BUENOS AIRES Cuatro hombres fueron detenidos ayer, sospechados de ser los responsables del triple crimen de los empresarios farmacéuticos Damián Ferrón, Sebastián Forza y Leopoldo Bina, cuyos cadáveres ejecutados a balazos fueron encontrados en un descampado de la localidad bonaerense de General Rodríguez el 13 de agosto del año pasado.

Los detenidos fueron identificados como los hermanos Martín y Cristian Daniel Lanatta y los también hermanos Víctor Gabriel y Marcelo Javier Schillaci, quienes fueron acusados por la presunta comisión del delito de "privación ilegítima de la libertad agravada y homicidio agravado" como coautores.

Tres de los arrestos fueron concretados durante una serie de allanamientos ordenados por el fiscal de Mercedes Juan Ignacio Bidone y realizados por personal de la Gendarmería Nacional, uno de ellos en una vivienda de la calle Nicolás Videla 631 de Quilmes, donde habrían sido asesinadas las víctimas el 7 de agosto de 2008, el mismo día en el que desaparecieron.

En tanto, en Mar del Plata, personal de la Gendarmería también allanó una casa donde viviría un familiar de uno de los acusados. De todas maneras, el procedimiento se mantuvo bajo un fuerte hermetismo.

En tanto, el último de los detenidos fue Martín Lanatta, considerado uno de los engranajes más importante en la causa y sospechado de ser quien entregó a las víctimas que luego fueron ejecutadas.

Lanatta se presentó por la tarde de ayer y quedó detenido en el cuerpo de instructores de la Procuración Bonaerense, en 4 entre 38 y 39 de la ciudad de La Plata, luego de que su abogado, Leonardo Churín, pactara la entrega. Anoche prestaba declaración allí mismo ante el fiscal.

En diálogo con la prensa, el fiscal señaló que está acreditado que Lanatta "formaba sociedad con finalidades de comercialización de medicamentos" con Forza.

Su hermano ya estaba arrestado desde hace dos meses en el penal de Sierra Chica por una causa por robo calificado cometido en la ciudad de Bolívar, mientras que los Schillacci tienen "un historial en Quilmes, acreditado en más de 20 ó 30 causas, donde testigos los señalan como personas que se dedicaban a realizar secuestros exprés en esta zona", según reveló Bidone.

Los arrestos fueron convalidados por el juez de Garantías de Mercedes Marcelo Romero, al igual que la decena de allanamientos realizados en los partidos de Quilmes y Avellaneda, donde se secuestraron armas y otros elementos valiosos para la causa.

Según la investigación, los tres fallecidos habían concurrido al supermercado Wal Mart de Quilmes donde iban a participar de una reunión de trabajo que les iba a reportar mucho dinero.

Sin embargo el fiscal Bidone dijo que "la famosa reunión de Wal Mart en realidad ocurrió acá (por la casa de Quilmes), en el Wal Mart no estuvieron más de diez minutos".

"Al menos una hora estuvieron en la casa, hasta que se apagaron todos los teléfonos de ellos", indicó Bidone, y señaló que "el encuentro de Wal Mart fue convocado, la persona que los habría convocado no fue, no estuvieron más de diez minutos las víctimas allí y se trasladaron hacia acá".

Además, afirmó que "lo que sí está descartado" es que el descampado de General Rodríguez donde aparecieron los cadáveres haya sido el lugar de la ejecución, y añadió que la hipótesis de que el crimen había sido encargado por un empresario del rubro farmacéutico, "se enmarca en esa pista, obviamente".

"A nuestro juicio, así como este crimen fue triple, también el móvil fue triple, porque tiene que ver con la mesa de dinero -con la famosa fuga de cheques, con las deudas-, con los medicamentos falsos y, como detonante, con el tráfico de efedrina", indicó.

Para el abogado de las familias, "son los

que ordenaron matar o los que mataron"

BUENOS AIRES.- El abogado de las familias de las víctimas del triple crimen de General Rodríguez, Miguel Angel Pierri, dijo ayer que cree que los detenidos en el marco de la causa "son los que ordenaron matar o los que mataron" a Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.

