El Tren del Alba, Volver al futuro
por Vito Amalfitano
Fue un viaje fascinante. Que aún no terminó. Empezó en un caos infernal en Plaza Constitución, sigue hoy en la búsqueda del amanecer de los pueblos de América. Aquel Tren del Alba atravesó y terminó con el ALCA. Este viaje ahora tiene por delante la misma amenaza con distinto nombre, la ?Alianza del Pacífico?.
Me invitó mi amigo Alberto Toledo para hacer la cobertura histórica, desde el mismo tren, para LA CAPITAL. Fue de lo más extraordinario que me pasó en la profesión. Un viaje con Maradona, Evo Morales (a dos meses de ser ungido presidente de Bolivia), Kusturica, y numerosas personalidades de la cultura, la política, el deporte. El destino, la ?Contracumbre? de Mar del Plata, en el Minella, con Hugo Chávez y Silvio Rodríguez.
Empezó en un caos infernal porque todos se quisieron subir y, la verdad, la organización de Miguel Bonasso y su gente no fue tal. Recuerdo que al cerrarse las puertas del tren mucha gente quedó afuera, con los andenes completos. Y decenas de personas subieron sin boleto alguno. La conferencia de prensa previa de Diego, en la oficina de Ferrocarriles Argentinos en Constitución, fue igual de complicada. Todos a los empujones tratando de preguntar. O de tocar al ídolo. Y robos incluidos en el desbande, como el que sufrió el colega Germán Lagrasta.
Pero una vez en marcha, Maradona vino directamente al vagón de los periodistas para hablar con cada uno de nosotros con suma tranquilidad. Entre unidad y unidad podíamos encontrarnos con Juanse, el cantante de los Ratones Paranoicos, jugando al truco con algunos de los "colados", o con el padre Farinello charlando con Víctor Heredia y la mujer de Rodolfo Walsh. Y promediando el viaje fui a sentarme, en el coche comedor de ?El Marplatense?, nada menos que con Evo Morales, quien me anticipó en una charla mano a mano todo lo que haría meses después como presidente de Bolivia y cabeza de un movimiento emancipatario inédito de los pueblos originarios.
Fue conmovedora la respuesta de la gente en cada parada. En Alejandro Korn, en Brandsen...Maradona era el imán, pero todos sabían de que se trataba. Un pueblo que salía de las cadenas del neoliberalismo y que lejos estaba de volver a anestesiarse, como una buena parte en estos tiempos. Aunque todavía el viaje siga y no haya terminado.
Al bajar del tren nos esperaba una multitud, que nos acompañó en la inolvidable caminata por Luro hasta Independencia y desde allí hasta el estadio. Saludaban desde los edificios y los negocios. Diego caminaba a la par nuestra pero indudablemente encabezaba la histórica manifestación.
Movimiento de pinzas
Colegas y sesudos analistas de aquel día subestimaban eso que estaba ocurriendo. Y lo decían y escribían. Para ellos lo nuestro era sólo folklore, y no tenía supuestamente importancia material. Según ellos lo realmente decisivo se estaba ?cocinando? en la Cumbre de las Américas, en el Hermitage Hotel. Nunca repararon en que todo era parte de lo mismo. Y que Néstor Kirchner y Hugo Chávez, en complicidad con Lula, habían generado este movimiento de pinzas, entre Cumbre y Contracumbre, para enterrar literalmente el ALCA. El propio Fidel Castro participaba a la distancia: ?Tú, Diego, tienes un efecto multiplicador??, le había dicho a Maradona en Cuba instándolo a viajar y participar.
En efecto, el resultado no fue simbólico, fue real. Mientras Chávez decía ?ALCA, ALCA, Alcarajo??, Néstor y Lula, por los caminos de la diplomacia, persuadían a la mayoría de los mandatarios sobre la necesidad de detener lo que Bush había venido a buscar a Mar del Plata.
Un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos hubiera impedido todos los avances en las relaciones comerciales que se produjeron en el Mercosur, desde Brasil y Argentina hacia toda América, en estos diez años, traducidos, nada más que aquí, en 70.000 millones de pesos en sustitución de importaciones. Ahora uno de los candidatos a presidente en Argentina, Mauricio Macri, sin tapujos, dice que ?el modelo es Chile? y sus economistas impulsan un mayor vínculo con la ?Alianza del Pacífico?, el ALCA de estos días. Por eso es que el viaje del Tren del Alba no terminó. O habrá que renovar el pasaje y subirse otra vez, y volver a los andenes con aquellas consignas, para no caer en el abismo y dar un salto al vacío.
