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17-08-2009

Detenido por el crimen de un panadero admitió que es el autor del homicidio

Le indicó a la policía donde había ocultado un revólver calibre 32 largo que se cree es el arma homicida.

BUENOS AIRES.- Un joven detenido como el principal sospechoso del crimen de un panadero, asesinado el sábado de un balazo en la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere, admitió ser el autor del hecho y entregó la sindicada arma homicida, informaron hoy fuentes policiales.

Se trata de un muchacho de 21 años, quien confesó haber matado a Walter Castillo (27), pero ante la policía, por lo que esos dichos no tendrán valor para la causa si no los ratifica en sede judicial.

Fuentes de policiales informaron que el sospechoso fue apresado anoche en Monte Grande, partido de Esteban Echeverría, en la zona sudoeste del conurbano, donde se cree que se había ocultado en la casa de un pariente.

Hasta allí llegaron los pesquisas de la comisaría de Laferrere y de la Jefatura Distrital Este de La Matanza, a partir de los datos aportados por varios vecinos del barrio donde residía la víctima y también el ahora imputado.

Según las fuentes, al momento de ser apresado por los detectives, el sospechoso admitió espontáneamente haber cometido el crimen y les indicó dónde había ocultado un revólver calibre 32 largo que se cree es el arma homicida.

Los investigadores esperan extraer del cuerpo de la víctima el plomo del disparo que le provocó la muerte para luego cotejarlo a peritajes balísticos con el revólver incautado.

Tanto la autopsia al cuerpo de Castillo como la indagatoria al imputado se realizarán en las próximas horas por disposición del fiscal de la causa, José Luis Claudio Longobardi, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 descentralizada de Gregorio de Laferrere.

En tanto, los detectives procuran determinar si en el asalto a Castillo intervino un segundo delincuente y si, efectivamente, el robo fue el móvil del crimen.

El hecho investigado ocurrió el sábado a la mañana, en una parada de colectivos situada en la calle Salvigny, entre Tafí y Tarija, de Gregorio de Laferrere, partido de La Matanza, en la zona oeste del Gran Buenos Aires.

En ese lugar se encontraba Castillo, padre de una niña de 5 años y quien esperaba el micro para dirigirse a trabajar a una panadería de la zona.

Las fuentes dijeron que el panadero fue abordado por al menos un joven con aparentes fines de robo, por lo que se resistió y le efectuaron un balazo en el tórax que le provocó la muerte prácticamente en el acto. 

Tras el ataque, el tirador huyó del lugar, mientras que un vecino llamó al 911 para denunciar lo ocurrido a la policía.

Cuando los efectivos de la comisaría local arribaron al lugar, Castillo ya estaba muerto sobre la verdad y a su alrededor se encontraban dos de sus hermanos y su padre Orlando, quienes residen en las inmediaciones. 

Los pesquisas hallaron en poder de la víctima su teléfono celular pero no otros valores, aunque los parientes aclararon que Castillo no llevaba billetera porque ya le habían robado en una oportunidad anterior.

Por esa razón, los familiares creen que al panadero le sustrajeron los pocos pesos en efectivo que tenía para ir y volver de su trabajo. De todos modos, los pesquisas prefieren ser cautos y, por el momento, no descartan otras hipótesis sobre el móvil del crimen.

"Si bien está detenido quien sería el autor material del crimen, la investigación recién comienza", explicó a Télam un vocero de la investigación.

Según este informante, los testigos más directos del hecho admitieron haber escuchado o visto una reyerta callejera seguida por un disparo pero no aportaron más detalles sobre la posibilidad de un intento de robo. 

Además, los investigadores detectaron en el cadáver signos de defensa compatibles con la lucha en la que Castillo se trabó con el homicida antes de ser asesinado.