El Tribunal Criminal 3 debió suspender el juicio oral y público que le iba a realizar a partir de ayer a la escribana Diana Bernasconi (55), porque ésta no se presentó a comparecer.

También ese mismo cuerpo dispuso declararla en rebeldía y libró su orden de detención.

Al ser consultado por los jueces, el defensor particular de la imputada, Luis Vincenci, sobre el paradero de su cliente, sostuvo que hacía cinco días que no la veía y que no descartaba que estuviera en la Ciudad de Buenos Aires.

La escribana Bernasconi ya cuenta en su haber con dos condenas que fueron unificadas en una pena de 3 años de ejecución condicional, por lo que con el antecedente de la víspera y en caso de que nuevamente resulte condenada, tendrá que cumplir la pena en prisión.

En esta causa, como en las anteriores, ya resueltas, las imputaciones resultan similares, ya que se trata de los delitos de "estafa" y "falsedad ideológica en documento público", por la realización de trámites para la compraventa de inmuebles con instrumentos apócrifos y certificaciones del mismo tenor.

Ayer, a las 9.30, como estaba previsto, concurrieron a la sala de audiencias del sexto piso del edificio central de Tribunales, la fiscal Lorena Hirigoyen, y los particulares damnificados, abogados de las víctimas, doctores Raúl Ruiz, Gustavo Demarchi y Néstor Penissi. Además, de los integrantes del Tribunal, los jueces Eduardo Alemano, Hugo Trogu y Juan Manuel Sueyro, junto a la secretaria Ana Vismara. E incluso el citado abogado Vicenci, los casi 15 testigos, entre ellos cuatro escribanos del foro local, y el público asistente. Es decir, que sólo faltaba la imputada.

Tampoco pudo ser consultado por el paradero de la encausada, su esposo, ya que se encuentra de viaje, en Dinamarca.

Por tres hechos entre 2002 y 2004

A Bernasconi, en esta oportunidad, se le imputan tres hechos de similares características, sucedidos entre 2002 y 2004.

En uno de esos casos, el ahora damnificado resultó comprador de un terreno a una persona, que si bien no era el dueño del inmueble, contaba con un poder que lo autorizaba a disponer de la propiedad. Así, se concretó la operación que fue certificada por la escribana Bernasconi y se realizó la correspondiente inscripción en el Registro de la Propiedad Inmueble.

Una vez adquirido, el dueño del lote realizó los planos de una casa, y el día en que pretendía iniciar la obra, llegó al lugar el verdadero propietario, quien exhibiendo los correspondientes títulos, impidió que comenzaran los trabajos.

Tras realizar la denuncia del caso, se pudo descubrir que el poder presentado por el vendedor- que se encuentra prófugo- era falso y, por lo tanto, todo lo actuado resultó del mismo modo, con la gravedad de que había sido certificado por la escribana ahora procesada.