Las docentes ante el desafío de las netbooks y las nuevas tecnologías
La especialista en educación Mariana Maggio considera que hay que preguntarse qué práctica de la enseñanza se genera para que los chicos se vean involucrados en el proceso de construcción compleja del conocimiento.
por Albertina Marquestau
Convertir la netbook en una herramienta para enriquecer la práctica de la enseñanza en el aula es el gran desafío que tienen hoy los educadores. Que el alumno logre incorporar conceptos de matemática a través de una intervención pedagógica que se pueda llevar adelante en una máquina y logre captar toda su atención, es el gran reto. Así lo entiende Mariana Maggio, licenciada en Ciencias de la Educación y magíster en Didáctica por la Universidad de Buenos Aires, quien estuvo en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UNMdP brindando dos cursos.
Maggio, actualmente es profesora adjunta de Tecnología Educativa en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y se desempaña como gerente de Asuntos Públicos y Privados de Microsoft para el Cono Sur. Es autora de numerosas publicaciones de su especialidad, entre ellas el libro Enriquecer la enseñanza. "Los días que se entregan las netbooks en una escuela es una fiesta", asegura la especialista y agrega: "Lo que necesitamos es mantener la fiesta y hacer de eso una práctica que haga que los chicos en lugar de dormirse en la escuela, estén interesados e involucrados en los procesos de construcción del conocimiento, tal como están cuando juegan".
- ¿Cómo ve hoy la práctica de la enseñanza?, le preguntó LA CAPITAL
- Hay particularidades por niveles en la práctica de la enseñanza y también es cierto que desde una perspectiva más genérica una de las cosas que me interesa más debatir tiene que ver con que yo creo que las prácticas muy buenas, son muy escasas. Uno va a una escuela y pregunta: ¿cuál es el docente que hace innovaciones, aquel con el que los alumnos están en clase encantados o el que hace uso intenso de la tecnología? Todos te marcan uno, dos o tres... Ese es el punto que a mí me preocupa hoy. Vivimos en una sociedad muy atravesada por las tecnologías de la comunicación e información, donde esto alcanza los modos en los que el conocimiento se construye, tanto desde una perspectiva especializada como desde los sujetos culturales que somos y que son nuestros alumnos. Frente a esto, las prácticas de la enseñanza en general en nuestras instituciones, son bastante clásicas y esa es una preocupación.
- ¿Por qué?
- Porque hoy esas prácticas clásicas conviven con formas muy interesantes de construcción de conocimiento que suceden en otros lados. Entonces el riesgo que tenemos es que nuestras prácticas, en el marco de las instituciones, pierdan relevancia. Esto me parece un problema serio porque nuestros alumnos están en las instituciones y además hay un tema de la escuela pública que sigue siendo importante, que es la igualdad de oportunidades. Necesitamos que nuestros alumnos en las escuelas públicas y en las universidades públicas, tengan la oportunidad de participar, de tener las mejores prácticas profesionales y ese el tema que me interesa.
Dentro y fuera del aula
- ¿Qué clase de docente ve hoy en el aula: pasivo, cómodo o que quiere modificar esas prácticas?
- Lo que vemos desde la perspectiva de la investigación es que los docentes fueron formados en un mundo totalmente diferente, hicieron sus carreras de formación docente de grado en un mundo que era distinto desde esta perspectiva. Los fenómenos de explosión de redes sociales o de inteligencia colectiva en función de entornos tecnológicos, son bastante recientes.Y uno dice: los docentes tal vez lo están mirando con un poco de asombro o de preocupación, mientras sus alumnos se mandan mensajes de texto o de Whatsapp por abajo del banco. Entonces ahí hay un punto donde decimos, entendemos por qué el docente hace lo que sabe hacer, el tema es que hay que ponerse a pensar en eso. Y volver a pensar lo que hacemos es complejo, pero también tiene una parte muy interesante que es que nosotros mismos para hacer trabajo podemos formar parte de esos fenómenos de inteligencia colectiva. Entonces por ejemplo, en todos los ámbitos hoy los autores de los libros están en Twitter, entonces empieza a darse un gran ámbito de debate público en las redes. Si los docentes formaran parte de esas comunidades y siguieran a esos referentes que les interesan por sus temas de especialidad o que enseñan, se va armando un círculo virtuoso. Formo parte de esos ámbitos donde hay conocimiento, se debate, etc, y después emulo estas formas de construcción del conocimiento desde las prácticas de la enseñanza, pero ya no me son ajenas porque yo mismo formo parte de eso.
- Esto implica no ser docente de 13 a 18 horas, sino casi todo el día, lo que lleva a una mayor apertura y dejar de lado los horarios...
- La gente se preocupa mucho frente a esto de ser el profesional que es las 24 horas, pero la realidad es que está pasando en todas las profesionaes, no sólo en la docencia. Vos como periodista son las 23 horas y estás mirando lo que dicen tus colegas por Twitter, esto forma parte de una redefinición cultural. ¿Qué pasa?, hay que reconocer este fenómeno desde la perspectiva de las políticas y de las organizaciones porque entonces no es cierto que les estamos pagando a los docentes por un trabajo de 4 horas diarias, entonces esto implica revisar sus cargas laborales, hacer rediseños acordes del salario. Me parece que hay que empezar a reconocer esos espacios como de trabajo, que no hay duda que lo son. Ahí el desafío es muy grande desde la perspectiva de las políticas y de las organizaciones. El docente que tiene una propuesta interesante desde la virtualidad lo más probable que las horas en las que no está en la escuela, siga trabajando. Eso hay que reconocerlo y poder decir para empezar, sí reconocemos que estás haciendo esto y es parte de tu trabajo y que es lo mismo que le pasa a las profesiones en todas las áreas.
