"Encubrimiento" y "averiguación de ilícito o identidad", los motivos por los que más se detiene a hombres jóvenes
El Centro de Análisis Estratégico del Delito asegura que hubo una tendencia "alcista" en la intervención en este tipo de procedimientos del CPC, pero que "los aprehendidos por esos motivos fueron liberados pocas horas después, sin mayores consecuencias jurídicas".
La "averiguación de ilícito o identidad" y el "encubrimiento" se encuentran en el grupo de motivos principales de intervención del Comando de Prevención Comunitaria (CPC), junto con el "robo sin arma de fuego (consumado y tentado)", el "hurto (consumado y tentado)" y el "robo con arma de fuego (consumado y tentado)".
Estos cinco motivos representaron el 59% del total de los casos "exitosos" o positivos de actuación del CPC, según la "Síntesis del análisis estratégico de los primeros 56 días de funcionamiento del Comando de Prevención Comunitaria del partido de General Pueyrredon", realizado por el Centro de Análisis Estratégico del Delito (CAED), que dirige el doctor Tobías Scheleider.
Este informe analiza los datos surgidos de la actuación del cuerpo desde su implementación, el 6 de julio, hasta el 31 de julio de 2014, es decir, durante los primeros dos meses de funcionamiento y en ese marco, los cinco grupos de intervenciones, sobre la base del reporte de 469 procedimientos positivos o "exitosos" del cuerpo, pero en el que no se registran las intervenciones no exitosas o negativas.
En esta nota, la atención se centra en los casos de "averiguación de identidad o ilícito y encubrimiento", que, según el informe, "evidenciaron una tendencia marcadamente alcista", pero "en contraste, los aprehendidos por esos motivos fueron liberados pocas horas después, sin mayores consecuencias jurídicas".
Asimismo, del informe se desprende que la mayoría de las "aprehensiones" por estos motivos, se da a hombres jóvenes, tanto mayores como menores de edad.
"La averiguación de identidad o ilícito, durante las dos primeras semanas fue el que menor actividad generó y en la última semana se convirtió en el segundo más importante y se multiplicó por diez" advierten los analistas. Asimismo, de los datos surge que "los días con mayor cantidad de aprehendidos por averiguación de identidad o ilícito y encubrimiento fueron los lunes".
La averiguación de identidad, formalmente, es la facultad que tiene el personal policial para limitar la libertad ambulatoria de una persona cuando "… sea necesario conocer su identidad, en circunstancias que razonablemente lo justifiquen, y se niega a identificarse o no tiene la documentación que la acredita".
Según el informe del CAED "a pesar de las reglas pormenorizadas que rigen esta incidencia, la realidad muestra que su respeto es relativo. En algunos casos, hasta siguen existiendo abusos y excesos".
"En general, y en particular con respecto a los casos analizados con intervención del CPC, es habitual que la razón de la intervención no se encuentre justificada de manera expresa. Y su relevamiento pormenorizado muestra que, en efecto, en ningún caso fueron encontrados elementos que fundamentaran la aprehensión. Aún así, distrajeron de la actividad de patrullaje, por varias horas, a los agentes policiales involucrados en ellas".
Para los analistas "el mecanismo llega a utilizarse como una figura residual. Se clasifica así, de manera retrospectiva, a todas las aprehensiones de personas que no pueden fundamentarse de otro modo".
El informe añade que "en esta práctica incurren los funcionarios policiales que, muchas veces, alegan de manera imprecisa, directivas de los agentes fiscales, una vez que se enteran de que la aprehensión es inmotivada o, injustificable".
Además, "como las personas aprehendidas por esta causa son necesariamente liberadas en poco tiempo porque, jurídicamente, nunca debieron haber sido interceptadas, se nutre de manera indirecta la sensación (falsa en todos los casos, como muestran la disminución de las excarcelaciones y la elevación de los tiempos de las condenas) de 'puerta giratoria' del sistema punitivo".
