Juzgarán si Jorge Caldera dejó morir a Bárbara Tiscornia
El juez Facundo Gómez Urso evaluará la prueba reunida por la fiscalía, la querella y la defensa. Luego deberá decidir si el médico que ayudó a su hijo Guillermo a deshacerse del cadáver de la joven podría haberla atendido para salvarla.
El 24 de agosto comenzará el juicio oral y público contra el médico Jorge Caldera para determinar si existió abandono de persona seguido de muerte cuando ayudó a su hijo Guillermo a deshacerse del cadáver de Bárbara Tiscornia (20), la joven de asesinada el 22 de abril de 2003.
A Caldera se lo acusa de abandono agravado de persona, seguido de muerte, ya que aquella madrugada en la que su hijo disparó contra la joven, no habría cumplido con sus obligaciones como médico. Su accionar es lo que será cuestión de debate en la sala del Tribunal Nº 1, que estará representado por el juez Facundo Gómez Urso.
Según la investigación del fiscal Mariano Moyano, Bárbara estaba viva cuando Jorge Caldera llegó al lugar. El investigador reunió elementos suficientes para determinar que no hizo nada para socorrer a la víctima.
El 22 de abril de 2003 Bábara Tiscornia (20) fue asesinada por Guillermo Caldera de un disparo en el rostro durante un encuentro que pretendía ser íntimo dentro del departamento de la familia del asesino, en La Perla.
En 2005, a Caldera se lo confinó a 13 años de prisión pero luego su pena fue reducida a 10 y desde hace ya más de un año se encuentra en libertad con la condena agotada. Se lo había encontrado culpable del asesinato, pero también de llevar el cuerpo hasta un acantilado y arrojarlo, con la intención de confundir a la policía, ya que en aquella época se habían producido algunos crímenes de mujeres cuyos cadáveres aparecieron en la zona de Camet.
Pero a Guillermo Caldera lo ayudaron su padre, Jorge, y su abuela. El padre del asesino de Bábara Tiscornia, un médico reconocido de la ciudad, llegó al departamento cuando la joven aún estaba con vida, según la investigación del fiscal Moyano. Sin embargo, en lugar de tratar de socorrerla se dedicó a limpiar la escena del crimen y además a usar su vehículo para el traslado del cuerpo.
El investigador, que en el debate será reemplazado por Alejandro Pellegrinelli, interpuso en 2012 el requerimiento de elevación a juicio que encontró oposición en el abogado de Caldera, Eduardo Toscano. Por eso debió intervenir la jueza Rosa Frende, que finalmente hizo lugar al pedido del fiscal.
Más tarde, intervino la Cámara de Apelaciones y finalmente el pedido de la fiscalía y de la familia Tiscornia -en particular de Mercedes, la madre de la joven- se llevará a cabo a partir de la semana que viene, más de 12 años después del hecho. En caso de encontrar culpable a Caldera, los jueces podrían aplicarle una pena de entre 5 y 16 años de prisión.
El caso
Bárbara Tiscornia, hija de un médico local, murió de un balazo en la cara alrededor de la 1.30 del 22 de abril de 2003 en un departamento de 11 de Septiembre al 3100.
Su cuerpo apareció a la mañana siguiente, envuelto en mantas y bolsas de residuos, al pie de una barranca de Camet. Guillermo Caldera -quien hacía repartos de empanadas para un comercio céntrico- y Bárbara Tiscornia se habían conocido una semana antes. En la noche del 21 de abril salieron por primera vez y concurrieron al departamento, que pertenecía al médico Jorge Caldera.
Después, su cuerpo apareció sin vida. Había sido tirado desde una barranca.
Guillermo Caldera fue acusado del crimen y se mantuvo siete meses prófugo hasta que decidió entregarse ante las cámaras de televisión. Un tiempo después también se escapó de un centro de rehabilitación, donde buscaba superar su adicción a las drogas, aunque fue detenido en poco más de un día.
El juicio de 2005
En primera instancia, la Justicia determinó que Guillermo Caldera mató intencionalmente en el departamento a Bárbara Tiscornia (20) durante una pelea que podría haberse originado durante una relación sexual.
El joven fue condenado a 13 años de prisión después de un juicio oral y público que tuvo una notable repercusión por la trascendencia del caso.
En el mismo juicio, el médico epidemiológico Jorge Caldera (53), resultó absuelto al no probarse el delito de coacción agravada.
Durante el juicio, Caldera aseguró que Bárbara se apoderó de una pistola que estaba en una cajonera (el arma pertenece al médico, un experto tirador deportivo) y comenzó a manipularla peligrosamente. Ahí se generó un forcejeo que derivó en el disparo que la mató.
Luego -siempre según Caldera- su padre se hizo cargo de la limpieza del departamento y del traslado del cuerpo hasta las barrancas de Camet.
Para fundamentar que Guillermo Caldera tuvo intención de matar a Bárbara, los jueces se basaron en los propios dichos del acusado y en la reconstrucción del hecho que realizó en plena audiencia.
Con ello dieron por demostrado el dominio que tuvo del arma, ya que - según su propia declaración- con una mano tenía tomada la empuñadura y con la otra la mano de la víctima, ubicada sobre la cola del disparador.
El Tribunal también evaluó las características físicas de uno y otro: mientras que la joven medía 1,60 y pesaba 53 kilos, el joven mide 1,70 y tiene contextura atlética, por lo cual podía dirigir las acciones.
Asimismo, tuvo en cuenta que en un momento del forcejeo, el arma quedó apuntado hacia la víctima (a menos de 30 centímetros de su rostro) oportunidad en que se produjo el disparo.
Otro elemento fue que Guillermo Caldera conocía de armas (entre otros antecedentes, había ganado torneos de tiro), y por lo tanto sabía que esa pistola se disparaba manteniendo la mano sobre la empuñadura y accionando uno de sus cuatro seguros en forma simultánea con el gatillo.