Las netbooks
- ¿Qué opinión le merece la inclusión de las netbooks en las escuelas?
- Nosotros seguimos la expansión de los programas de acceso con muchísimo interés desde la investigación, el trabajo de campo que venimos haciendo desde hace varios años y la verdad es que Latinoamérica hizo una apuesta enorme en términos de inclusión digital. Me parece, y acá hay un punto central, que hay que darle a semejante inversión un esfuerzo de políticas y apuesta cumplida por parte de la inclusión, un sentido pedagógico. Nosotros tenemos una enorme oportunidad. Cuando miramos un programa como Conectar que entregó más de 4 millones de máquinas en 24 juridiscciones, decimos: ¿para qué son? En términos de las prácticas de la enseñanza, todavía tenemos mucho para hacer. Un trabajo que tiene que ver con el establecimiento de prioridades que nos permita decir: cómo captamos esta oportunidad. Ahora sabemos que nuestros alumnos cuando vamos a clase tienen una máquina, nos encantaría que en todos los casos estén conectados, esto todavía hay que seguir trabajándolo. Pero asumimos que tienen un dispositivo. ¿Qué implica esto en términos de la lectura por ejemplo? Que hay acceso a todos los diarios del mundo o a los libros que los docentes eligen. Una propuesta sería que todos los alumnos en cada año del secundario puedan leer 10 libros en el año. Nosotros podríamos capturar la oportunidad que brindan estos programas desde el punto de vista pedagógico y decir cómo usamos esto para realmente mejorar la calidad de la enseñanza. Esto implica rediseñar la práctica, no alcanza con el dispositivo, y me parece que ahí es donde todavía tenemos mucho trabajo para hacer.
- Lo que manifiestan muchas veces los educadores es que se sienten solos o no cuentan con las herramientas necesarias...
- Nosotros vemos experiencias donde los docentes se alían de una manera muy positiva con los alumnos y por ejemplo, aparecen casos donde los chicos montaron la red de la escuela y los docentes estuvieron muy agradecidos. Creo que también ahí funciona el sistema de ayudas, qué pasa con el docente que sí está trabajando y cómo puede acompañar con ideas a los otros. Empiezan a verse movimientos interesantes en las salas de profesores cuando alguien expone que no sabe cómo aplicar la nueva tecnología en su materia y otro par le da una idea. Pienso que si le decimos al docente, estamos esperando que con esta oportunidad vos puedas empezar a experimentar, a crear, a buscar aunque no encuentres inmediatamente una perspectiva de mayor innovación; creo que los docentes inmediatamente reaccionarían y se pondrían a trabajar. Hay que abrir un debate público sobre semejante oportunidad que tenemos y cómo la aprovechamos.
- ¿Cómo sería?
- Hay dos cosas que a mí me interesan. Una: qué sujetos culturales son nuestros alumnos. Los chicos no se preguntan qué hacen con la tecnología, hacen y listo. Y por otro lado esto se plantea, con la máquina se puede acceder, por ejemplo, a la matemática desde una variedad de aplicaciones que hacen que no sea lo mismo que un profesor lo explique en forma oral a que un alumno lo vea y practique en clase frente a la computadora. Pareciera que es un tema del aparato cuando en realidad es un tema del contenido y de las propuestas. Se cambia el sentido de enseñanza y seguramente se convierte en inolvidable. No hace falta tener la netbook, pero como la tenemos debemos utilizarla y en el momento que eso sucede en el aula, para los alumnos se convierte en una práctica relevante.
- ¿Cómo vive la familia la inclusión de las máquinas y las prácticas en la escuela?
- Las familias viven con mucha alegría y compromiso la oportunidad del acceso, sobre todo en los lugares donde no había. Los días que se entregan las máquinas en una escuela es una fiesta, pero eso es lo que necesitamos, mantener la fiesta y hacer de eso una práctica que haga que los chicos en lugar de dormirse en la escuela, estén interesados, involucrados en los procesos de construcción del conocimiento tal como están cuando juegan. Hoy se escucha a los docentes decir, en todos los niveles, que los chicos no atienden, que están desganados, apáticos. Pero resulta que esos alumnos después están 8 horas jugando en línea y no se levantan ni para ir al baño. Problemas de atención no tienen, lo que necesitan son prácticas que los reconozcan como sujetos y que ellos se sientan protagonistas, como les sucede en los juegos donde tienen que tomar definiciones estratégicas, donde puedan compartir y prestarse ayuda. Si la comparación entre esa posibilidad es un docente que se la pasa tres horas explicando, los chicos se duermen.
- Entonces...
- El problema es de la práctica, por eso hay que preguntarse qué práctica generamos para que los chicos se vean involucrados en el proceso de construcción compleja del conocimiento. Ahí creo que también hay que reconstruir los puentes del conocimiento que sucede en la escuela. Nosotros vemos experiencias muy interesantes de docentes con las nuevas tecnologías que logran formar a ciudadanos a través de un modo de construcción del conocimiento diferente al tradicional y que, sin dudas, es más enriquecedor.