Para los autores del trabajo "esto termina generando en las subjetividades colectivas una relación (falaz) entre la seguridad y la cantidad de detenciones, que lleva a los encargados de planificar y ejecutar las políticas de seguridad a tomar decisiones alejadas del propósito de consolidar la seguridad ciudadana mediante la gestión de los conflictos de manera integral y democrática".
Perfil de los aprehendidos
"En el período analizado, la mayoría de las personas aprehendidas por el CPC por averiguación de ilícito o identidad responden, desde el punto de vista criminológico, a características socioculturales semejantes.
"Si bien los aprehendidos por este motivo tenían, en mayor número, más de 18 años de edad (circunstancia que refleja, por otra parte, la proporción de aprehendidos por el CPC por cualquier motivo), en general, no habían ingresado a esa franja etaria mucho tiempo atrás".
El grupo de los hombres con más de 18 años fue el de mayor importancia numérica entre los aprehendidos. La primera aprehensión de varones menores de 18 años fue en la semana 3, pero a partir de ese momento, nunca desapareció. En la semana 5, fueron aprehendidas las primeras mujeres (ver gráfico).
Los datos indican, además, que el grupo destacado fue el de los varones jóvenes residentes en barrios alejados de la centralidad urbana.
Según el informe, esta práctica "acentúa la estigmatización de integrantes de sectores que, en apariencia, podrían haber sido interceptados por su sola pertenencia a ellos".
El encubrimiento
"En la mayor parte de los casos (y en todos los que ha intervenido el CPC durante el lapso analizado), la acción calificada como encubrimiento responde a la tenencia ilegítima de cosas provenientes de un delito, sabiendo (o 'sospechando', aunque esta última condición ha sido considerada inconstitucional por juristas y jueces) su orígen ilegal. Y entre esas cosas, las más comúnmente detectadas son un automóvil o una motocicleta".
En esta variante, el encubrimiento suele detectarse en la vía pública, "lo que lo haría ingresar en la competencia propia de una policía urbana de proximidad, como pretende ser el CPC".
No obstante, "la observación de los 52 casos registrados en el lapso analizado permite concluir en que este motivo de intervención tiene muchos puntos de contacto con la averiguación de identidad o de ilícito".
Los autores del informe concluyeron que "se utiliza esta figura como residual: ante la falta de pruebas, aunque respecto de un delito específico como es la sustracción de un vehículo automotor, se termina calificando el hecho de esta manera".
Además, señalan que "la mayor parte de las causas motivadas por este delito terminan archivadas o con sus imputados sobreseídos, principalmente por la dificultad de probar el conocimiento del origen ilícito del objeto. Esto implica, en consecuencia, un aliento a la sensación de 'puerta giratoria' ya comentada. También, un dispendio de la actividad policial".
Selectividad
El informe indica que "si se cierra el foco del análisis, una vez más se nota que este motivo de intervención está emparentado con una idea de prevención alejada de los sistemas de seguridad democrática. Si bien será necesario profundizar los relevamientos, varios elementos permiten conjeturar que con la aplicación de esta figura no se busca combatir la sustracción de automotores o, en caso contrario, se está siendo muy ineficiente a ese respecto. En el 81% de los casos, el objeto presuntamente ilícito que motivó la aprehensión por encubrimiento fue una motocicleta, en general de baja cilindrada, o un ciclomotor. Lo anterior cobra mayor significación cuando se repara en la incidencia del robo de automóviles en el Partido de General Pueyrredon" (ver gráfico).
El CPC, en sus primeras ocho semanas de funcionamiento, intervino en 13 procedimientos vinculados con robos o hurtos de automotores en total. "No revestiría seriedad un intento de justificar semejante despliegue de recursos con respecto a este delito, aduciendo que de esta manera se busca evitar la comisión de delitos más graves. En particular, de arrebatos en la vía pública. Esto, porque la mayor parte de los vehículos intercedidos y secuestrados son, como se refirió, motocicletas de baja cilindrada, medio de transporte independiente por excelencia de las clases populares, por su costo de adquisición y mantenimiento".
Además, "el grueso de los procedimientos relevados, por sus características y horarios, presentan un contexto más cercano a situaciones de transporte entre el trabajo y el hogar de los aprehendidos, que una situación de preparación de un delito".
