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15-10-2014

El monóxido de carbono y la prevención que no es suficiente

Una encuesta sobre el conocimiento de la población sobre el monóxido de carbono, las consecuencias para la salud y las medidas de prevención, fue realizada por el observatorio de la ciudad de Fasta. Se observó que el 33% de los encuestados no revisa anualmente los artefactos que funcionan a base de combustible en su hogar; solamente el 40% lo hace anualmente, mientras que un porcentaje menor lo ha

El Observatorio de la ciudad de la Universidad Fasta, a partir de una propuesta de trabajo conjunta planteada por el Dr. Miguel Ponce, investigador adjunto de Conicet-Intema, Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata, realizó un estudio sobre la detección y concentración de monóxido de carbono en el ambiente, teniendo en cuenta que todos los años se reportan casos de intoxicaciones y/o muertes provocadas por la exposición a este gas.

El trabajo de campo se organizó en distintas etapas: mediciones de concentración de CO en ambientes externos e internos,y encuestas realizadas a la población en general, en los meses de julio y agosto de 2014.

El monóxido de carbono (CO) es un gas incoloro, inodoro e insípido. Es un contaminante primario, cuyas fuentes de producción se clasifican en naturales y antropogénicas, encontrándose entre estas últimas, la combustión incompleta de artefactos que funcionan con algún tipo de combustible, industrias y transporte. Es un gas altamente nocivo para la salud. Su presencia en el ambiente puede ocasionar importantes daños en la salud, desde intoxicaciones leves hasta incluso provocar la muerte. Los síntomas de intoxicación varían según el grado de la misma, pudiendo mencionarse entre ellos fatiga, debilidad muscular, náuseas, somnolencia, dificultad para pensar, hipotensión arterial, arritmia, pérdida de conciencia.

Mediciones en ambientes externos

Para las mismas se tomaron niveles de monóxido de carbono en puntos de la ciudad considerados estratégicos principalmente por la afluencia de vehículos. Las mediciones en cada uno se tomaron en diferentes momentos del día y en días alternados, utilizando un sensor de gas que registra partes por millón (ppm).

En todos los casos la concentración de CO registrada fue de 0 ppm, independientemente del momento y del día en que se hicieran las mediciones.

Se registraron a su vez emisiones de caños de escape de vehículos constatando que la emisión del gas existe, pero no permanece en el ambiente. Esto puede probablemente atribuirse a las características geográficas de la ciudad, ya que su cercanía a la costa, su relieve llano y el viento dispersan este gas, evitando su concentración.

Se realizaron mediciones en interior de ambientes tales como casas, departamentos, negocios, oficinas, talleres, con el objeto de conocer si existe emanación de CO producto de la combustión de algún artefacto a gas que funcione dentro de ellos. Para ello se aplicó un muestreo no probabilístico, donde las personas aceptaron voluntariamente formar parte de este estudio. Se registraron un total de 137 ambientes interiores, y según el caso, se midieron los artefactos a gas que tuvieran: calefactores, cocinas, termotanques, calefones y calderas.

En las cocinas se midieron por separado las hornallas y el horno, y en el caso de este último, con la puerta cerrada y la puerta abierta, debido a que mucha gente a veces utiliza el horno para calefaccionar el ambiente. En el caso de las hornallas, la mayoría no emite CO aunque un 5% sí lo hace, en concentraciones menores a 35 ppm. Es decir, una de cada 20 hornallas presenta combustión incompleta del gas. Respecto a los hornos, solamente el 32% no emite ningún nivel de monóxido con la puerta abierta. El resto emite en distintas cantidades, y es alarmante que 2 de cada 10 hornos medidos las cantidades duplican y más los límites considerados riesgosos para la salud si se está expuesto una hora. Al considerar esta medición con horno cerrado, las concentraciones son menores, pero igualmente 2 de cada 10 hornos emiten CO.

En referencia a los calefones/termotanques, calefactores y calderas, nuevamente se observa que 1 de cada 20 artefactos medidos emite monóxido de carbono, en concentraciones menores a 35 ppm.

Si bien se puede observar que muchos artefactos medidos emiten monóxido de carbono dentro de los límites considerados, estos están determinados para exposiciones de hasta una hora. Como fue mencionado, para exposiciones de tiempo más prolongadas, los máximos permitidos de concentración disminuyen. Se debe tener en cuenta que los riesgos para la salud se incrementan a medida que se permanece en estos ambientes, en especial si no cuentan con una ventilación adecuada.

Conocimiento de la población

El 97% de los encuestados dijo haber oído hablar del monóxido de carbono. Se solicitó que definieran con sus propias palabras al CO. Gran parte de la muestra lo define como ?un gas?, y algunos agregan distintos adjetivos de connotación negativa como: ?tóxico?, ?letal?, ?nocivo?, ?mortal?. A su vez, también se lo define como ?producto de una combustión?, y en algunos casos se especifica que es ?incompleta? o ?parcial?. Hay una minoría que lo define en forma incorrecta, considerando al monóxido ?una pérdida de gas? o ?un compuesto químico utilizado para el funcionamiento de calefactores y cocinas?.

La mayoría de la muestra identifica las fuentes antropogénicas de producción de este gas mencionando mayoritariamente los artefactos del hogar (cocinas, calefones, calefactores, termotanques), los vehículos y las fábricas.

Casi la totalidad de los encuestados reconoce que CO es un gas y que puede provocar daños en la salud, desde intoxicaciones hasta la muerte. El 75% identifica correctamente que no tiene olor, pero haciendo una lectura inversa, 2 de cada 10 personas creen que tiene olor. Esto es preocupante si se considera lo altamente nocivo que es este gas para la salud, y que la característica que lo hace aún más peligroso son sus propiedades de inodoras, incoloras e insípidas.

Solamente 3 de cada 10 personas encuestadas saben que su presencia en el ambiente no se debe a pérdidas de gas. Hay un 61% de encuestados que asocian la presencia del CO en el ambiente con las pérdidas que pueden ocasionar los artefactos que funcionan a gas. Asimismo, el 59% reconoce que su presencia en el ambiente se debe a una combustión incompleta, y un tercio de los encuestados no lo sabe.

Se identifican principalmente como fuentes de producción los artefactos que funcionan a base de combustibles en el hogar, y en menor medida los vehículos.

Prevención y controles

El 98,7% de las personas que han escuchado hablar del monóxido de carbono consideran importante que se realicen controles sobre todo aquello que produce monóxido.

El 77% alguna vez oyó hablar de medidas para prevenir las intoxicaciones por monóxido de carbono. De esto se puede analizar que casi 1 de cada 4 de las personas encuestadas no conoce medidas para prevenir las intoxicaciones. Entre quienes manifiestan conocerlas, las más mencionadas son: la ventilación de ambientes donde haya artefactos que funcionan a gas, la revisión periódica de dichos artefactos, llamar a gasistas para que controlen y/o instalen artefactos.

Por último, se consultó acerca de la revisión anual de artefactos que funcionan a base de combustibles en el propio hogar.

Se observa que el 33% de los encuestados no revisa anualmente los artefactos que funcionan a base de combustible en su hogar; solamente el 40% lo hace anualmente, mientras que un porcentaje menor lo hace en algunas ocasiones. De las 155 personas que contestaron que ?siempre? o ?a veces? hace revisar sus aparatos que funcionan a base de combustibles en su hogar, el 68% contesta que lo hizo durante el último año. Si consideramos al total de la muestra. El 45,6% de la muestra hizo revisar los aparatos que funcionan a base de combustibles en su hogar durante el último año.