En el barrio Matadero de Mar del Plata, más precisamente en Juncal y Alvarado, un grupo de amigos dirige una escuelita de fútbol. Cuando comenzaron eran apenas un grupo de niños que se juntaba en la plaza del barrio a jugar un rato. Hoy es en una escuelita que tiene distintas categorías, participa en torneos, y sobre todo, se ha convertido en la motivación principal de muchos de los chicos del barrio.

Gonzalo Rojas es uno de los iniciadores del proyecto y contó que de a poco han logrado también avanzar en cuestiones técnicas: la cancha ahora tiene luz, para que también se pueda ir a jugar de noche, mejoraron los arcos y consiguieron vestuario. La semana pasada, el Programa Un Sueño, les llevó pelotas profesionales de fútbol, que fueron donadas por la filial de Estudiantes de La Plata.

Una escuela de fútbol es mucho más que un simple lugar de distracción. Para muchos chicos, sobre todo en zonas marginales, es una motivación y un camino para la integración social. La contención, el trabajar en equipo, el desarrollo de talentos: todo ayuda a que los chicos y adolescentes que participan de estas actividades sientan que tienen algo propio por lo que trabajar.

A pesar del enorme esfuerzo que hacen los profesores, todavía quedan muchas cosas por conseguir para profesionalizar cada vez más este espacio que nació como un lugar de dispersión y que hoy es un sitio para el encuentro. Cualquiera que quiera colaborar puede llamar a la producción de Un Sueño, para donar indumentaria deportiva o cualquier tipo de elemento que sirva para desarrollar el deporte del fútbol.