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26-02-2015

Estremece el brutal homicidio de una anciana durante un asalto

El asesinato de una mujer de 79 años y la golpiza sufrida por su esposo de 82 durante el asalto a una vivienda en el barrio Los Pinares conmociona por la brutalidad y la indefensión de las víctimas. La jubilada murió por estrangulamiento y los golpes recibidos. Los dos delincuentes lograron escapar y la policía intenta identificarlos por los rastros que dejaron en la escena del crimen.

El cadáver de María Cristina Distéfano, una jubilada de 79 años que vivía su ancianidad junto a su esposo de 82 en una casa del barrio Los Pinares, quedó tirado sobre la cama, cubierto por ropas que los propios asesinos sacaron del ropero y arrojaron buscando lo que no había: grandes sumas de dinero. Y no había tal como se los había dicho la mujer, aunque esa verdad incómoda hiciera que la golpearan de un modo brutal y la estrangularan con una media hasta matarla.

El salvajismo con el que actuaron los delincuentes quedó de manifiesto en la escena del crimen: Distéfano tenía alrededor de su cuello una media que le habían enroscado para ahorcarla y su rostro estaba desfigurado por los golpes. Dimas López, esposo de la víctima y que fue quien pidió ayuda aún con sus manos atadas y ensangrentado, también fue blanco de una violencia demencial.

Tal como fue ampliamente difundido en la jornada de ayer, el hecho ocurrió durante la mañana en una casa de Ortega y Gasset y Río Negro, donde los ancianos vivían solos. Los dos delincuentes ingresaron a la vivienda cuando Distéfano abrió la puerta del patio trasero para sacar a su perro, en lo que era el comienzo de un día más.

"Actuaron con una brutalidad que espanta. Las lesiones que tenía la mujer, más allá del estrangulamiento, eran salvajes. El hombre también fue atacado pero pudo soportar más", dijo ayer la fiscal María Isabel Sánchez, quien tiene a su cargo la investigación.

Las primeras averiguaciones y labores en el interior de la casa habrían permitido obtener rastros de importancia para la causa. Incluso trascendió que Peritos Forenses de Policía Científica habrían "levantado" huellas digitales que ahora están siendo analizados.

Aunque inicialmente se había dicho que no hubo faltantes, una fuente confirmó a LA CAPITAL que los asesinos huyeron con poco más de 7.000 pesos que las víctimas tenían por haber cobrado en la jornada de ayer la jubilación.

Sorpresa fatal

A las 7.45, aproximadamente, Distéfano se levantó como cada mañana y se dirigió hasta la cocina, donde calentó agua para ponerse a tomar mate. Su marido continuaba durmiendo en la habitación.

La mujer, luego, pensó en salir al patio trasero y por eso fue hasta la puerta de la cocina y la abrió. Fue entonces que desde el exterior la empujaron dos delincuentes y la obligaron a ingresar. Desde ese momento los golpes no cesaron en el interior de la cocina y la mujer fue sometida por ambos individuos que le exigían la entrega de una fuerte suma de dinero.

Esa suma no existía. Para los investigadores, los asaltantes conocían que López era de origen español y suponían que cobraba una pensión en moneda extranjera. La presunción de que en la casa había gran cantidad de dinero llevó a los dos sujetos, de aproximadamente 30 años, a intensificar la brutalidad sobre Distéfano.

Todo esto sucedía sin que el anciano lo advirtiera, ya que permanecía en su habitación imposibilitado de escuchar. La discapacidad auditiva severa que sufre López lo mantuvo ajeno de la suerte que corría su compañera de toda la vida. Recién cuando uno de los delincuentes entró en su cuarto, el hombre se enfrentó a la violenta situación.

López fue golpeado en medio de exigencia de dinero y sus manos fueron atadas con medias. Los dos delincuentes desordenaron toda la casa en busca de dinero y otros valores, pero solo pudieron alzarse con 7.000 pesos.

Minutos después salieron por la puerta delantera y para ganar definitivamente la calle abrieron el portón de rejas.

El anciano golpeado, maniatado y sangrante buscó a su esposa y la encontró en otra habitación. Estaba en la cama, cubierta por la ropa que los delincuentes habían tirado del ropero. Cuando López se acercó hasta la cama comprobó la tragedia y salió, como pudo, a la calle a pedir ayuda.

Un vecino fue quien lo asistió. "Tenía las manos negras de tan ajustadas que estaban las ataduras. Después cuando fui hasta adentro me encontré con la mujer en la cama. Entonces pedí que llamaran a la policía, que esto era grave", dijo el hombre.

Brutal

Cuando la policía y la fiscal llegaron a la casa también entendieron la gravedad de lo sucedido. En el interior el cuadro era desolador. El cadáver de Distéfano estaba sobre la cama. Presentaba lesiones en la cabeza y el rostro a causa de golpes propinados con la mano. Sin embargo, según posteriormente se conoció por medio de la autopsia, la mujer habría sido golpeada contra la pared y el piso.

La labor forense determinó además que la muerte se produjo por asfixia mecánica por estrangulamiento a lazo, utilizando para ello la media que quedó en el cuello. Los brazos de la mujer mostraban lesiones defensivas y parte del cuero cabelludo había sido desgarrado.

La fiscal Sánchez pudo dialogar con López pero fueron pocos los datos que pudo obtener a raíz del estado de conmoción por el cual el anciano pasaba. De esa charla surgió solo que se trataba de dos hombres, de alrededor de 30 años, y que la violencia obedeció a no haber dinero en la casa. Pero no pudo dar descripciones de los asesinos.

Según pudo saberse, una mujer que pasaba por el lugar vio la huida de uno de los individuos y brindó esos detalles a la fiscal.

Finalmente, trascendió que los peritos que trabajaron en el interior y el frente de la casa pudieron dar con algunas huellas digitales que ahora están siendo analizadas por personal especializado de la Policía Científica.