"Estamos analizando si estamos frente a los autores materiales o intelectuales, eso no quita que en el transcurso de estos días se amplíen las detenciones a encubridores y partícipes secundarios", expresó Pierri a la prensa en la puerta de la casa de Quilmes, perteneciente al detenido Cristian Lanatta.

"Se ha encontrado la vinculación y fue central el testimonio de una persona que se brindó hace aproximadamente 60 días", dijo Pierri, quien agregó que ese testigo apareció muerto en un extraño supuesto episodio ferroviario hace unas semanas atrás.

Pierri dijo que lo más importante para poder llegar a las detenciones fue que "se logró identificar un número telefónico que desde las primeras horas del día 7 de agosto del 2008 -cuando desaparecieron las víctimas- estaba en observación".

Según el letrado, "se conectó el teléfono con alguno de los detenidos a partir del testimonio de dos personas que identificaron quién lo usaba, una de ellas es el testigo fallecido y otra un `bolsero´".

"Lo importante es aclarar que los jóvenes Forza, Ferrón y Bina nunca estuvieron en General Rodríguez y que los que fueron llevados allí fueron sus teléfonos", agregó.

Según el letrado, se sabe que a las víctimas "alguien las citó en algún lugar donde estuvieron por menos de 10 minutos y desde ese lugar (ubicado en la zona de Quilmes) fueron a la casa de Quilmes (perteneciente a Cristian Lanatta)".

"Evidentemente las víctimas fueron citadas por alguien conocido, estamos hablando de autores, creo que por lo menos a uno de los autores intelectuales las víctimas lo conocían de la causa de la ruta de la efedrina", agregó Pierri, quien agregó que se trata de "un empresario del mercado secundario de la efedrina".

El abogado aseguró que "por el momento no hay vinculación con la causa de los medicamentos" y manifestó estar convencido de que los asesinatos tuvieron vinculación con "el mercado de la efedrina, la disputa de ese mercado, una deuda financiera y la revancha personal".

"Forza había ganado una lista importante de enemigos y hubo un concilio de personas que decidió su muerte", concluyó.

Por su parte Héctor Ramírez, abogado de Solange Bellone, viuda de Forza, coincidió con Pierri en que las tres víctimas estuvieron en una casa de la zona de Quilmes privadas de la libertad y que sólo los teléfonos fueron llevados a General Rodríguez para "despistar".

Sobre el móvil de los ataques, Ramírez agregó: "En principio tendría que ver con ex socios de Sebastián (Forza) que habían ya tenido problemas con él, principalmente económicos, y viendo que Sebastián desembarcaba en el negocio de la efedrina y que podía ganar ese mercado, decidieron matarlo".

Los Schilacci, vinculados al caso Bergara

BUENOS AIRES.- Los hermanos Víctor y Marcelo Schilacci, detenidos ayer por el triple crimen de General Rodríguez, fueron investigados como sospechosos del secuestro de Leonardo Bergara por la Justicia Federal de Quilmes, donde tienen un antecedente por extorsión.

Fuentes judiciales informaron que los Schilacci son oriundos de Berazategui donde vivía el empresario que entre diciembre de 2008 y febrero de este año estuvo cautivo por una banda de delincuentes.

Juan Ignacio Bidone, el fiscal de triple crimen, dijo que esos dos detenidos estaban señalados "por testigos en unas veinte o treinta causas por secuestros exprés en la zona de Quilmes".

Los voceros consultados confirmaron que los hermanos Schilacci fueron mencionados en el expediente por el secuestro de Bergara pero que la fiscal federal de Quilmes, Silvia Cavallo, nunca le requirió al juez del fuero, Luis Armella, que fueran imputados.

"Son viejos conocidos", dijo una fuente de la investigación de aquel caso y agregó que los hermanos están imputados en otra causa pero por "extorsión". Por el caso Bergara ya hay ocho sospechosos presos, uno de ellos, Claudio Héctor Moyano Carrizo (42), alias "Peter" o "El cabezón", como sindicado líder de la banda.

Bergara (37) fue secuestrado el 22 de diciembre de 2008 cuando salía junto a su esposa de su casa en la localidad de Ranelagh, partido de Berazategui, en el sur del conurbano.