Alcanza sólo con pararse en una esquina para comprobarlo: a seis meses de la resolución que ordena el uso de cascos y chalecos reflectantes, muy pocos motociclistas la respetan.

Ayer, a las cinco de la tarde, por el cruce de la avenida Champagnat y Gascón de 30 motociclistas que pasaron solo 4 de cumplían con la ley. Pero lo que se vio es un reflejo de lo que ocurre en la ciudad. Es poco habitual que esa la ley se cumpla.

Firmada en abril por el jefe de gabinete bonaerense, Alberto Pérez, y aplicada en la ciudad desde el 11 de junio, la resolución 224/14 determina la obligatoriedad para los acompañantes del uso de cascos y chalecos reflectantes con el dominio de la moto impreso. La omisión es considerada como falta grave por las autoridades, que pueden retener el vehículo y la licencia de quien no cumpla la regla.

Entre los considerandos surge que "el chaleco reflectante procurará una mejor identificación del conductor y su acompañante tanto en horas del día como de la noche, brindando mayor protección al aumentar la visibilidad de quien transita", y presume que "el uso del casco contribuirá a disminuir la gravedad de las lesiones en siniestros de tránsito".

Aunque la norma es clara, a casi siete meses de su puesta en vigencia una gran mayoría de los acompañantes la incumple y no hay controles puntuales para asegurar que se respete. Es que según explicaron desde la Municipalidad, el uso del casco y del chaleco en los acompañantes se controla en las operativos generales que se realizan todos los días en distintos puntos de la ciudad. Cuando se para una moto se le requiere al conductor todos los requisitos legales que debe cumplir para circular y entre ellos se certifica el uso de casco y de chaleco en los acompañantes.

De todas maneras, la informalidad de los conductores se refleja en las cifras: en 2012 se secuestraron aproximadamente 2.000 motos; en 2013, 3.000 y el año pasado 4.000.