Pidieron perpetua para ex futbolista que asesinó y empaló a su pareja
El fiscal Rodolfo Moure pidió ayer prisión perpetua para Daniel Colman, acusado por el crimen de su pareja de 34 años, una mujer asesinada a golpes con cortes en el cuerpo y empalada, en una casa de Santa Clara del Mar en 2013.
Prisión perpetua por asesinar a golpes a su concubina y por ensañarse a tal punto de empalarla con una escoba. Esa pena solicitó el fiscal Rodolfo Moure para Daniel "El Chavo" Colman (45), el ex futbolista que en 2013 perpetró en Santa Clara del Mar uno de los más estremecedores crímenes por estas tierras.
"Yo no quise matar a nadie. No tenía idea lo que estaba haciendo y lo único que le pido a ustedes es que me dejen seguir ayudando a mi familia como lo hago desde la cárcel.
"Confié en la amistad y en el amor, no pensé que iba a pasar esto", fueron las palabras finales de Colman tras conocerse los alegatos en los que su propio abogado sólo pidió que no lo condenen a perpetua.
El Tribunal Oral Nº 3 compuesto por Eduardo Alemano, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro se tomará hasta el próximo jueves para dictar sentencia no solo en relación a Colman sino también a Alfredo López (65), el dueño de la casa en donde ocurrió el crimen y al que se lo acusa de omitir el auxilio a la víctima.
Durante la jornada de ayer se llevaron a cabo los alegatos del fiscal Moure y de los defensores Alejandro Borawski -por Colman- y Eduardo Carmona -por López.
La principal atención, tras el adelanto hecho por Borawski a comienzo del debate de no discutir la autoría por parte de Colman, fue el grado de agravante que cabe en la figura legal imputada.
Es que para el fiscal Moure la circunstancia de la embriaguez de Colman al momento de actuar no significa atenuante alguno. Para Borawski, lo exime del agravante del ensañamiento y, por el contrario, conforma una responsabilidad disminuida.
El hecho
El sábado 1 de junio de 2013 Alfredo López hizo un asado en su casa de Ziguatanejo al 100 para ver un partido de fútbol. Colman y su mujer, Nadia Chaumont (34), además de los tres hijos pequeños de ambos, eran los únicos asistentes.
López y Colman se conocían porque vivían a sólo dos cuadras de distancia. Aunque ninguno de los dos eran de Santa Clara ya estaban afincados y eran personas que no pasaban inadvertidas en esa pequeña población. Colman por haber tenido antecedentes violentos en relación a algunos pretendientes de Chaumont; López por ser un hombre bebedor.
Durante la velada los tres adultos consumieron alcohol y cerca de la medianoche Colman decidió, pese a su estado de embriaguez, llevar solo a sus hijos a la casa ubicada a doscientos metros.
Tras dejar a los menores, Colman regresó hasta la vivienda de la calle Ziguatanejo pero al hacerlo observó por la ventana una escena que no pudo tolerar: López tenía sentada a Chaumont sobre su rodillas y mientras intentaba quitarle una remera con la cara de Luca Prodan la besaba. Se besaban.
Lo que sobrevino posteriormente fue uno de los episodios más aberrantes que se recuerden en la zona. Colman, según quedó establecido por la ciencia forense y por testigos, acometió a los golpes, primero contra López y luego contra Chaumont.
En medio de la furia desatada Colman arrastró a Chaumont hacia el exterior para conducirla hasta un patio en donde, utilizando un palo de escoba, la vejó de un modo salvaje y criminal. Los peritos confirmarían que todas las lesiones que presentaba la víctima fueron vitales, es decir estaba con vida cuando fueron provocadas.
"Tuve que interrumpir la autopsia por el estado en el que estaba el cuerpo", graficó el médico Gabbi, quien calificó lo visto como "un tratado de medicina legal por la variedad y cantidad de lesiones". También aseguró que le recordaba a los tiempos de la "dictadura".
Una vez consumado el estremecedor homicidio, que López no pudo o no quiso evitar -"en las condiciones en las que estaba le resultó imposible", dijo Carmona-, Colman fue detenido por la policía sin mayor dificultad.
Durante la investigación desarrollada por Moure quedó establecido que Colman era dueño de una personalidad violenta y que Chuamont ya había vivido varias veces la consecuencia. Drogas, alcohol y maltrato era cotidiano.
En la jornada de ayer Colman declaró -no lo había hecho nunca- y dijo que estaba arrepentido. Que los golpes que le dio a su amigo y a su mujer habían sido por un ataque de celos. "Después no me acuerdo más nada", indicó.
En su alegato el fiscal sostuvo que "el imputado no se acuerda de lo que no se quiere acordar. A criterio de esta fiscalía no hay ningún tipo de celopatía porque conocía la vida de su esposa y los idas y vueltas. Además reconoció que ya había tenido otro encontronazo con un hombre de allí por una cuestión similar, por lo que no fue una situación imprevista. Todo el pueblo sabía que tenía una relación con este hombre", dijo el fiscal al entender de esa manera que no "hubo un hecho extraordinario que haga reaccionar a Colman".
Con esa afirmación Moure intentó desactivar la estrategia del defensor Borawski por interponer la idea de la emoción violenta.
Para el fiscal, la declaración de Colman fue "mendaz, parcial y aunque aceptó preguntas, como no se acuerda de nada, no respondió".
Como agravantes el fiscal Moure propuso la "condición de mujer de la víctima ya que ahora la normativa da mayores derechos de protección a mujeres y niños; la extensión del daño causado, por haber dejado huérfanos de padre y madre a los menores; y la mecánica del hecho porque eligió un arma, un palo de escoba".
Por todo ello solicitó la pena de prisión perpetua por considerar probado que Colman incurrió en el delito de homicidio agravado por el vínculo y por ensañamiento.
La defensa
El abogado Alejandro Borawsky, defensor de Colman, requirió que sea declarado "inimputable" o que reciba una pena mínima por "circunstancias extraordinarias de atenuación".
Borawski reclamó la inimputabilidad de Colman por el estado de afectación alcohólica en el que estaba, por la emoción violenta, pero, subsidiariamente, pidió que lo condenen pero que revisaran la pena de prisión perpetua y transformarla en la correspondiente a un homicidio simple, sin agravantes. De 8 a 25 años. "Esta claro que era un adicto a las drogas, una afecto-dependencia a la víctima y consumidor de alcohol. En base al dictamen pericial, no pudo dirigir la acción".
En ese mismo sentido, desestimó el ensañamiento porque "para que se produzca tiene que haber intención de provocar daño deliberado. Entendemos que en el rapto pasional lo que falta es la finalidad de causar daño más allá de lo que la golpiza implica. Para nosotros Colman obró sin conciencia final más allá de los golpes y, según la doctrina, se necesita un componente subjetivo de quien sufre el ensañamiento. El médico forense dijo que Chaumont probablemente haya sufrido una pérdida de conocimiento porque tenía golpes en la cabeza y fractura de tabique. Si no hay capacidad de sufrimiento, no puedo configurarse el ensañamiento".
La situación de López fue diferente durante todo el debate, ya que sólo se lo acusó de una conducta reprochable pero sin pena prevista de prisión. "López se comportó de modo inmoral, pero no ilegal", explicó el fiscal Moure y pidió la multa económica correspondiente por el artículo 108. López pidió en sus palabras finales que "se haga justicia".
