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03-03-2010

"Menem lo hizo" (una visión española)

por Natalia Kidd (EFE)

"Menem lo hizo", la consigna que popularizó Carlos Menem durante su gestión, cobró ayer un nuevo significado porque el ex presidente abandonó por un día su pasión por el golf para asestar un golpe de gracia al oficialismo y acabar con la hegemonía parlamentaria que mantuvo durante siete años.

Tras estar en la cumbre del poder durante una década (1989-1999), los escándalos por denuncias de corrupción y el descontento social por la recesión económica minaron la popularidad del peronista Carlos Menem hasta reducirla a polvo.

Intentó en 2003 regresar a la Presidencia y, pese a lograr un primer puesto en la primera vuelta de los comicios, optó por retirarse de la competencia ante una segura derrota frente a Néstor Kirchner, entonces gobernador de la sureña provincia de Santa Cruz, también peronista y quien alguna vez le había reconocido como "el mejor presidente de la historia".

En 2005 logró una banca en el Senado, que revalidó en los comicios de junio pasado, pero, casi sin influencia política, su estrella parecía apagarse.

Sin embargo, su nombre volvió a la palestra el miércoles pasado, cuando la oposición, que pensaba contar con el voto de Menem para imponer su criterio en el reparto de comisiones en la Cámara alta, se quedó sin quórum, precisamente por la ausencia del ex mandatario.

Mientras todos se preguntaban dónde estaba, Menem, de 79 años, jugaba plácidamente al golf en La Rioja, su provincia natal, en el noroeste del país.

Luciendo una gorra rojo furioso, ni siquiera se dignó a atender su teléfono móvil, adonde se acumulaban llamados de políticos y periodistas.

Un día después salió a dar sus explicaciones. dijo que nunca se había comprometido a votar junto a la oposición y se quejó de que no lo tuvieran en cuenta para el reparto de puestos en las comisiones.

Esto alertó al arco opositor, incluidos los denominados peronistas disidentes, que han retirado su apoyo al Gobierno de Cristina Fernández.

Del lado del oficialismo, que ha perdido su mayoría en el Parlamento tras la derrota electoral de junio pasado, se frotaban las manos y hasta no descartaban establecer puentes de diálogo con el ex presidente.

"Estoy dispuesto a conversar con todos los senadores. No tengo ningún tipo de prejuicios, ni estoy haciendo ningún tipo de estigmatización de Carlos Menem", dijo el lunes Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque de senadores del gobernante Frente para la Victoria y uno de los "halcones" del oficialismo que, en reiteradas ocasiones, ha denostado al ex presidente.

Abrumados por conseguir el voto 37, que inclina la balanza en un cuerpo de 72 miembros, los distintos bloques opositores terminaron por conceder puestos a Menem en tres comisiones senatoriales.

Así, el ex gobernante reapareció ayer en el Congreso sonriente y de elegante traje gris para sumar su voto al arco opositor, que logró romper siete años de hegemonía del oficialismo en el Senado y quedarse con la titularidad de la mayoría de las comisiones de la institución.

"Se dieron cuenta de que a un ex presidente y actual senador de la Nación no se lo puede ignorar tan olímpicamente", dijo Menem a la prensa al llegar ayer al Parlamento con aires de protagonismo renovados.

Esta nueva ascendencia política le llega en momentos complicados desde el punto de vista judicial: además de afrontar un juicio por el tráfico de armas a Ecuador y Croacia entre 1991 y 1995 --estuvo detenido seis meses en 2000 por esta causa-- está procesado por presunto encubrimiento en la investigación del atentado en 1994 contra una organización judía de Buenos Aires en el que murieron 85 personas.

Asimismo, afronta investigaciones por presuntas irregularidades en la adjudicación de contratos durante su gobierno a la alemana Siemens y la francesa Thales Spectrum y por supuesto ocultamiento de cuentas bancarias propias en Suiza.