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27-07-2015

El cadáver de Pablo Bello tenía un tiro en la cabeza

Encontraron restos de plomo en la zona del cráneo. Pese a que los resultados iban a estar la semana próxima, los médicos forenses lograron identificar el cuerpo por sus piezas dentarias. La Justicia tiene firmes sospechas de que fue asesinado.

El cadáver encontrado en una fábrica de harina de pescado abandonada pertenecía a Pablo Bello (35) y según confirmaron los médicos que realizaron la autopsia, tenía un tiro en la cabeza, por lo que la Justicia ya tiene firmes sospechas de que el remisero fue asesinado.

La fiscal María Isabel Sánchez, que estaba a cargo de la causa iniciada por la desaparición de la víctima, no se encontraba en Mar del Plata cuando el sábado un grupo de niños halló el cuerpo. Si bien prácticamente no había dudas de que se trataba de Bello, recién ayer los médicos que hicieron la autopsia pudieron confirmarlo, y la investigadora retornó a la ciudad para comenzar a trabajar en el caso.

Fuentes consultadas por LA CAPITAL confirmaron que el remisero visto con vida por última vez el 24 de mayo pasado fue reconocido por sus piezas dentarias. La familia de Bello, que arribó en horas de la madrugada de ayer a Mar del Plata junto a su abogada, procedente desde Buenos Aires, colaboró con la diligencia.

De esa forma, los resultados de la autopsia que iban a estar listos la semana que viene se adelantaron. Además, durante la operación se descubrió que el cadáver presentaba una herida de bala a la altura del cuello con salida en la zona occipital. Inclusive, en la zona del cráneo se encontraron restos de plomo perteneciente a un revólver calibre 32.

Tanto para la Justicia como para la policía, la posibilidad de que Bello se haya suicidado está prácticamente descartada. De esa forma, tienen firmes sospechas de que al remisero lo mataron y ahora resta establecer quiénes lo hicieron y cuál fue el móvil.

Como informó LA CAPITAL en su edición de ayer, las hipótesis de los investigadores son dos: la primera determina que Bello fue asesinado en manos de vendedores de droga. La segunda, y la que desde hace dos meses sostiene su familia, es que en el homicidio del remisero estaría vinculada su esposa y un amigo de la propia víctima, que tras la desaparición se habría convertido en la nueva pareja de la mujer.

El caso

Pablo Bello desapareció el 24 de mayo pasado y su familia hizo la denuncia un día después. El hombre, que se desempeñaba como remisero sin licencia oficial, estaba casado, vivía junto a su mujer y según figura en la causa, solía consumir drogas.

Desde un principio, la familia de Bello apuntó a la esposa. Según denunciaron, la esposa del remisero rehizo su vida junto a una nueva pareja (un amigo del remisero) a menos de dos semanas de la desaparición de su marido.

Sin embargo, la policía encontró el automóvil de Bello en las inmediaciones de una fábrica de harina de pescado abandonada en Ortiz de Zárate y Cerrito, donde supuestamente funcionaría un aguantadero en el que viven varias familias en condiciones de extrema pobreza y en el que además se vendería droga. Tras confirmar que el remisero solía consumir estupefacientes, los uniformados comenzaron a investigar la pista de un presunto conflicto con delincuentes abocados a la venta de sustancias ilegales.

El sábado por la tarde, un grupo de niños que jugaba en el interior del mismo predio (que había sido allanado por la policía sin obtener resultados positivos) encontró en medio de un basural un cadáver en avanzado estado de descomposición que vestía la misma ropa que Bello al momento de su desaparición y tenía puesta la alianza que simbolizaba su unión matrimonial.

Para los investigadores no había dudas: se trataba del remisero, aunque la confirmación llegó recién ayer con la operación de autopsia. La familia de Pablo Bello ya reclama justicia a través de las redes sociales y en las próximas horas su abogada, Verónica López Jalil, dará a conocer los pasos procesales a seguir.