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02-11-2014

Inauguraron el monumento a la Expedición Atlantis

La Expedición Atlantis quedó inmortalizada en la ciudad, en un monumento ubicado en Cabo Corrientes que se inauguró ayer. Toda la tripulación dijo presente y se entregaron diplomas a los "tripulantes honorarios".

Ráfagas de viento del sudeste, familiares, amigos y autoridades, acompañaron ayer a los tripulantes de la Expedición Atlantis en la inauguración al monumento que recuerda los 30 años de esa travesía náutica, ubicado en Cabo Corrientes.

"Que el hombre sepa que el hombre puede", la máxima que guió en su epopeya a Alfredo Barragán, Jorge Iriberri, Horacio Giaccaglia, Daniel Sánchez Magariños y Félix Arrieta, quedó plasmada en las placas que forman parte del monumento instalado en el sector conocido como el "Finisterre argentino", ya que es la tierra nacional que más penetra en el mar.

Además de la tripulación de esa balsa que, sin timón ni motor, unió Santa Cruz de Tenerife con el puerto La Guaira en Venezuela después de 52 días, se hicieron presentes el intendente Gustavo Pulti; el titular de Deportes Mar del Plata, Horacio Tacccone; el presidente del Ente Municipal de Obras y Servicios Urbanos (Enosur), Marcelo Artime; el jefe de la Base Naval, contraalmirante Dalmiro Miguel; el capitán de la Fragata Libertad, Marcos Henson; el titular de la Base Naval, Carlos Cardozo; los concejales Alejandro Ferro y Alejandra Urdampilleta; la ex senadora provincial Cristina Di Rado y la Guardia del Mar.

Luego de las estrofas del Himno Nacional, el capitán de Navío Guillermo Ibaldi recordó que el monumento en cuestión era un homenaje de la Armada a la travesía realizada tres décadas atrás -el mismo fue construido en el astillero Río Santiago y fue trasladado a la ciudad por la misma fuerza- y describió a los tripulantes de la balsa como "gente que no se conforma con ver la vida pasar" que encararon el desafío bajo la máxima de Thomas Edison: "1 por ciento inspiración, 99 por ciento transpiración".

Desafíos

"Se animaron al desafío -añadió el marino- con pasión, fe y perseverancia, en un verdadero ejemplo de trabajo en equipo. Es un hito de la navegación argentina".

Mientras que las rachas de la sudestada despeinaban a algunos y provocaban frío en otros, el capitán de la embarcación, Alfredo Barragán, reseñó parte del desafío que muchos consideraron imposible, ya que se trataba de emular a los africanos que habían podido llegar a América 3 mil años antes que Colón.

Así fue que formó un equipo de deportistas amateurs que se largaron a cruzar el Atlántico en una balsa de troncos, sin timón ni motor, logrando unir Santa Cruz de Tenerife con el puerto La Guaira en Venezuela después de 52 días, originando la frase que puede considerarse un slogan: "Que el hombre sepa que el hombre puede".

"Después de 30 años de aplausos -dijo el capitán- sentimos culpa por robarnos aplausos de quienes también hicieron Atlantis aunque no la navegaron" y nombró a los tripulantes honorarios que no habían recibido hasta ayer su diploma.

Ricardo Poblet, Jorge García Gobbi, Jorge Godoy, Juan Manuel Bordeu y Federico Contessi -representados por familiares y amigos- recibieron su reconocimiento. Otros "tripulantes honorarios" habían sido receptores de su diploma en un acto realizado en Dolores días pasados.

A su turno, el intendente Gustavo Pulti, se preguntó por qué se sorprendían cuando se referían a su coterráneo Barragán (ambos son de Dolores) como "un loco y temerario" generando risas entre todos los presentes.

"Este es el monumento al romanticismo -describió- y una grata amenaza a la indiferencia. Es una invitación a la lucha, a veces sin sentido, a seguir navegando, a la trascendencia. Es un rescate al entusiasmo y a la ilusión". Finalmente, agradeció a los trabajadores municipales y al arquitecto Martín Rosales por concretar el proyecto.

Acto seguido, se procedió al tradicional corte de cintas mientras que la banda de música de la Armada tocaba la Marcha de las Malvinas y la sudestada iba aumentando.