En esta época del año en todo el país miles de universitarios se reciben y el modo que eligen sus familiares y amigos de celebrarlo, aparece como un rito que requiere una resignificación. Kilos de comida y miles de litros de agua derrochados son el primer resultado de los festejos de quienes terminan una carrera superior. A esto se le suman los desechos que quedan en veredas y calles, y las agresiones y hasta violencia física, que son repudiadas socialmente pero en este contexto se justifican.

El egreso, ¿no debería ser un momento de alegría, sin tensiones ni agresiones? ¿por qué es naturalizado, aceptado y perpetuado socialmente?

En la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, este año comenzaron con una campaña para acabar con este tipo de festejos. Impulsaron el "Festejo responsable" por medio del cual se invitó a los egresados a retirar un kit que incluye elementos de cotillón. A cambio, les piden que donen los alimentos que tienen previsto tirar para ser entregados a comedores de la ciudad.

Anualmente en la Facultad se reciben entre 150 y 200 alumnos y en las graduaciones se les arrojan -en promedio-, 3 kilos de comida a cada alumno, esto significa que se tiran aproximadamente entre 450 y 600 kilos de alimentos al año. Con esto se podría alimentar durante 50 días a 30 niños en un comedor comunitario. Estas cifras ayudan a comprender la importancia de la campaña Festejo Responsable que se lanzó en Económicas, donde se busca concientizar a los estudiantes sobre la forma de celebrar el egreso.

"Que tu egreso sea un festejo; no un derroche", es el nombre de la iniciativa en cuyo lanzamiento la decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Mónica Biasone explicó: "Esta campaña propone un festejo distinto basado en el respeto y en la responsabilidad".

En Mar del Plata, la Facultad es la primera en llevar a cabo esta propuesta pero a nivel nacional ya se realiza en otras casas de altos estudios como la Universidad Torcuato Di Tella, la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional del Litoral, la Universidad Nacional de La Pampa y la Universidad del CEMA.

"Es costumbre que a los estudiantes universitarios que han aprobado su última materia, familiares y amigos los congratulen arrojándoles huevos, harina, yerba, aceite y mezclas con todo tipo de alimentos en estado de descomposición", comentó la decana. En los últimos años, gradualmente, "estos festejos han adquirido un mayor grado de violencia, tanto en las acciones físicas como por la utilización de elementos nocivos para la integridad de las personas, así como también mayores daños y degradación en las instalaciones y espacios públicos de las facultades", informó.

Otros datos que ayudan a entender las implicancias del tema se relacionan con el agua. Según los cálculos de la empresa Aysa, (Agua y Saneamientos Argentinos S.A) una manguera abierta por media hora, gasta 570 litros. La cantidad de agua recomendada por la Organización de las Naciones Unidas es 50 litros por día por persona como mínimo de agua potable, a los cuales una de cada seis personas en el mundo no acceden. "La limpieza del hall de la Facultad de Económicas cada vez que hay una graduación demanda aproximadamente como mínimo 1.000 litros, que representan unos 2.000 a 3.000 litros de agua al año, la misma cantidad de agua que necesitarían 40/50 personas diariamente para cubrir sus necesidades básicas de agua segura y controlada", precisó la decana.

Lo último

Esta última semana, los 50 contadores egresados de Económicas, se sumaron a la campaña, pero no sucedió lo mismo con sus pares de otras facultades que dejaron las veredas del Complejo Universitario en un lamentable estado. Corroborando su postura, esos mismos egresados de Económicas decidieron limpiar ellos mismos el espacio común que se utiliza para celebrar.

"Los egresados de la Facultad tenemos conciencia social, y queremos mucho a la facultad. Hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance para colaborar con la recibida responsable. Compramos entre todos 230 bolsitas de polvitos de colores y hasta estuvimos a punto de alquilar un inflable... además de concientizar a las familias. Pero ya sabemos que el cambio no se produce del día a la noche. Nosotros, tanto la facultad como los egresados, aportamos nuestro granito de arena para mejorar la situación. Realmente me enorgullece poder decir que soy egresada de nuestra facultad; creo que somos un ejemplo en muchas cosas y que siempre llevamos la delantera en iniciativas como la recibida responsable. Tienen de nuestra parte todo el apoyo en esto, al menos de quienes nos recibimos de contadores", posteó en Facebook María Trinidad Fernández Panzeri, una de las egresadas que se puso los guantes y junto a sus pares limpiaron el lugar.

Tras el accionar y mensaje que dieron los flamantes egresados no queda más que pensar que el año próximo otras facultades y universidades de la ciudad se van a sumar a esta iniciativa de festejo responsable que busca acabar con un práctica que no tiene justificativo en la sociedad actual.