La debilidad de Merkel
por Alberto Galeano (*)
Es posible que Angela Merkel no haya previsto que su propuesta para consagrar a Christian Wulff como presidente de Alemania le iba a resultar tan cara a su popularidad, afectada tras el plan de rescate financiero para Grecia.
Lo que parecía ser un simple trámite se convirtió en una prueba para la coalición gobernante que encabeza la centroderechista Unión Cristiana Democrática (CDU), de Merkel, quien quiso disciplinar a sus fuerzas preocupadas por la reforma del sistema de salud y las rebajas de impuestos hoteleros.
Wulff, sin embargo, necesitó tres votaciones en la Asamblea Federal para convertirse el miércoles pasado en el presidente más joven de Alemania, con 51 años, debido a la deserción de varios representantes de la CDU y de sus aliados, la Unión Social Cristiana(CSU) y el Partido Liberal Demócratico (FDP).
La popularidad de la jefa de Gobierno alemán cayó 15 puntos desde septiembre, tras la dimisión en mayo pasado del presidente Horst Köhler y la pérdida de la mayoría en el Senado luego de la derrota del CDU en Renania del Norte-Westfalia, el Estado más poblado de Alemania, según informes de la prensa germana.
Merkel, una firme defensora de la disciplina fiscal, fue acusada de mostrar una actitud vacilante durante el reciente plan de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional para ayudar a Grecia con 110 mil millones de euros (146 mil millones de dólares) y, así, evitar un efecto dominó en la eurozona.
La ayuda a los griegos resultó impopular en un país que tuvo que reunificarse tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y, además, fue de las causas que provocaron la derrota del CDU en las elecciones regionales de Renania del Norte-Westfalia, dijeron analistas.
Merkel también es criticada por llevar adelante un plan de estabilidad de las finanzas públicas con el fin de que Alemania, la primera economía europea, ahorre unos 80.000 millones de euros hasta 2014.
"La autoridad de Merkel pudo ser afectada, pero la llegada de Wulff a la presidencia no significa serios desafíos para la jefa del gobierno alemán", señaló el semanario británico The Economist.
El fracaso en las otras dos votaciones, donde un total de 73 representantes de los partidos de la coalición negaron su respaldo a Wulff, demostró el descontento que existe con las fuerzas de gobierno, ya que antes de la elección se creía que podían imponer al candidato oficialista por 21 votos a favor.
La jefa del gobierno alemán apeló a lo ocurrido con Alemania en la Copa Mundial de fútbol, que perdió ante Serbia por 1-0 y luego se impuso ante Inglaterra por 4-1 y pasó a cuartos de final, para reclamar el apoyo de su coalición.
"Ahora nos toca hacer lo que hicimos con Inglaterra", dijo Merkel.
Pero hay otros analistas que opinan que la votación en la que Wulff superó al candidato de los socialdemócratas (SPD) y Verdes, Joachim Gauck, un ex disidente protestante de la ex Alemania del Este, constituye un severo castigo para Merkel, ya que erosionará su autoridad, en su partido y en la coalición.
Wulff fue elegido presidente tras la renuncia en mayo pasado del presidente alemán, Horst Köhler, quien dijo que las misiones del ejército alemán tienen su justificación para salvaguardar los intereses económicos de Alemania.
Merkel nominó rápidamente a Wolf para ese cargo, pero muchos de sus correligionarios dijeron que ellos no habían sido consultados y empezaron a mirar la elección como una oportunidad para defender sus propios intereses.
"La inhabilidad de Merkel para tomar ventaja de una clara mayoría reforzó la amplia impresión que existe de que ella está perdiendo el control sobre su cada vez más fraccionada coalición, menos de un año después de ganar su elección para segundo término", opinó Nicholas Kullish, en un artículo en el diario The New York Times.
Merkel, quien fue reelecta a fines de octubre de 2009 para un mandato de cuatro años, sufrió desde entonces distintas divisiones que le quitaron poder a su coalición de centroderecha.
Sin embargo, esta es la primera vez que la canciller alemana parece realmente vulnerable.
Wulff, a quien llamaban el "joven salvaje" cuando Helmut Kohl era jefe de gobierno (1982-1990), será una autoridad moral más que política, según el papel que le otorga la tradición alemana al presidente, quien suele pronunciar discursos en los que marca la dirección del país, especialmente en tiempos de crisis.
En el pasado este abogado conservador era conocido como el rival interno de Merkel, pero luego fue cambiando su actitud cuando, en 2003, se convirtió en jefe de gobierno de Baja Sajonia, cuna de la empresa automotriz Volkswagen.
(*): Télam.
