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26-04-2015

Como "fábrica recuperada", Arehepez sigue los pasos de Amanecer y Sadowa

En el horizonte del complicado panorama laboral de Mar del Plata asoma otra fábrica recuperada, siguiendo el camino trazado por las cooperativas de trabajadores de Nuevo Amanecer y Nuevo Sadowa.

En el paso difícil pero esperanzador de convertirse en una fábrica recuperada se encuentra ahora Nuevo Arehepez, tal el nombre de la cooperativa de trabajo que se propone reactivar en el menor tiempo posible la enorme planta de avenida Champagnat entre Rivadavia y Belgrano, que hace casi un año fuera abandonada por su propietario chino, He Hong, dejando en el desamparo a 120 familias.

Días atrás, la cooperativa en ciernes recibió la matrícula provisoria de la Provincia, que representa el paso previo a obtener el reconocimiento definitivo por parte del Inaes (organismo nacional), y que ya le permite continuar con aval oficial las tratativas con otras cooperativas o empresas para reinsertarse en las cadenas productivas, no sólo en la de pescado sino también en las de frutas y verduras y en la de provisión de hielo destinado a los barcos.

"En este momento nuestra necesidad más urgente es la de contar cuanto antes con las habilitaciones y autorizaciones que deben otorgar el Senasa, la Municipalidad y el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS)", comentan a LA CAPITAL cuatro de los consejeros de la cooperativa: Juan Narváez (presidente), Carolina Suárez (secretaria), Roxana Suárez (tesorera) y Víctor Leguizamón (prosecretario).

La cooperativa tiene una comisión directiva de once miembros y han adherido a ella, a partir de la asamblea fundacional del pasado 17 de diciembre, 51 trabajadores, mientras una gran parte del resto del total de 120 sigue en contacto a la espera de las novedades.

Una guardia permanente

Actualmente un comodato les permite contar con la posesión precaria del inmueble y disponer de los elementos para el trabajo, a la vez que cada uno recibe un subsidio de 1.000 pesos otorgado por Trabajo de Nación.

La planta, que ocupa tres cuartas partes de una manzana, tiene tres pisos y contiene ocho cámaras frigoríficas y cinco túneles de frío, se encuentra en buen estado de conservación gracias al esfuerzo de los obreros que desde hace meses mantienen la guardia noche y día, cuidando las instalaciones y evitando su vaciamiento definitivo.

Los trabajadores se reconocen expectantes por el resultado que tengan las últimas gestiones pero no dejan de expresar su agradecimiento a quienes les vienen brindando su apoyo y asesoramiento. Entre otros citan a la conducción del SOIP, a la Universidad Nacional de Mar del Plata, a los abogados que acompañan su proyecto -los mismos que fueron orientadores en la recuperación de Amanecer y Sadowa-, a la Municipalidad, en especial a la Secretaría de la Producción, a la dirección provincial de Fábricas Recuperadas y a las oficinas de Nación.

Expropiaciones, en trámite

En el Concejo Deliberante la causa de Arehepez es llevada adelante en particular por la concejala del Frente para la Victoria Alejandra Urdampilleta, que primero, a principios de marzo, obtuvo del cuerpo legislativo local una resolución de apoyo y luego presentó un proyecto de ordenanza para que el HCD declare de utilidad pública y sujetos a expropiación los bienes muebles, medida que recién quedará firme cuando sea convertida en ley por parte de la Legislatura provincial. Esta última iniciativa tendría sanción del HCD dentro de una o dos semanas.

Changas y choripanes

En tanto, la resistencia de los trabajadores sigue cosechando relatos. Se rotan entre distintos grupos de 15 a 20 personas para cuidar, realizar tareas de mantenimiento y hacer choripanes y empanadas, destinados en primer lugar al consumo de los compañeros más necesitados y luego a la venta al público, con "la que se ganan unos pocos pesos pero bueno... algo suma".

La gran mayoría debió recurrir a las changas en todo tipo de actividades, en un contexto laboral muy difícil, especialmente en la industria del pescado, "en la que -dicen- no siempre hay materia prima, en algún momento te llaman porque hay pescado y después pasan varios días hasta que te vuelven a convocar".

El portal informativo "Qué Digital", que sigue las peripecias de Arehepez desde su origen, tomó como ejemplo de los sacrificios de la gente al presidente de la cooperativa: "Juan Narváez tuvo que vender su auto para poder pagar siete meses que debía de alquiler. Tiene esposa y dos hijos. Desde hace meses es uno de los trabajadores que mantiene ocupada la planta de Arehepez, de Chapagnat y Rivadavia. Tiempo atrás consiguió un trabajo de sereno en horario nocturno. Eso le permitió, medianamente, estabilizarse económicamente y le da la posibilidad de cada mañana pasar por la planta para ponerse al tanto de lo que pasa, para apoyar la ocupación, para resistir y crecer".