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18-06-2009

Allanan y clausuran cinco privados

La policìa allanò cinco prostíbulos e identificó a 24 mujeres, varias de ellas extranjeras. Todos los establecimientos fueron clausurados. En uno, habìa càmaras de video en todas las habitaciones.

Con órdenes de allanamiento extendidas por la Justicia Federal, la policìa allanó cinco viviendas que funcionaban como prostíbulos.

Los procedimientos tuvieron lugar entre la noche del martes y la madrugada de ayer en España al 1200, Funes al 1200, Rivadavia al 3300, Salta al 2000 y Rawson al 1400.

La acción fue encabezada por el jefe de la Policìa Distrital Centro, inspector Gustavo Salvá e intervino personal de las comisarìas primera, segunda, novena, subcomisarìa Casino, Comisarìa de la Mujer, Grupo de Apoyo Departamental, Inspección General y Dirección General de Migraciones.

Al requisar las cinco viviendas, los investigadores identificaron a 24 mujeres, varias de ellas de nacionalidad paraguaya y dominicana que quedaron a disposiciòn de Migraciones.

Como corolario de los operativos, personal de Inspecciòn General de la Municipalidad colocò franjas de clausura en las puertas de los privados.

Paralelamente, los uniformados procedieron al secuestro de gran cantidad de folletería promocional, preservativos, registros de los servicios sexuales que ofrecìan las mujeres y demás elementos probatorios.

Fuentes policiales señalaron que en uno de los establecimientos allanados habìa un circuito cerrado de televisión con càmaras ubicadas en todas las habitaciones.

En otra de las viviendas, los policìas encontraron en un pequeño patio trasero un improvisado santuario a "San Lamuerte". Se trataba de una estatuilla, un par de estampitas, flores, velas encendidas y un atado de cigarrillos.

Dichos elementos se encontraban junto a una suerte de monolito, aparentemente antiguo y con forma de lápida, que tenía las inscripciones "ATE-CGT". Los investigadores no pudieron explicar los motivos de la presencia de ese objeto en el lugar.

Por otra parte, fueron incautados numerosos carteles que habìan sido colgados en las puertas de los "privados". Se trataba de elocuentes "instructivos" con diveras normas que debìan cumplir las mujeres que trabajan en el lugar, tales como no salir a hacer servicios particulares "en horario de trabajo", no emplear el telèfono del lugar para concertar encuentros. En otros se establecìan pautas sobre la prolongaciòn de la "jornada laboral" y la utilizaciòn de las camas para descansar.-

El culto a "San La Muerte" o "El Pirucho"

El hallazgo de estatuillas o imágenes de "San La Muerte" durante procedimientos policiales genera, invariablemente, cierto impacto en la opinión pùblica y tambièn la falsa interpretaciòn de que es un "santo" afro-brasileño.

En realidad, "San La Muerte" o "El Pirucho" es un culto popular ampliamente extendido en toda el área de influencia de la cultura guaranìtica -Chaco, Formosa, Corrientes, Misiones, Paraguay y parte de Brasil.

En muchos de esos sitios hay santuarios muy visitados, tal como ocurre con el "Gauchito Gil".

Se trata de un esqueleto de pie, cubierto por una capa, que porta una guadaña. Existe una versión más impactante, en la que el esqueleto yace dentro de un ataúd.

A las imágenes originales sólo se les atribuìa efectos milagrosos si estaban construídas con materiales especìficos, incluso huesos humanos. Indudablemente, la creencia atravesó períodos de laxitud, de modo que hoy es común encontrar imágenes comerciales de plàstico o yeso que se expenden en las santerías.

Se cree que "San La Muerte" surge de la mezcla entre las vertientes culturales guaraníes y las enseñanzas religiosas que dejaron los misioneros jesuitas.

Es más, hay quienes consideran que el orígen de la imagen de "San La Muerte" está vinculado con el culto al Señor de la Resignaciòn y la Paciencia que trajeron los jesuitas desde Europa, en el que se representa a Jesùs con una delgadez extrema, esperando con resignaciòn el suplicio.

En el culto actual a "San La Muerte" perdura aquella mezcla

con el ritual católico. De hecho, los fieles hacen la señal de la cruz e, incluso, rezan el Padre Nuestro o el Credo.

No obstante, los adeptos a este culto popular emplean a este "santo" para pedir por el bien -ocasión en que le colocan una capa roja- o por el mal de alguien, circunstancia en que el atavío es negro.