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22-08-2014

En setiembre inaugurarán la primera mezquita sunita

El edificio fue construido desde cero en Bolívar casi Córdoba. Su aspecto e instalaciones lo constituyen en una auténtica mezquita que estará dedicada a la oración y al estudio del Corán. La obra fue un desafío para profesionales, obreros y artesanos marp

A mediados del mes próximo será abierta al público la primera mezquita sunita de Mar del Plata. Funcionará en un templo construido desde cero en Bolívar casi Córdoba, edificado con aportes de la comunidad musulmana en la Argentina. Se trata de un edificio de 450 metros cuadrados que permanecerá abierto los 365 días del año para que los creyentes puedan reunirse a realizar las 5 oraciones diarias que son pilares del Islam.

El lugar estará dedicado además a la difusión y el estudio del Corán y a la enseñanza del idioma árabe.

El edificio, ya a punto de ser concluido, atrae la mirada de los que transitan por esta zona del centro marplatense.

Su fachada está ornamentada con una inconfundible simbología árabe que la distingue del resto de las viviendas y comercios existentes en el lugar.

Por sobre sus tres pisos la construcción tiene una llamativa cúpula, que como es tradición en este tipo de templos, se alza hacia el cielo desde el centro de la sala de oraciones principal. A su lado se observa una esbelta torre, llamada minarete, que representa el punto más alto de la edificación.

Toda la obra parece haber sido panificada con rigurosidad para que sea considerada como una auténtica mezquita que no tenga casi nada que envidiarle a cualquier otra que pueda existir en cualquier otro lugar del mundo.

En la proyección y la ejecución de los trabajos participaron numerosas personas. Hubo artesanos y especialistas en distintos oficios a los que se les encomendó realizar algunas tareas desafiantes. El frente del edificio, por ejemplo, está compuesto por miles de venecitas que fueron colocadas a mano. El acceso principal luce una compleja obra de decoración realizada por un ceramista y una puerta árabe fabricada por un carpintero y un especialista en vitró.

Si bien la mayor parte de la mano de obra utilizada fue marplatense, hubo algunas tareas que por su dificultad quedaron en manos de expertos extranjeros.

En las paredes del salón de oraciones ubicado en la planta baja, por ejemplo, existen inscripciones de versos del Corán que fueron pintadas por un caligrafista musulmán que llegó al país desde Argelia. "No cualquier persona en el mundo puede hacer un trabajo tan delicado como éste", le dijeron a LA CAPITAL los encargados de la obra.

El origen del proyecto

Por estos días dentro de la mezquita se trabaja de manera acelerada para cumplir con la consigna de inaugurarla a mediados de setiembre.

A esta altura sólo resta completar algunas terminaciones y recibir desde el exterior una serie de elementos importantes para poder dar comienzo con las actividades de culto. Por ejemplo, se espera la llegada de las alfombras que revestirán el piso de las dos salas de oración -una para hombres y otra para mujeres- y la alquibla, que será ubicada en una de las esquinas para referenciar la dirección hacia La Meca.

Si bien los lineamientos generales del proyecto fueron trazados por miembros de la comunidad musulmana, el diseño final y su ejecución estuvieron a cargo del arquitecto marplatense Germán Paulo. Según contó, inicialmente su estudio fue convocado para adecuar la antigua edificación existente en ese lugar, que era utilizada por un grupo de islamitas para orar y estudiar el Corán. "Al comienzo la idea era remodelar el local existente, pero nos empezamos a dar cuenta de que iba a ser muy difícil lograr un buen resultado. Poco a poco nos fuimos entusiasmando hasta que se hizo clara la idea de que lo mejor sería construir una mezquita desde cero", contó Paulo.

El arquitecto le comentó a LA CAPITAL que lejos de lo que se pueda suponer, el dinero dedicado a la ejecución de esta obra no fue superior al necesario para cualquier otro proyecto de construcción convencional. "Si bien el templo es llamativo por su ornamentación, la verdad es que acá no hubo un presupuesto abultadísimo. Por eso se le buscó la vuelta a todo para que el gasto fuera razonable", dijo.

Paulo destacó también el entusiasmo y la dedicación de todos los obreros y artesanos marplatenses que fueron convocados para realizar distintas tareas. "Fue muy lindo ver cómo la gente se fue involucrando para hacer trabajos desafiantes y muy poco comunes", explicó.

Una vez que abra sus puertas al público, la mezquita será el principal centro de oración de los islamitas sunitas de la ciudad, entre los cuales se destacan inmigrantes de Pakistán y Bangladesh y muchos argentinos que recientemente se convirtieron a esta religión.

La idea es que el lugar permanezca abierto todos los días para que la gente se acerque a rezar en un lugar "limpio y puro" siguiendo el ritual preestablecido que, entre otras cosas, exige un lavado previo de manos y pies.