para eso hemos venido trabajando con una escuela de líderes utilizando terapias de sanación a través del arte y abrazoterapia. Es mejor, porque si se hace una entrada saludable, a la hora de discutir no van a pelear, van a mirarse más como personas", señaló la especialista, que fue galardonada con el reconocimiento "ambientalista del año" en 2006.

Fortalecer a los recicladores es contribuir a garantizar el buen funcionamiento del negocio. "Si están bien, no van a pelear por chismes, por tonterías, como les digo, van a dar la pelea afuera, por un mejor precio, por una ley a favor del emprendimiento".

"Cada proyecto es único"

Desde Ciudad Saludable, Albina asegura que debe trabajarse cada caso de manera particular. No bajar soluciones o fórmulas generales. "Cada proyecto es único, hay ciudades en los que los recicladores trabajan con un triciclo con cajón, otros con una moto y hay lugares en los que tienen un camión. Todo adquirido a través de un crédito, no se regala nada, porque se valora más y se sienten más dignos", indicó.

En ese contexto expresó que "tenenos un programa de créditos, preferimos ser garantes que regalarles. Los guantes les duran más cuando los compran que cuando se los regalan. El mayor trabajo es convencerlos de que pueden, de que valen y que no estén con la cabeza agachada, sino con dignidad, porque están trabajando por el bienestar de todos, tienen un empleo del futuro, están salvando al planeta desde hace años".

Así indicó que son "profesionales del reciclaje", con capacidad de "enseñar y reconocer qué recolectar, qué vender. Ellos saben, no recolectan cosas que no tienen valor. Son emprendedores, sólo necesitan herramientas".

Asimismo consideró que tienen un rol fundamental en la promoción ambiental. "Cuando hacemos sensibilización casa por casa convocamos a cientos de voluntarios, pero van con los recicladores. Y les enseñamos marketing, como herramienta para fidelizar a la gente, a los vecinos.

El valor del PET

Las botellas de aguas o gaseosas, que se descartan por millones sin ningún tipo de reparo, en todas partes del mundo, tienen un gran valor en la industria del reciclado.

"Los PET, es decir las botellas de aguas, de gaseosas tienen un mercado nacional, pero también internacional. Con 3 botellas de litro y medio, puedes hacer una remera, una prenda textil tipo polar. Eso tiene un mercado grande. Mucho va hacia Asia, que lo transforma en fibra y lo vuelve a Estados Unidos, es un ciclo mundial. Pero además, hoy en día en China están haciendo los sistemas de irrigación utilizando este material y eso lo valoriza" detalló Albina Ruiz Ríos. En ese sentido explicó que "hay épocas en las que los compradores se ponen de acuerdo y el precio del PET baja. Eso es perverso, hay que convertir ese circuito perverso en uno realmente bueno para todos".