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09-06-2009

Cómo la realidad se impone a la ficción

Por Adrián Lucardi y Florencia Gómez Stoppello (*), para DyN

Un análisis profundo de la Memoria Detallada del Estado de la Nación, que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner entregó el 1 de marzo a la Asamblea Legislativa sobre las acciones del Poder Ejecutivo durante 2008, desnuda el nulo papel de la Secretaría de Agricultura en la pelea con el campo y hasta anticipa la sorpresa que luego se llevó el Ministerio de Salud con la aparición del dengue en la Argentina.

La última Memoria, que en esencia debería ser un texto significativo para conocer lo hecho por el Poder Ejecutivo a lo largo del año anterior y para contribuir a afianzar el control ciudadano sobre los poderes públicos, está plagada de inexactitudes, contradicciones y omisiones y, en la misma, tampoco se muestran avances concretos en dos de las cuestiones que más le preocupan a la gente, como son la inseguridad y el  aumento de los precios.

En relación a la falta de seguridad, el ministerio respectivo detalló en la misma algunos logros importantes, como la sanción de leyes contra la trata de personas, pero no reflejó ninguna acción que demuestre su eficacia para "preservar la libertad, la vida y el patrimonio de los habitantes".

Resulta difícil creer que si se hubieran logrado avances en esta materia, el área que conduce Aníbal Fernández se hubiera privado de publicarlos; por lo visto, parece ser que un gobierno que ha traído "más Estado" no ha sido capaz hasta el momento, sin embargo, de mejorar la eficacia de dicho Estado en el combate contra la delincuencia.

De manera similar, la Secretaría de Comercio Interior que dirige Guillermo Moreno informó que, durante 2008, continuó "con las políticas llevadas a cabo durante el año 2007 en la lucha contra la inflación y las acciones para evitar subas de precios injustificadas". Sin embargo, en ningún momento el documento refiere alguna cifra respecto a los resultados de estas políticas, ni siquiera citando los cuestionados números del INDEC.

La mayor parte de la Memoria está dedicada a detallar "logros" que usualmente resultan poco visibles, pero no por ello dejan de ser objetables.

En primer término, dado que el Gobierno se financia con los recursos de los contribuyentes, las políticas implementadas no deberían ocuparse de cuestiones irrelevantes y a veces casi frívolas. Cabe preguntarse si la firma de un convenio con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para realizar "estudios sobre las características técnicas de la Bandera Argentina" tiene algún sentido: ¿acaso los ciudadanos van a querer menos a la bandera porque el tono del celeste sea ligeramente distinto al reglamentario?

En segundo lugar, parte de la información publicada en la Memoria es falsa. La secretaría de Política Económica destaca que durante 2008 continuó con "la labor de difusión pública de las tareas de seguimiento y análisis de la coyuntura económica", pero lo cierto es que desde fines de 2007, dicha secretaría no publica en Internet su Informe Económico Trimestral.

Como tercera observación surge que algunas políticas son objetables por los métodos empleados, que pueden ser cuestionables en sí mismos o resultar ineficaces para conseguir los resultados que se proponen. Por ejemplo, la Dirección Nacional de Migraciones creó la "tasa de solicitud de ingreso al país, a fin de establecer un criterio de reciprocidad respecto del trato que algunas naciones dispensan a los ciudadanos argentinos".

Las restricciones al ingreso de éstos a otros países deben ser eliminadas y corresponde que la Cancillería proteste al respecto, pero las medidas de "reciprocidad" no parecen ser la respuesta adecuada, porque sólo castigan a individuos privados que nada tienen que ver con las políticas adoptadas por sus gobiernos.

Entre los hallazgos de un análisis más profundo de la "letra chica" de la Memoria se cuentan los siguientes: el Gobierno siguió manteniendo contactos con los organismos internacionales para obtener financiamiento externo; a pesar de los problemas denunciados en las elecciones de 2007, no hubo avances en la implementación del voto electrónico; la Secretaría de Agricultura reconoció que no jugó ningún papel en el conflicto con el campo; el Ministerio de Salud sobreestimó sus capacidades de prevención del dengue y, pese a que su función principal consiste en realizar auditorías, la SIGEN reconoce que exhibe obras de arte.

En la página del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (www.cadal.org) puede encontrarse un análisis más completo de éstos y otros "logros" mencionados en la Memoria 2008.

(*) Adrián Lucardi es investigador asociado y Florencia Gómez Stoppello es asistente de Investigaciones del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL)