Algunos de los integrantes de la Misión Continental de la Fe, de entre 17 y 24 años, se encuentran en la ciudad con el objetivo de "misionar" e interrelacionarse con miembros de la comunidad marplatense.

Instalados en el salón comunitario de la parroquia Cristo Resucitado, ayer compartieron distintos talleres con chicos del barrio El Martillo, participaron de la misa celebrada por el padre David y comenzaron a despedirse de la ciudad, ya que mañana regresan a sus lugares de origen.

Tanto Juan (22 años), Pilar y Martina (de 20 años) son oriundos de Pilar y si bien hace un tiempo que misionan, participaron por primera vez de este encuentro que se realiza en la ciudad en tres oportunidades: Semana Santa, vacaciones de invierno y en verano.

"Divididos en diferentes grupos -contó Juan- salimos a recorrer las casas de los barrios y a escuchar, básicamente. No se trata sólo de llevar la palabra de Jesús y realizar actividades, sino transformar la palabra en acción".

Así las cosas, durante las mañanas de la semana pasada recorrieron casas cercanas, dialogaron con los vecinos y el balance "es muy bueno, porque tuvimos buena recepción. La mayoría de las veces nos abrieron las puertas y no sólo nos escucharon los cristianos, también había vecinos que eran evangélicos y otros Testigos de Jehová", reseñó Pilar.

Martina también consideró como "muy enriquecedora" la experiencia y la describió como "más de escuchar que de hablar. Hay gente que necesita hablar, que se sienten solos, como pasó con muchos mayores".

En tanto, durante las tardes, los misioneros se reunían en el salón parroquial de Cristo Resucitado para charlar, compartir clases de catecismo o diferentes talleres que, si el clima lo permitía como sucedió ayer, los concretaban en el jardín acompañados por los chicos del barrio.

El párroco de Cristo Resucitado, el padre David, ofició de anfitrión y se mostró orgulloso por el trabajo desarrollado por los jóvenes. "Visitaron casas, el hogar de ancianos y un hogar de chicos discapacitados. Se trata de escuchar a la gente y compartir la lógica de la vida", señaló y agradeció especialmente "a la directora del jardin de infantes Jesús Obrero, Patricia Bacchiochi, porque nos prestó las instalaciones para que allí puedan dormir las chicas".

Uno de los misiones consagrados, Alan, es oriundo de El Líbano y por primera vez participó de estas misiones en Mar del Plata. "Fueron testimonios muy duros -describió-, de gente con muchas necesidades, pero me impresionó el amor y la fuerza que tienen".

En el salón parroquial de Cristo Resucitado se realizan actividades de Cáritas y la comida de "La Noche de la Caridad", razón por la que "siempre necesitamos donaciones, como alimentos de todo tipo, ropa de abrigo, y calzado". Los interesados en ayudar pueden llamar al 482-4425.