CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
16-06-2011

Un forense agrava la situación de Lucila

El único médico que examinó el cadáver de Solange Grabenheimer en la escena del crimen aseguró que el homicidio se produjo cuando la imputada Lucila Frend aún estaba en el lugar del hecho.

BUENOS AIRES - El único médico que examinó el cadáver de Solange Grabenheimer en la escena del crimen aseguró ayer en el juicio oral por el caso que el homicidio se produjo entre la 1 y las 7 del 10 de enero de 2007, cuando la imputada Lucila Frend aún estaba en el lugar del hecho.

Se trata del subcomisario Eugenio Aranda, forense de la Policía Científica bonaerense y quien ya desde la instrucción de la causa se convirtió en el testigo "clave" de la fiscalía para acusar a la imputada.

La declaración tuvo un altercado cuando los defensores de Frend, Sergio Pizarro Posse y Francisco García Santillán, interrumpieron al testigo para denunciarlo por falso testimonio calificado, al sostener que a lo largo de la causa mencionó horarios distintos a los que mencionó ayer.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de San Isidro rechazó el planteo y dejó que el testimonio continúe al considerar que no era el momento adecuado para hacerla y que en todo caso esa acusación podía ser formulada en los alegatos.

Aranda es el principal testigo del fiscal Alejandro Guevara contra Frend, ya que al ser el único médico que revisó el cadáver en la escena del crimen, siempre fue el considerado más calificado para estimar la data de la muerte.

El subcomisario, que actualmente es jefe del cuerpo médico de la Policía Científica de San Martín, explicó que en aquella época trabajaba en la científica de San Isidro y que la noche del 10 de enero de 2007 fue convocado al PH de la calle Güemes 2280 de Florida donde Grabenheimer acababa de ser encontrada asesinada.

El médico explicó que llegó entre las 0.30 y la 1 de la madrugada ya del 11 de enero y encontró a la víctima tirada boca abajo al costado de su cama. Contó que cuando la dio vuelta para examinarla, "el cuerpo giró como una tabla", en referencia a la rigidez que presentaba.

"El cadáver estaba frío. Tenía livideces ventrales fijadas y rigidez cadavérica completa", señaló.

Las livideces son las manchas moradas que presentan los cadáveres por la acumulación de sangre de acuerdo a la acción de la fuerza de gravedad y la posición en la que se encuentra (si esta boca abajo, la sangre se acumula abajo y las manchas aparecen como en este caso en el vientre y la parte anterior de los muslos).

Este fenómeno cadavérico es uno de los parámetros clave para establecer la data de muerte.

Aranda calculó que Solange fue asesinada "entre dieciocho a veinticuatro horas antes del momento en el que examiné el cadáver, es decir, entre la una y las siete de la mañana del día previo".

La respuesta comprometió a Lucila, que aquel 10 de enero de 2007 se fue de su casa a las 7.30 y vio que Solange aún estaba con vida y durmiendo.

El único momento en el que Aranda titubeó en su declaración fue cuando no pudo explicar por qué en la junta médica que se hizo para consensuar junto a todos los peritos intervinientes cuál era la hora del crimen, él firmó la conclusión que afirmaba que había sido entre las 7 y las 13, horario que beneficia a Frend.

"Yo no estuve de acuerdo con el ateneo. Lo que pasa es que allí se buscó un consenso", dijo Aranda.

"Pero usted debería haber dejado sentada su disidencia. ¿No estuvo de acuerdo pero firmó?", le dijo el presidente del tribunal, el juez Oscar Zapata.

"Lo expliqué después en una declaración testimonial ante el fiscal y lo iba a explicar como lo estoy haciendo ahora en el juicio oral", respondió el médico.

"Nadie preguntó por ella"

Una empleada del negocio de polarizado de autos donde trabajaba Solange Grabenheimer complicó ayer a Lucila Frend al asegurar que nunca atendió un llamado de la imputada buscando a su amiga el día en el que luego fue encontrado el cadáver.

Se trata de María Celeste Stuchetti, encargada del negocio "Autotint" que el padre de Grabenheimer tiene en la zona de Warnes y donde Solange nunca llegó a trabajar aquel 10 de enero de 2007 porque ya había sido asesinada.

Esta testigo negó que Lucila haya llamado pasadas las 14 al local para preguntar por Solange porque no la encontraba por ningún lado. "Ese día no llamó nadie preguntando por Solange", dijo categóricamente Stuchetti.

Frend declaró en la instrucción y también en este juicio que llamó a "Autotint" en su derrotero por intentar ubicar a su amiga ese día, pero Stuchetti lo negó.

Los defensores de Frend exhibieron el informe de llamados entrantes y allí figuraba que desde el laboratorio donde Lucila trabajaba en San Fernando, aquel 10 de enero de 2007 hubo un llamado a Autotint a las 14.17.55 que duró doce segundos. Ante esa evidencia la testigo se puso algo nerviosa y dijo: "Sí, sonó el teléfono y atendí, no hubo charla. Quizás alguien llamó y se cortó o no habló", dijo la ex empleada de los Grabenheimer.