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13-07-2009

Asesinan a sangre fría a un policía de la Federal

Los delincuentes lo remataron cuando intentó frustrar el robo a una parrilla de Caballito. "El primer tiro le pegó en el chaleco, lo volteó y después le dispararon en el piso", contó un testigo.

BUENOS AIRES.- Un policía federal fue asesinado ayer a balazos al intentar detener a dos delincuentes que acababan de robar en una parrilla, en el barrio de Caballito.

Se trata del agente de la comisaría décima Marcelo De Bernardi (38), quien, según testigos, no alcanzó a defenderse con su pistola reglamentaria y fue "rematado" a "sangre fría".

Fuentes policiales informaron que el hecho ocurrió el sábado a las 22, en una parrilla ubicada en la esquina de avenida Pedro Goyena y Viel, de Caballito, una zona muy transitada y con una amplia actividad gastronómica.

Todo comenzó cuando dos delincuentes que se movilizaban en una motocicleta aparentemente robada arribaron con fines de robo al lugar, en momentos en que había varios comensales.

Según las fuentes, los asaltantes, uno de ellos armados, amenazaron a los clientes y empleados del comercio y les exigieron la entrega de dinero en efectivo y otros objetos de valor. "Estaban desvalijando a los clientes y cuando una pareja quiso entrar, la moza le hizo señas y así le avisaron al policía que estaba de consigna en la zona", le contó ayer a la prensa un hombre que atiende un puesto de diarios y revistas de la misma cuadra donde funciona la parrilla asaltada. Este comerciante indicó que en el lugar "siempre hay un policía de consigna de 18 a 24".

"Es una zona en la que siempre hay consigna desde las 8 hasta las 3 de la tarde y desde las 3 de la tarde a las 9 de la noche. Y los fines de semana, están los que entran a las 6 de la tarde", precisó.

Los voceros policiales dijeron que al ser alertado del hecho, el agente De Bernardi se acercó a la parrilla para intentar detener a los delincuentes.

El policía les impartió la voz de alto pero lejos de acatar la orden, uno de los asaltantes, que ya había concretado el robo y se hallaban en la vereda, comenzó a dispararle.

"Parece que el primer tiro le pega (al policía) en el chaleco, lo volteó y después lo remataron en el piso de unos cuatro balazos. O sea, a sangre fría", relató el canillita, que dijo creer que el efectivo "no llegó ni a tirar".

Tras los disparos, los delincuentes huyeron del lugar por separado, uno en la moto en la que había llegado y el segundo en otra que robó de una heladería de la zona.

Mientras tanto, De Bernardi quedó tendido en la calle gravemente herido de un tiro en el abdomen, dos en el cuello y el restante en la cabeza, dijeron los informantes.

José, otro vecino del barrio que vive justo en frente de la parrilla y atiende un quiosco en el mismo lugar, contó que luego del hecho arribaron al lugar decenas de patrulleros y un helicóptero de la fuerza.

Los vecinos, que reconocieron que no es habitual este tipo de hechos en la zona, comentaron que el agente baleado primero fue trasladado al Hospital del Quemado, ubicado en las cercanías, donde lo asistieron y derivaron al Churruca, en el que falleció durante la madrugada.

El homicidio es investigado por el personal de la comisaría décima y de la Fiscalía de Instrucción 12 porteña, a cargo de Martín López Perrando, quienes ayer realizaban distintas diligencia para localizar a los asaltantes.

Con el crimen De Bernardi ya son cinco los policías federales muertos en lo que va del año.

El 11 de mayo pasado, los efectivos retirados Juan Carlos Rojo y Omar Navarrete, quienes trabajaban como recaudadores de una cadena de heladerías, fueron acribillados a balazos en los bosques de Palermo por al menos tres delincuentes que quisieron robarles el dinero que transportaban.

Dos días después, el sargento primero Humberto Ignacio Molina, numerario de la seccional 30ma. murió tras haber sido atropellado por un auto con delincuentes, cuando intentó frustrar el robo a una panadería del barrio porteño de Barracas.

El 9 de julio, el bombero de la Policía Federal Fernando Gastón Ruiz, perteneciente al cuartel del barrio de Versailles, murió al enfrentarse en un tiroteo en el interior de un pool de Barrio Norte, cuando intentó evitar que un hombre, que también falleció, atacara a balazos a un empleado.

"Era una excelente persona"

El encargado de una heladería vecina a la parrilla asaltada por dos delincuentes que asesinaron a un policía federal dijo ayer que la víctima era un efectivo "excelente" que cuidaba de los comerciantes de esa zona del barrio porteño de Caballito.

"Era un policía excelente. Es más, cinco minutos antes del hecho había venido a verme al local y me preguntó si estaba todo bien", contó Eduardo, quien atiende una heladería avenida Pedro Goyena, a metros de Viel.

El comerciante contó que él conocía al agente Marcelo De Bernardi (38) ya que éste diariamente estaba de consigna en esa zona. "Siempre esperaba a que yo cerrara el local a la una de la madrugada y hacía lo mismo con los demás comerciantes", relató el heladero.

Eduardo indicó que estaba en su heladería cuando ocurrió el hecho y que fue un empleado suyo al que uno de los delincuentes le robó el ciclomotor en el que se hacían los repartos.

"Después de los disparos salgo la calle y me encuentro con el chico que me cuenta que le había robado un ladrón con dos pistolas que le dijo: 'Dame la moto o te quemo'", recordó el comerciante.

Eduardo dijo creer que una de las armas que llevaba el asaltante podría llegar a ser la del efectivo, a quien vio tirado sobre la avenida luego de que escaparan los asesinos.

El heladero destacó también el accionar de los compañeros de la víctima que llegaron rápido al lugar y de inmediato salieron a buscar a los delincuentes.