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05-05-2015

Bancos de pelucas para combatir el lado más visible de cáncer, la caída del pelo

En Mar del Plata la ONG Lanitas de Luz se dedica a realizar pelucas para enfermos de cáncer. Crearon un banco especial para adolescentes y mujeres.

A través de bancos de pelucas, varios hospitales argentinos ayudan a pacientes de cáncer a hacer frente a una de las consecuencias más visibles de su enfermedad, la caída del cabello, y contribuyen a que los enfermos hagan las paces frente al espejo y eviten la reclusión.

"Cuando uno piensa en el cáncer, piensa en matar el tumor, pero no hay que perder de vista a la persona, además de curarla hay que darle bienestar", dijo la directora del Instituto de Cáncer de la provincia de Buenos Aires, Alejandra Fontao.

Fontao, una de las principales impulsoras de los bancos de pelucas, explica que los pacientes que se someten a quimioterapia pierden el cabello "más o menos a los 15 días" y "todo a la vez".

"El impacto emocional es muy fuerte, por eso se sugiere que antes se lo corten, que se lo corten muy corto", explica la funcionaria provincial al rememorar la experiencia de su madre, que enfermó de cáncer.

A su juicio, las pelucas y los cursos de automaquillaje que también se imparten a las pacientes oncológicas "son cuestiones estéticas que no son para nada menores, porque sirven para atenuar los efectos colaterales del tratamiento y ayudarlas a que el espejo les devuelva una imagen similar a la que tenían".

Coincide con ella Ana María Ibáñez, directora de la ONG Lanitas de Luz, que comenzó tejiendo gorros para niños enfermos de cáncer, pero después optó por crear un banco de pelucas para las pacientes adolescentes y adultas en un centro médico público de Mar del Plata.

"Se ha comprobado que sentirse bien ayuda a superar la enfermedad", asegura Ibáñez, quien se muestra conmovida por el efecto positivo que puede tener una peluca en las pacientes jóvenes.

"Veíamos que las adolescentes que pierden su pelo largo sufren y se encierran en sus casas y no quieren salir ni ver a nadie porque se sienten peladas", señala.

"Viéndolas con peluca, maquilladas, son otras, tan felices. Les sacamos una sonrisa, que tanto necesitan", agrega.

Aunque existen iniciativas similares en otros lugares del mundo, este proyecto nació del ejemplo de una asociación de lucha contra el cáncer estadounidense que ofrecía "gorritos de tela" a los pacientes, según explicó Carlos Orlando, secretario de la organización.

Desde "Lanitas de Luz" pensaron entonces en las pelucas y organizaron un primer evento en el que invitaron a peluqueros a cortar gratuitamente el cabello a voluntarios que querían donar.

Las pelucas, que en un comercio pueden llegar a costar hasta 10.000 pesos, se prestan gratuitamente por seis meses a las pacientes que lo solicitan, con el compromiso de ir una vez al mes a una peluquería para lavarlas y peinarlas.

Tanto ONG como hospitales hacen campañas públicas para invitar a la población a donar su pelo a través de peluquerías que apoyan la iniciativa.

Todo tipo de cabello sirve, ya sea liso, rizado, ondulado, teñido, canoso, etc. siempre que tenga una longitud de al menos 20 centímetros, aclara Fontao.

Después, el pelo donado es convertido en peluca, ya sea por profesionales o, como en el caso de Lanitas de Luz, en talleres a los que a menudo asisten las propias pacientes o madres de hijos con cáncer, a quienes les sirve de terapia.

El proyecto no excluye a los hombres, pero las dos entrevistadas creen que los varones "aceptan más fácilmente" perder el pelo de forma temporal y señalan que son muy pocos los que se acercan al banco.

Respecto a los pacientes más pequeños, se opta por pañuelos a los que se les puede añadir pelo en los costados o un pequeño flequillo ya que las pelucas "les pican, les incomodan y no les gustan", detalla Ibáñez.

"El cáncer se trata con drogas, pero también hay que pensar en el bienestar de las personas, en especial en casos como el cáncer de mama, el más prevalente, en el que la mujer pierde su mama, el pelo desaparece... Si se evita la depresión, se reduce también la bajada de defensas", asegura la directora del Instituto bonaerense de cáncer.

"En el cáncer de mama, cuando te sacan una mama pertenece al ámbito privado, pero cuando te quedás pelada se hace público ante todo el mundo. Hay que ayudar, proteger e integrarlas", concluye.