Asesinó a su hija de 20 años y los vecinos intentaron lincharlo
Un hombre de 46 años mató a su hija de varias puñaladas. La chica y su mamá se habían ido de la casa por los maltratos. El asesino tenía prohibición de acercamiento a la nueva vivienda de las mujeres, pero ayer no la respetó. Sus vecinos quisieron lincharlo cuando era trasladado.
Lara (20) se había ido a vivir a la casa de la abuela con su mamá porque no soportaba los maltratos. Y la Policía ya le había advertido a su papá que no podía acercarse a lo de su suegra. Pero a Héctor Coria (46) no le importó: ayer a la tarde fue a buscar a su hija y, engañada, la llevó hasta su imprenta con la excusa de devolverle la ropa que había dejado. Una vez ahí, desató una tragedia: con la mamá y la abuela de la nena a los gritos en la puerta, el hombre llevó a su hija hasta una habitación y la mató de varias puñaladas.
El cuerpo de Lara Mailén Coria fue descubierto por la policía, después de derribar varias puertas de la casa para detener al asesino. Su mamá la vio muerta sobre la cama con una herida en el cuello. Pero hasta el cierre de esta edición, los investigadores esperaban el resultado de la autopsia para saber cuántas puñaladas recibió la chica y cuál fue la herida que le provocó la muerte.
El asesino no era querido en el barrio: sus vecinos denunciaron que les tiraba ácido en los autos y que era provocador. Por eso ayer, cuando se enteraron que había asesinado a su hija, intentaron lincharlo en el momento que era trasladado a la comisaría.
El crimen sucedió en 20 de Septiembre al 3100. Ahí Héctor Coria tiene una imprenta. En el piso de arriba está su casa, donde hasta el viernes vivía junto a su mujer y su hija. "Ese día se fueron porque en la heladera no había nada a pesar de que el tiene una fortuna", contó Susana, la abuela de Lara. Y explicó: "Previo a eso se habían peleado porque les prohibió ir a pileta. Entonces vino un muchacho para ver porque las dos no estaban yendo más y él lo agarró a trompadas y se lo llevaron detenido. Pero a los diez minutos ya estaba acá de vuelta".
Ante esta situación, la mujer abandonó a Coria y junto a su hija se fueron a vivir a la casa de su mamá, ubicada en Matheu y México.
Pero el hombre las siguió molestando y amenazando para que volvieran. Cansada, la mujer presentó una denuncia para restringirle el acercamiento. "Nos dijeron que con eso ya podíamos llamar al 911 cada vez que apareciera porque tenía prohibido acercarse", contó Susana.
A pesar de la orden, Coria ayer fue hasta la casa a buscar a su hija. "Engrupió a la nena porque se habían ido sin nada de ropa y entonces no tenían ni que ponerse", relató la abuela de Lara, quien en ese momento se había ido con su hija para hacer un trámite con respecto al acoso que era sometidas por Coria.
En este contexto, el hombre logró convencer a su hija que fuera a buscar la ropa hasta la casa que había abandonado el viernes junto a su mamá. "A los pocos metros que salieron nosotros hicimos la denuncia año 911, pero una estúpida nos dijo que había que hacer la denuncia en la comisaría".
Desesperadas, las dos mujeres fueron hasta la casa ubicada en 20 de Septiembre al 3100 para ir a buscar a la nene. "Cuando llegamos el negocio estaba abierto. Golpeamos y de pronto apareció él con la nena y nos dijo que esperáramos que estaban dándole la ropa", contó Susana. Pero Coria no apareció más.
Asustadas, las mujeres comenzaron a golpear con desesperación la puerta y un patrullero policial que pasaba por el lugar vio la escena. "Mi hija está adentro y tengo miedo que le haya pasado algo", le dijo la mamá de Lara. En ese momento, por una de las ventanas se vio pasar a Coria exaltado. En su desesperación, una mujer rompió un vidrio y la policía ingresó por ahí a la casa. Coria intentó esconderse y cerró varias puertas, pero los efectivos las rompieron y pudieron detenerlo.
Con el hombre ya controlado, los efectivos recorrieron el lugar y en una de las habitaciones de la planta alta de la casa encontraron a la joven asesinada.
Intentaron lincharlo
Efectivos de la comisaría segunda y la fiscal Andrea Gómez tomaron intervención en el caso, que quedó caratulado como "Homicidio calificado agravado por el vínculo". En la casa se secuestró una especie de cuchillo con el que fue cometido el asesinato. Al cierre de esta edición estaba siendo periciado.
Coria debió ser trasladado de su casa bajo un fuerte operativo de seguridad: sus vecinos intentaron lincharlo cuando se enteraron de que había matado a su hija. Es que el hombre no era querido en el barrio. Su suegra denunció que "tomaba Alplax" todos los días y que les tiraba ácido a los autos de la cuadra. Coria no sólo había cansado a sus vecinos: tres días antes del crimen, Lara le había contado a su mamá que quería cambiarse de apellido.
