En los albores de la década del '60 la televisión daba sus primeros pasos en Mar del Plata y causaba tanta o más fascinación que internet en la actualidad. Los pocos hogares dotados de aparatos de TV -inmensos y para muchos inaccesibles- recibían la constante visita de vecinos o parientes que deseaban integrarse a esa mágica mirada del mundo. Las rígidas imágenes que hasta entonces veíamos en Radiolandia, El Gráfico o en los diarios de la época, ahora tenían movimiento y sonido e ingresaban mágicamente en nuestras casas. Eso sí: en blanco y negro.

En esos días, un adolescente que amaba los deportes e intentaba iniciarse en el mundo de la comunicación fue a pedir trabajo a Canal 8, única emisora televisiva que tenía la ciudad. Le ofrecieron un puesto de cadete en cineteca y lo aceptó en el acto. Cobró su primer sueldo seis meses después, cuando lo efectivizaron, y su debut laboral fue barrer el piso. "Y lo hice silbando, con muchísima alegría, porque estaba adentro de Canal 8", recuerda Jorge Zanier.

La visita de los buzos

Era la época en que bullían las producciones locales y en el edificio de Luro e Yrigoyen se reunían multitudes para presenciar programas en vivo que hicieron historia.

"Yo era muy inquieto, me metía en todas partes. Los sábados, aunque estaba de franco, iba a ayudar en el recordado programa Sábados de Mar y Sierra", narra Zanier, que de esa manera empezó a formarse en la "cocina" de la televisión.

Pero a mediados de los '60 hubo un episodio que lo marcaría:"Vino un grupo de cinco o seis muchachos que traían una película de 16 milímetros y querían verla. El canal tenía el único proyector de 16 milímetros que había en la ciudad. Yo estaba en cineteca y el gerente me dijo: "Pibe, pasales la película". Eran imágenes de buceo que me impactaron. Quedé conectado con esa gente, que por entonces estaba formando el Centro de Actividades Submarinas Escualo. Creo que soy el único socio fundador del CASE que queda con vida, porque todos aquellos muchachos ya se fueron (se emociona)? y desde entonces me surgió la inquietud por mostrar todos los deportes que la gente no conoce y que quizás le gustaría practicar.

Camino a Tiempo Libre

De cineteca, Zanier pasó a ser asistente de estudio y cameraman, a lo que se suma su trabajo como reportero en exteriores con una filmadora de su propiedad para el informativo de Canal 8. Paralelamente obtuvo su carnet de locutor rindiendo examen en Buenos Aires en la misma camada de Norbert Degoas. Eso le permitió debutar como co-conductor en el programa "Marplateando en la cantina" junto a Jorge Marchesini, Chacho Santos, Jorge Copari y Raúl Chanel, tarea que alternaba con la de cameraman.

En 1972, becado por el gobierno de Italia, realizó en la RAI un curso de producción y dirección para TV y en 1975, "estando intervenido el canal, se produce una apertura para aquel que quiera hacer programas. Presenté un guión y propuse como nombre "Activísimo" porque se ajustaba a la moda de la época. El interventor me dijo: "Ese nombre no me gusta, presentame una lista". Yo se la entregué, la leyó y dijo: este es el nombre, Tiempo Libre".

En un trance paulatino, Zanier terminaría su etapa de cameraman para dedicarse a la producción integral y conducción del programa, que comenzó a las 13.30 del sábado 12 de abril de 1975 con las siguientes actividades: caza menor, caza mayor, pesca, arquería y aeromodelismo. Con el tiempo los dos primeros rubros serían "dados de baja", al igual que los segmentos dedicados a armería.

Un ciclo precursor

Una de las particularidades de "Tiempo Libre" es ser el primer programa de ese género en la televisión argentina, aventajando en años a Deporte en Acción y a El Deporte y el Hombre.

El compañero fundacional de Zanier fue el periodista Miguel Angel Rubini, con quien compartió los nervios del primer programa en curiosa asimetría: "A el le temblaba la mejilla derecha y a mí la mejilla izquierda", rememora Zanier.

"Con los años se incorpora Hugo Alfonso y después la que fue madre de mi hijo Gastón, Daria Mirowysz. Luego ingresaron Luis Gómez y luego Alejandro Tomé, denominado 'el periodista audaz' porque hacía cosas muy simpáticas. Después se fue a la Noticia Rebelde con Jorge Guinzburg. Empezaron a aparecer columnistas que nunca habían hecho televisión como Horacio Embón. Por primera vez hizo televisión un señor que hacía surf: Eugenio Weinbaum. Y también nació con nosotros haciendo cine Rodrigo Sabio y haciendo música Pedro Del Buono. En fin, mucha gente que por sus cualidades después progresó".

Tiempo feliz

En la actualidad Tiempo Libre se emite por Canal 8 los domingos a las 21. Zanier está acompañado por Laura Hernández y por su hijo Gastón. Pese a que en 40 años Tiempo Libre fue cambiando de acuerdo a los dictados de las épocas, los objetivos siguen siendo los mismos: "Una de las bases es que no es informativo sino formativo para los chicos, para la juventud, para la gente grande que no sabe a qué dedicar su tiempo libre. Tratar de encaminar a todas las edades a aquello que les gusta".

A cuatro décadas del primer programa y con casi una veintena de premios y distinciones en su haber, Zanier hace un balance del ciclo: "Al principio no fue un boom. A la gente le gustaba, a la familia le gustaba. Pero si yo te digo que el boom de Tiempo Libre es en este momento no me lo vas a creer. Porque antes yo ofrecía poco para los chicos. Con los años fue dedicándole más actividades: natación infantil, gimnasia artística infantil... pero eso fue después de años. Y hoy estoy feliz... y hoy los chicos chiquititos, los adolescentes y la gente grande se fascinan con los perritos que presentamos en cámara. A esta edad y cuando estoy terminando un ciclo, porque todo tiene su fin, puedo decir que Tiempo Libre me ha hecho muy feliz".