En una salidera bancaria, le roban casi 20 mil dólares a un empresario
Dos "motochorros" lo sorprendieron cuando estaba por entrar a una café de la zona de Olavarría y San Lorenzo y le sacaron la plata que llevaba escondida en su cuerpo. Había retirado el dinero del banco ubicado en Güemes y Rawson.
Un empresario de 56 años fue asaltado ayer al mediodía por dos "motochorros" armados que le robaron casi 20 mil dólares que había retirado de un banco ubicado en la zona de Güemes.
Por el hecho, aún no hay detenidos y los investigadores seguían la pista de un posible entregador que conocía los movimientos de la víctima cuando se acercaba la fecha de pago a sus empleados.
El caso ocurrió ayer al mediodía cuando un empresario de 56 años que se dedica al alquiler de contenedores fue, junto a un familiar, a retirar 19,600 dólares del banco Santander Río, ubicado en Güemes y Rawson. Un vez realizada la operación, el hombre ocultó la plata entre su ropa y se dirigió hasta su auto para ir hasta un café ubicado en Olavarría y San Lorenzo. El empresario estacionó en esa zona y cuando bajó del vehículo fue sorprendido por un delincuente que venía caminando. "Dame toda la plata", le dijo, mientras le apuntaba con un arma. El hombre le entregó el dinero y el ladrón escapó corriendo, pero a los pocos metros lo esperaba un cómplice en moto para asegurar la huida.
Una vez cometido el hecho, la víctima denunció el caso al 911 y efectivos de la comisaría segunda y el fiscal Juan Pablo Lódola tomaron intervención en el caso.
En principio se lo tomó declaración al empresario y a un familiar, quienes aseguraron que por la rapidez con la que sucedió el robo no estaban en condiciones de reconocer a los delincuentes. En tanto, también se estaba tratando de analizar los dispositivos de seguridad del banco para ver si algunos de los ladrones siguió de cerca el momento en que el empresario estaba retirando el dinero.
Los investigadores no descartaban que por el "modus operandi" hubiera un entregador, por lo que estaban confirmando los movimientos de la víctima y la manera en que se movía en las fechas donde se acercaba en el momento de pegarles el sueldo a sus empleados.
Hasta el cierre de esta edición no había detenidos por el hecho, pero la policía trabajaba con intensidad para obtener algún dato firme que los lleve hasta los delincuentes.