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28-12-2011

Inhuman a la familia muerta al chocar en una ruta brasileña

Voceros de la empresa funeraria "Sentir" indicaron que "por decisión de la familia los cuerpos no fueron velados como estaba previsto", y que la sepultura se llevó a cabo en el cementerio Lar de Paz, ubicado en el norte de la ciudad.

SANTA FE.- Los cuerpos de los cinco integrantes de la familia Ferraro que murieron en un accidente en una ruta del estado brasileño de Río Grande Do Sul fueron inhumados ayer en un cementerio de Santa Fe sin ser velados.

Voceros de la empresa funeraria "Sentir" indicaron que "por decisión de la familia los cuerpos no fueron velados como estaba previsto", y que la sepultura se llevó a cabo en el cementerio Lar de Paz, ubicado en el norte de la ciudad.

Los cadáveres llegaron pasadas las 16 a la sala velatoria ubicada en Suipacha 2488, en el centro santafesino, para ser trasladados sin velatorio al cementerio, ubicado en el camino a la localidad de Monte Vera.

En el accidente ocurrido en Brasil murieron Leticia Noemí de Buck (42); su esposo, Gustavo Ferraro (40); y sus hijos, Matías Ferraro (18), Andrés Ferraro (11) y Thiago Benjamín Ferraro (3).

La familia, aunque residía en la ciudad de Rosario, era oriunda de Santa Fe, motivo por el cual los cuerpos fueron inhumados en un cementerio de la capital provincial.

En tanto, la única sobreviviente que permanece en la ciudad de Rosario Do Sul, próxima al sitio donde se produjo el choque entre el Chevrolet Zafira en el que viajaba su familia y un micro de la empresa brasileña Planalto, es Lucía Ferraro (16).

La adolescente permanecía internada en el hospital María Auxiliadora de esa ciudad brasileña, ya que presenta heridas de consideración y los médicos aconsejaron aguardar 48 horas para seguir su evolución.

"Hay que esperar cuarenta y ocho horas. Tiene un fuerte golpe en el tórax, perforado un pulmón y una pierna quebrada. Gracias a Dios que la pudimos llevar allá (al hospital)", dijo Guillermo Giglione, un amigo de la familia que viajaba en otro auto.

Giglione manifestó que la adolescente no sabe aún lo que pasó con sus padres y sus hermanos.

"Los únicos que estamos acá para decirles algo somos nosotros y, hasta que no me la devuelvan, me voy a quedar acá", dijo el hombre con la voz quebrada.

Giglione recordó que al momento del accidente él iba con su esposa y su hija en un auto adelante del de sus amigos, con quienes tenían previsto pasar 15 días de vacaciones en Praia da Pinheira, en Florianópolis, estado de Santa Catarina.

"Estaba soleado, yo estaba en el asiento trasero y en eso, cuando le pregunto a mi señora a qué altura estábamos, siento un ruido, me doy vuelta y veo la situación: el colectivo que ya había impactado e iba de costado sobre su derecha y un auto que da vueltas", relató.

Y añadió: "Le digo a mi señora que atrás nuestro, a unos cincuenta o cien metros, hubo un accidente, pregunto dónde van los chicos y me dice atrás. Frenamos, volvimos, dimos la vuelta y, bueno, fue aterrador".

Giglione aseguró que sus amigos, al igual que él y su esposa, iban a no más de 100 kilómetros por hora y manejaban prudentemente, por lo que calificó como "inexplicable" lo sucedido.

Además aseguró que la ciudad de Rosario Do Sul quedó conmocionada por lo sucedido y que él y su familia reciben muestras de apoyo permanente. "Hasta la gente que pasa caminando por la calle pregunta como está la nena, es terrible", dijo.

El choque se produjo el lunes, cerca de las 8, a la altura del kilómetros 457 de la ruta BR290, entre las localidades de Rosario Do Sul y Sao Gabriel.

La Zafira conducida por Leticia Noemí de Buck, chocó de frente con un micro de pasajeros que iba en sentido contrario y murieron la mujer, su esposo y tres de sus cuatro hijos.

La única sobreviviente es Lucía, en tanto el chofer del micro sufrió fracturas en las piernas y algunos pasajeros golpes leves.