Una rápida investigación llevada a cabo por personal de la Comisaría de la Mujer permitió ayer detener a un individuo de 41 años que fue acusado de violar a una niña de 11 a la que le daba clases particulares de computación.

Las autoridades policiales y judiciales preservaron datos de la causa y cualquier otra información que pudieran conducir a la identidad de la víctima dada la delicadeza del delito en cuestión.

Sin embargo se conoció que el hecho ocurrió en las últimas horas y que fue la misma niña la que le contó a su madre sobre lo que el profesor de computación le había hecho.

A partir de esos dichos, la madre se comunicó con la policía y de inmediato se le dio aviso a Comisaría de la Mujer que comenzó a investigar.

Según pudo reconstruirse, la niña se había quedado sola en la casa recibiendo clases de informática y computación, luego de que la madre confiara en la seriedad del profesor. Una alta fuente judicial confirmó a LA CAPITAL que el ahora detenido tenía ciertas características laborales que podían garantizar un buen trabajo y generar confianza en la mujer.

Pero todo fue diferente. Cuando la madre regresó a la casa, la niña de sólo 11 años le contó lo que había pasado: el profesor la había violado, con penetración vaginal.

La policía actuó de forma presurosa a tono con el fiscal Juan Pablo Lódola y el juez Juan Tapia, quienes autorizaron el allanamiento para el domicilio del profesor de computación. Sin resistirse, ante la sorpresa de ver a la policía romper la puerta de entrada de su casa, el individuo fue detenido.

La Justicia calificó el hecho como abuso sexual con acceso carnal agravado por ser cometido por un encargado de la educación de la víctima, un delito que tiene una condena prevista de 8 a 20 años de prisión de cumplimiento efectivo.