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28-10-2015

Una escultura de Botero en la plaza cívica del establecimiento

"Dama Reclinada" es la obra de Botero que engalanará al Paseo Cultural y Comercial Aldrey.

"Dama Reclinada", una escultura del prestigioso artista colombiano Fernando Botero, será descubierta esta noche en el marco de la inauguración del Paseo Cultural y Comercial Aldrey.

Donada por Editorial LA CAPITAL, la "Dama Reclinada" se convertirá en la segunda obra existente en el país deFernando Botero. "Dama Reclinada", se suma a "Torso Masculino", instalada en el Parque Thays de la ciudad de Buenos Aires.

La obra de arte fue colocada "en el eje de la Torre del Reloj que, de alguna manera, enlaza ambas arquitecturas que tienen 100 años de diferencia entre sí", en el sector histórico de la vieja terminal.

La instalación de la pieza confeccionada por Botero es una donación del grupo inversor, encabezado por Florencio Aldrey.

Pintor y escultor colombiano, Fernando Botero se graduó en 1950 en el Liceo de la Universidad de Antioquia, sita en su ciudad natal. Posteriormente viajó a España para estudiar a los grandes maestros de la pintura española (en especial a Goya y Velázquez).

Sus primeras obras de retratos, paisajes y escenas costumbristas fueron realizadas con una pincelada muy suelta, que luego se iría empastando progresivamente, al tiempo que tanto la perspectiva como las figuras se volvieron arbitrarias.

A principios de los años ´70, Fernando Botero se estableció en Nueva York, donde sus pinturas le granjearon una notable popularidad en el mercado artístico estadounidense. Entre sus obras más conocidas, cabe destacar "La alcoba nupcial", "Mona Lisa a los doce años" y "El quite". Su traslado a París coincidió con sus primeros trabajos escultóricos, que compartían las características de su obra pictórica.

El estilo de Botero, plenamente figurativo, se caracteriza en lo plástico por cierto aire naif, y en lo temático por la representación de personas y animales siempre como figuras corpulentas, incluso claramente obesas.

En la década de 1980 Fernando Botero se convirtió en uno de los artistas vivos más cotizados del mundo, y algunas esculturas suyas realizadas en bronce, mármol y resina fundida ("Mujer a caballo", "Perro", "La corrida", etc.) pasaron a ser parte integrante del paisaje urbano de las ciudades más importantes del mundo.