Tendencia: se reduce el período de adaptación en el Nivel Inicial
La inserción de los niños en maternal y la obligatoriedad de las salas de 4 y 5 años hacen que el período de adaptación tienda a reducirse.
Es la segunda vez que Alejandra transita por el período de adaptación al jardín de sus hijas. Hace cinco años fue con Francisca y ahora con Josefina. En los años que transcurrieron entre una y otra niña, percibe cambios "positivos" que tienen que ver con la reducción del período de adaptación. "Recuerdo que en sala de 2 con la primera, la adaptación duró poco más de un mes. Hoy el tiempo es menor e incluso ya en sala de 3 si ella se queda bien, la primera semana está a tiempo completo", explica.
Las situaciones varían entre las instituciones escolares, pero la tendencia general es que el período de inicio que transitan los niños del nivel Inicial tiende a reducirse aunque no de manera igualitaria en todos los jardines.
Fue a mediados de los 70 cuando un grupo de maestras de un jardín bonaerense encontraron en la adaptación la salida para evitar pasar por escenas de llantos y gritos. Así fue como se instrumentó y luego reglamentó en 1972, este espacio por medio del cual los niños van experimentando día a día y en forma gradual, sus inicios en la vida dentro de la institución escolar.
Hoy, con un sistema educativo que contempla la obligatoriedad de las salas de 4 y 5 años y la escolarización desde los 45 días en adelante, la adaptación tiende a reducirse porque los niños ya están familiarizados. En este marco se lleva adelante el período de inicio que no sólo incluye la adaptación sino también otros factores que apuntan a generar un ámbito fiable para los chicos.
"Los jardines hacen propuestas pedagógicas durante el período de adaptación que responden a las realidades y variables que se les presentan", explica Cecilia Gambini, inspectora del Nivel Inicial quien aclara: "El jardín debe estar abierto las 4 horas, pero siempre se piensa en implementar la adaptación no desde la mirada del adulto, sino del niño".
En este contexto la inspectora, con más de 30 años de experiencia aclara: "Cuando me refiero a las realidades de cada comunidad, por ejemplo digo que en jardines rurales es casi imposible llevar adelante el período de adaptación porque las condiciones no son las mismas a que la se puede tener en la ciudad, entonces ahí es donde se contemplan diferentes peculiaridades".
"Lo importante durante estos procesos es siempre tener la mirada puesta en el niño", asegura Gambini quien aclara: "Un niño no puede estar el horario completo si va a estar llorando, por eso hay que buscar variables para ir creando el ámbito que los haga sentir seguros".
La permanencia o no de los padres durante este tiempo de inicio, es una decisión que queda en manos de cada una de las instituciones. "Hay jardines que invitan a los padres a quedarse y otros que no", comenta la inspectora, quien destaca también la importancia del acompañamiento de los padres. "Entendemos que muchos tienen angustia porque es la primera vez que dejan a sus hijos, pero es importante que se muestren firmes y sepan desde el principio las pautas y normas de la institución", agrega.
Para Gambini no hay dudas que la obligatoriedad de las salas de 4 y 5 años hace que los chicos "estén más preparados" para hacer frente al Jardín "al que van conquistando" haciendo que los períodos de adaptación sean más cortos.
Uno a uno
Gabriela Dragonetti es la directora de Inicial del Colegio IDRA desde hace más de 35 años y en el nivel que conduce enfrentaron el desafío ya hace algunos años de incluir la sala de 18 meses, así que la adaptación la viven desde distintas edades.
"Es importante el horario gradual", asegura la directora quien explica que el objetivo central de este período "es el de la construcción de los vínculos". Y eso se hace "con la tarea del docente dirigida a cada niño, uno a uno". Para la organización de la tarea "la idea es que los nenes se queden con ganas de venir al día siguiente", comenta.
Este período de adaptación según Dragonetti, "es de mucha demanda, tanto para los nenes como para los maestros". Esto porque los nenes tienen que "enfrentar el desafío de quedarse solos en la escuela y eso sólo lo pueden hacer una vez que conocen·. Por eso este proceso tiene que ser gradual, "un establecimiento de vínculos estrechos entre cada nene y cada maestra, y a la vez entre los nenes entre sí y también de las familias con los docentes", dice Dragonetti.