Para los analistas, el encubrimiento "se ha presentado en el período como un motivo de intervención ajeno a la competencia natural del CPC, que distrae sus recursos".
Por otra parte, la mayoría de los procedimientos tuvo lugar en sectores alejados de las zonas de centralidad urbana. Se iniciaron en operativos semejantes a requisas o por pretendidas justificaciones igualmente imprecisas ("maniobras sospechosas", "conductas evasivas", etc.) o, directamente, no explicitadas.
Jóvenes
También en este caso, llamó la atención de los autores del trabajo, "el número alto de aprehendidos menores de 18 años, muy superior a la media de todos los demás motivos de intervención del CPC. Y en el grupo de los mayores de esa edad, el porcentaje más importante es, también, de jóvenes (ver gráfico). De esta manera, se los introduce en el sistema punitivo estatal a partir de, en el mejor de los casos, delitos de muy poca importancia y sin consecuencias concretas".
Los delitos contra la propiedad
Uno de los puntos que detalla el informe del Centro de Análisis Estratégico del Delito (CAED) es que la mayor parte de las intervenciones "exitosas" del CPC estuvieron motivadas por delitos contra la propiedad: robos (perpetrados con y sin arma de fuego) y hurtos. "Junto con los direccionados contra la vida y la integridad física, esos son los delitos que tradicionalmente se asocian a la prevención, por dos motivos: los bienes jurídicos afectados y la probabilidad concreta, más o menos elevada, de evitar su concreción con la proximidad de la agencia policial" indica el análisis.
Los procedimientos del CPC por delitos contra la propiedad han tenido lugar, en su mayoría (81 casos), en la vía pública. Los comercios (56 casos) y las viviendas particulares (38 casos) son las locaciones que siguieron en importancia.
Frecuencia contra gravedad. De los tres delitos contra la propiedad que fueron relevados, el que concitó la mayor atención de los funcionarios policiales del CPC fue el robo sin arma de fuego.
Por este delito, tanto consumado como en grado de tentativa, el CPC informó 121 procedimientos, que representan el 26% de las intervenciones "exitosas" totales. Este fue el motivo que históricamente suscitó más actividad del CPC, con excepción de las últimas semanas, cuando fue alcanzado y hasta superado, precisamente, por el encubrimiento o las incidencias (sobre todo, la averiguación de identidad o de ilícito).
Los procedimientos por hurto, tentado y consumado, fueron escasos: 45 (cerca del 10% del total). Pero más aún lo fueron los vinculados con los robos con arma de fuego, consumados y tentados: 18 (apenas un 4% del total). Además, de esos 18, solo 3 fueron en grado de tentativa.
Localización
La ubicación territorial de estos delitos está bien diferenciada. Mientras que los hurtos muestran, tanto históricamente como para el período estudiado, una distribución más céntrica, los robos con arma de fuego dibujan un arco periférico en el mapa.
Los robos sin arma de fuego, por su parte, mostraron una disposición geográfica más dispersa.
"Esto indica la necesidad de establecer un sistema de prevención inteligente, dinámico y flexible, que permita intervenir y conjurar, en cada zona de la ciudad, las clases de delitos que se desarrollan allí con más frecuencia" sugiere el informe.
Las aprehensiones por delitos contra la propiedad mostraron en el período un comportamiento poco estable. En las tres primeras semanas, aumentaron. En las siguientes, hubo altibajos en los porcentajes de sexo y edad. En todos los casos, el mayor fue el del grupo de los hombres de más de 18 años (entre 52% y 72%). Salvo en la semana 3, en la que hubo una cantidad inédita de varones menores de 18 años aprehendidos por este motivo, la proporción de esta franja etaria ha sido más pequeña.
Solo un 12% de los aprehendidos fueron mujeres, mayores y menores de 18 años.
Tanto el sexo como la edad de los aprehendidos mostraron variaciones según se tratara de robos (con y sin arma de fuego), por un lado, y hurtos, por otro.
Con respecto a este último motivo, es más notoria (aunque menor con respecto a la cantidad general) la participación de mujeres.
