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12-02-2015

La pesca marplatense sigue decayendo en medio de un récord de exportaciones

En un 2014 récord para las exportaciones pesqueras argentinas, el 46% de la facturación se basó en el langostino. Pero las ventas de muchas otras especies claves para Mar del Plata cayeron en toneladas y divisas. También están retrocediendo las capturas por influencia de los altos costos de la actividad.

Si bien la comercialización de langostino permitió que el año 2014 concluyera con un nuevo récord en materia de exportaciones, la industria pesquera sigue con atención la evolución de muchas otras variables que muestran la existencia de un sostenido y generalizado deterioro en los niveles de actividad y de rentabilidad del sector. Los datos difundidos días atrás por el gobierno nacional reportaron que el año pasado las ventas de pescados y de mariscos al exterior alcanzaron los 1579 millones de dólares, registrando un incremento del 7,51% con respecto a 2013.

Pero un análisis más detallado muestra que el 46% de esta facturación tuvo su origen en las ventas de langostino, un recurso que durante 2014 tuvo un rendimiento y precios internacionales tan inusuales como extraordinarios que difícilmente se sostengan. Las principales beneficiadas por este fenómeno fueron las empresas dedicadas a la explotación de esta especie, con una incidencia secundaria en Mar del Plata.

Es un hecho que sin la misma demanda y valor que tuvo el langostino, las exportaciones pesqueras argentinas hubiesen tenido en 2014 un resultado entre regular y malo. Es que por sus características, la pesca marplatense se mantiene relativamente ajena a lo que ocurra con este recurso debido que su actividad se basa fundamentalmente en la explotación de una amplia variedad de pescados, cuyas capturas, precios y nivel de demanda están en problemas desde hace tiempo.

Si bien el negocio de la merluza hubbsi se mantiene relativamente estable en cuanto a ventas y descargas, empresarios y trabajadores advierten la existencia de serias dificultades con muchas otras especies que nutren de materia prima al circuito productivo local.

Es claro que la explotación de corvina blanca, anchoíta, abadejo, gatuzo y caballa y de al menos otras 20 especies, está resultando cada vez más compleja y costosa. Se trata de recursos que en los últimos años comenzaron a alejarse de la costa, obligando a la flota a realizar viajes cada vez más prolongados.

Pero no solo su "lejanía" representa un problema. Los crecientes costos ligados a su captura -valores de combustible, insumos, mano de obra e impuestos- están influyendo de un modo decisivo para que esos viajes resulten cada vez más antieconómicos.

Tendencia sólida

Es evidente que el nivel de actividad de muchos buques con asiento en Mar del Plata está en franco descenso desde hace varios años, lo que queda reflejado en las cifras de desembarques.

Durante 2014 las descargas de pescados en el puerto local -exceptuando la merluza hubbsi- sumaron 136 mil toneladas, es decir un 16% menos en comparación con las 156 mil registradas en 2013. Además, este no fue un retroceso ocasional, sino que se inscribió en una tendencia visible desde hace varios años. En 2011, por ejemplo, las descargas de anchoíta, caballa, gatuzo y abadejo habían sido de casi 64 mil toneladas, mientras que en 2014 fueron de apenas 28 mil. Es decir que en comparación con lo ocurrido 3 años atrás, hubo nada menos que unas 35 mil toneladas menos (-55%) de estas especies claves para alimentar al circuito productivo de la industria pesquera y conservera de Mar del Plata.

Empresarios de distinta escala consultados por LA CAPITAL coincidieron en que, al margen de los motivos de orden biológico, las principales razones que explican este fenómeno son de tipo económico. Desde hace tiempo las cámaras del sector vienen señalando que la actividad pesquera dejó de ser rentable y que eso es lo que está provocando una paulatina y marcada declinación del negocio, manteniendo a las empresas en un nivel de subsistencia.

La falta de competitividad, con un dólar "planchado" y costos internos de producción que consumen las ganancias, fue señalada reiteradas veces por la cámaras como un problema de fondo a resolver. Pero los pedidos para obtener mejoras en la devolución de impuestos, la eliminación de cargos sobre el combustible o lograr rebajas en los derechos de exportación nunca recibieron respuesta. En este contexto 2015 arrancó dejando en evidencia que la actividad sigue achicándose. Según la Subsecretaría de Pesca de la Nación, durante enero el puerto marplatense recibió apenas 10 mil toneladas de materia prima, es decir, un 8% menos que en el mismo mes de 2014.

Las cifras confirman la profundización de una tendencia preocupante, que no es nueva y que salta a la vista de quien esté dispuesto a reconocerla.