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03-05-2015

Sonambulismos: sueños caminando

El sonambulismo es más frecuente en niños de sexo masculino aunque puede observarse en adultos en menor medida

por María Cecilia Anton

El sonambulismo es una perturbación del dormir y del soñar porque el individuo que lo padece deambula en un estado especial de la conciencia. Algunos permanecen con los ojos abiertos y realizan conductas improductivas desde la cama, como dar pellizcos al acolchado; otros caminan, se comunican hasta llegar a realizar actos más o menos complejos.

El sonambulismo es más frecuente en niños de sexo masculino aunque puede observarse en adultos en menor medida. En esos casos, la persona no descansa adecuadamente, puede encontrarse en peligro y perturba además el sueño de los que conviven con él. En general, durante el estado de sonambulismo los sujetos se encuentran calmos con una suerte obediencia automática, aunque se han registrado casos contrarios. La diferencia radical depende en el contenido de sus sueños ya que se piensa que durante el episodio de sonambulismo, se sueña.

A las madres de los niños que consultan al psicólogo preguntando sobre la conducta a seguir se les recomienda: no despertar al niño ya que éste puede entrar en confusión y conducirlo o decirle que regrese a la cama con palabras calmas y firmes.

Generalmente el sonámbulo asusta a la familia pero es más bien un sujeto que se encuentra en peligro, ya que al estar semi adormecido, puede chocarse y golpearse con objetos, caerse, salir a la calle, etc. aunque hay evidencia que el sonámbulo se desplaza motrizmente con una gran seguridad.

El estado de sonambulismo manifiesta como ningún otro fenómeno que existen estados de la conciencia desconocidos, para decirlo de otro modo: existen diferentes estratos de lo inconsciente. Por ejemplo, durante la vida de vigilia, sabemos que ejecutamos muchos actos en forma mecánica, es decir sin conciencia, sin estar dormidos, pues bien, el sonámbulo también ejecuta acciones con contenidos reprimidos que encuentran similar desfiguración que en un sueño. Por ello se abordan analíticamente como expresiones más o menos simbólicas de contenidos inconscientes, aunque la diferencia esencial es que en su mayoría escapan por completo a la consciencia del sujeto y son las personas de su entorno que habitan con él los que presencian la escena sonámbula y la relatan al protagonista con posterioridad. De ese modo las asociaciones libres que un sujeto pueda producir durante el análisis contarían con esta peculiaridad, es decir, estar un tanto teñidas del relato ajeno.

Infantil

¿Hay algo de infantil en la escena sonámbula al escenificar tan sencillamente y por la vía motora determinados contenidos de lo reprimido? Sí, los sonambulismos se parecen a los sueños infantiles descubiertos por Freud por su escasa desfiguración.

Para el psicoanalista Otto Fenichel el sonambulismo es un síntoma de conversión propio de la neurosis histérica y constituye una especie de mezcla de ataques histéricos y estados de sueño histéricos. Señala este autor que en el sonambulismo, a veces lo que está primero es la fuga de la cama, sentida como lugar de tentación sexual. Aunque generalmente el sonambulismo responde a una finalidad positiva hacia la que tiende el sujeto: ya sea un lugar de gratificación potencial de impulsos inconscientes, ya un lugar de reaseguramiento eficaz contra los mismos, o bien ambos a la vez.

Mientras que para el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, se desconocen las circunstancia físicas o mentales que hacen posible el uso de la motilidad durante el sueño, pero no las circunstancias metapsicológicas de su producción. Por ejemplo, hay una experiencia cercana al sonambulismo espontáneo: el sueño hipnótico donde la motilidad se halla libremente accesible a los mandatos del hipnotizador, constituyendo de ese modo un estado de sonambulismo inducido.

Alguien puede soñar y representar motrizmente sus fantasías y deseos durante ciertos sonambulismos, como sucede en menor escala en los somniloquios (quien habla dormido) que comprometen solo el aparato fonador y que exteriorizan cierto contenido del sueño desde la voz.

Pregunta

Podemos preguntarnos: ¿Por qué un deseo onírico puede hacer despertar a la motilidad? Debe tratarse de un deseo particular, uno que implique un movimiento de búsqueda activa para significar un designio, una figuración motriz de determinados deseos inconscientes que representan simbólicamente ir hacia algún lado determinado, salir de alguna situación, alcanzar un deseo o huir de algún temor. El sonambulismo, será este una forma de escritura motriz de las fantasías inconscientes que tramitan las pulsiones sexuales, o sea, pasaje de la pulsión al deseo inconsciente fantasmático y su encarnación en un acto motor en lo real.

El sonambulismo infantil para Fenichel, otro psicoanalista dedicado al estudio del tema, tiene como objetivo concurrir al dormitorio de los padres, como un lugar para presenciar o perturbar secretos sexuales; o bien un lugar de protección ante pesadillas y tentaciones; o las dos cosas a la vez. Cuando el sonambulismo se combina con la pérdida de control de esfínteres, no se trata necesariamente de un petit mal, compatible con convulsiones, sino que puede relacionarse con un estado de excitación sexual inconsciente del niño. En otras ocasiones el sonambulismo representa un intento de huir de la casa En síntesis, el sonambulismo tiene relación con la curiosidad sexual infantil, o con obtener protección parental ante pesadillas y tentaciones, o con el deseo de huir de la casa.

La heterogeneidad frente al fenómeno de esta perturbación del dormir y del soñar que constituyen los sonambulismos nos guían hacia su origen: estados infantiles e inconscientes del sujeto. Ante estos casos, la labor psicoanalítica se centrará en indagar sobre los sentidos particulares de los sonambulismos de cada caso, para descubrir los motivos acerca de por qué y con qué finalidad alguien se levanta de su cama, sonámbulo, si se lo pregunta.