El trabajo central en esta etapa pasa por lo vínculos. "Los nenes no pueden quedarse felices en el lugar que no conocen, entonces para eso la propuesta es graduada, está pensada en actividades breves que alienten al conocimiento del espacio físico, de los nenes entre sí y al de la propuesta de actividades", comenta y recalca: "Todo eso requiere de una acomodación de parte de los nenes, que es un desafío importante".
Consultada sobre los miedos de los padres y el rol que juegan en este período de adaptación la directora considera importante que "las familias sepan cómo se va a manejar la escuela y el jardín, qué necesita de los padres, y que los padres se pongan a disposición de los docentes". En este marco resalta lo valioso que es que los padres "conozcan claramente cómo se organiza la rutina escolar, cómo va a ser el día desde el inicio hasta la despedida en este período, cuándo tienen que salir y cuándo entrar al aula, qué actividades tienen que compartir, etc, etc, todo eso hay que explicarlo antes". Cuando los papás comprenden claramente el objetivo de este período, "es mucho más sencilla la tarea", asegura.
En cuanto a las modalidades de integración al jardín, Dragonetti explica que en la institución que conduce optan por hacerla a puertas abiertas. "Nosotros somos partidarios del establecimiento de vínculos de apego, y pensamos que esa confianza que deposita el padre en los docentes se traslada directamente", dice. A la vez que ejemplifica: "Si los padres conocen a los docentes cuando están en la escuela, ven cómo se resuelven las situaciones, cómo contiene a los chicos y les enseña. Eso genera serenidad y confianza en los padres. Los padres no pueden confiar en quien no conocen y eso se construye en este primer período".
En las salas de 4 y 5 años en el Idra la adaptación ya no se implementa, y en el caso de sala de 3 sí, pero no se extiende demasiado, incluso si los chicos están en condiciones pueden quedarse desde el principio. Mientras que los de 18 meses y 2 años es "necesaria".
Un espacio confiable
Para Natalia Ramallo Nuñez, directora del Nivel Inicial de Fasta San Vicente de Paul, el concepto de periodo de adaptación es solo un aspecto de todo lo que implica el inicio. "Es un espacio de adaptación a los horarios, crear nuevos vínculos, recordar a partir del aprendizaje del año anterior, hacer un diagnósticos y empezar a plantear el año", dice. En este marco entiende que tanto en salas de 2 como de 3 años, el trabajo es "intensivo, para generar un ámbito que les resulte afable y confiable de manera gradual". Así es como se ponen en práctica algunas estrategias como subdividir los grupos, trabajar en distintos horarios y esperar que todos se adapten para poder comenzar a trabajar juntos.
Con 25 años de antigüedad, Ramallo recuerda que cuando se inició en la docencia la situación era muy distinta, "Hoy que mucho niños ya están escolarizados desde los 45 días, cuando llegan a sala de 2 o 3 no tienen mayores inconvenientes y se adaptan rápido".
Sobre el rol de los padres en este proceso y la respuesta que se espera dice: "La mayoría trabaja, por eso decide enviarlos al jardín, más allá del beneficio que implica la sociabilidad que se da en el ámbito escolar", y añade: "Los padres deben trabajar, por lo tanto no podemos prolongar demasiada la adaptación".
En este marco destaca que el padre que tomó la decisión de escolarizar a su hijo "se lo tiene que manifestar", esto "no sólo desde lo operativo, sino desde lo verbal y corporal. No es lo mismo el que llega a upa, que el que viene de la mano. El mensaje claro es muy importante a la hora de la adaptación".
Para Ramallo los chicos hoy tienen una capacidad de adaptación "única" y asegura que las situaciones de llanto "se reducen con mimos y afecto".
Por estos días que muchos padres, abuelos y tíos transitan por períodos de adaptación sólo resta asegurarles que la tendencia general es que los tiempos tienden a reducirse y que lo más importante es que tengan en claro que los protagonistas son los niños y que ellos deben acompañarlos para que hagan suyo este nuevo espacio que es el jardín.
