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18-09-2015

Por el ataque a un abogado, apresan a una de sus clientes

Una mujer de 42 años, con un avanzado estado de embarazo, fue detenida y acusada de participar en el intento de homicidio de su abogado, quien le gestionaba una sucesión por 10 millones de dólares. El profesional fue herido en el rostro de un disparo por un hombre, que lo abordó en su propio estudio. También resultó demorada ayer la pareja de la mujer, un policía de la Patrulla Rural por portación

El 29 de junio del año pasado murió Reinaldo Bensi, dueño de campos y propiedades en la zona de Lincoln. Después de permanecer un tiempo convaleciente por un choque en una ruta, falleció y tras él quedó un inmenso patrimonio que una mujer cercana y mucho más joven judicializó a través de un abogado de Mar del Plata.

Ayer la policía detuvo a esa mujer y a su actual novio, un policía en funciones, en el marco de la investigación por el ataque sufrido por el abogado a cargo de dicha sucesión, quien fue baleado en el rostro el 15 de junio último, en su estudio de Alvarado y Alvear.

Para el fiscal Eduardo Amavet hay prueba suficiente para imputar a la mujer Mabel Esquivel (42) por participar en la agresión contra el letrado Carlos Castillo. ¿Los motivos? Una herencia por más de 10 millones de dólares, honorarios en discusión y un trasfondo complejo de relaciones interpersonales.

De acuerdo a información a la que tuvo acceso la prensa en su momento, se confirmó que segundos antes de producirse el disparo que hirió a Castillo en el rostro Esquivel se encontraba con él la oficina. Pero quien le disparó fue un hombre que irrumpió armado con un revólver.

En las últimas horas se llevaron a cabo tres allanamientos en domicilios de Mar del Plata y otros tantos en campos del partido de Junín, donde están emplazadas las mayores propiedades involucradas en la sucesión. En uno de los operativos en esta ciudad fue detenida Esquivel y su actual pareja, el policía Miguel Angel Marote, que reviste en Patrulla Rural.

Por lo pronto, Esquivel fue acusada de coautora funcional del delito de tentativa de homicidio, mientras que Marote quedó a disposición de la fiscalía de Flagrancia por tenencia ilegal de armas.

Todavía no se estableció quién fue el que disparó contra Castillo aunque se cree que en su declaración prevista para hoy, la mujer podría dar datos importantes y, también, aportar nuevos elementos que harían aún más sorprendente este hecho.

La agresión

La historia se remonta a julio del año pasado cuando se inició el trámite de sucesión para determinar el destino de los bienes de Bensi. Esquivel era la única heredera -compartido ese beneficio en un pequeño porcentaje con el apoderado del millonario- y contrató a Castillo.

Las razones por las cuales Bensi eligió a la mujer como depositaria final de todas sus propiedades, no trascendió. Esquivel es madre de una niña cuyo padre no es Bensi y en los últimos tiempos había entablado una relación con Marote.

Según estimaciones extraoficiales, el monto de la sucesión ronda los 10 millones de dólares, entre departamentos, casas, vehículos y, principalmente, campos en la zona de Lincoln.

Esa millonaria cantidad de dinero hizo necesaria la discusión de honorarios para Castillo y otros detalles de la labor profesional, algo que con el correr de los meses empezó a generar controversia. Esto es lo que investiga el fiscal Amavet como móvil del ataque que se produjo aquella tarde del lunes 15 de junio.

Consta en el expediente que Castillo había acordado encontrarse con Esquivel fuera del horario de atención de su estudio para definir algunas cuestiones vinculadas al trámite judicial. Por ese motivo la reunión parecía una más de tantas otras. Sin embargo, Castillo no se confiaba de esa cliente. Las diferencias por los honorarios y decisiones en el trámite habían provocado una disconformidad tal que el abogado se empezó a preocupar. Llamadas telefónicas en un tono agresivo y algunos correos electrónicos -podrían haber sido enviados por personas del entorno de la mujer- iban en la línea de las amenazas.

Esa tarde Castillo recibió a Esquivel en su oficina y mantuvieron una charla breve. El diálogo se interrumpió cuando la mujer pidió ir a ver a su hija que supuestamente estaba en el automóvil, pero no fue ella quien regresó a los pocos segundos. En verdad, entró un hombre armado con un revólver calibre 22 y a los gritos intentó disparar contra Castillo, pero este pudo correr hasta un baño. Decidido, el agresor lo siguió y dentro del sanitario le efectuó un disparo.

Castillo tuvo dos reacciones que le salvaron la vida: la primera de ellas fue cubrirse con sus manos la cabeza. El proyectil atravesó un brazo del abogado y perdió energía, pese a lo cual se incrustó en la mandíbula. El segundo acto reflejo fue hacerse el muerto. "No me voy a olvidar de la cara. Se reía mientras me disparaba", pudo decir Castillo, un hombre de 69 años que sufre aún en el habla las secuelas del ataque.

El agresor se dio a la fuga y Castillo debió ser internado con un cuadro grave del que logró salir semanas más tarde.

Complicaciones

Debido a la imposibilidad que mostraba Castillo para hablar, el fiscal Amavet tuvo unas primeras jornadas complicadas tras el hecho. Solo estaba el dato de Esquivel como la última cliente que había atendido.

Distintas averiguaciones de la propia fiscalía permitieron desglosar la trama y descubrir el malestar existente entre los allegados de Esquivel y Castillo. "Hay mucho dinero en juego y muchas manos que quieren entrar en la repartida", explicó extraoficialmente ayer una fuente judicial.

También la ciencia forense le dio certezas al fiscal sobre el arma empleada en el hecho. Para los peritos fue un revólver calibre 22. El análisis de comunicaciones le dio al fiscal elementos importantes para incriminar a la mujer e investigar su entorno.

Por ello solicitó en la última semana una serie de allanamientos, tres en Mar del Plata y tres en campos de Lincoln. A Esquivel y a Marote los detuvieron en la casa que compartían en calle Italia al 4100, donde el personal de la DDI secuestró celulares, computadoras y documentación, y tres armas de fuego: un revólver calibre 32 y dos pistolas calibre 22.

Ninguna de estas armas es coincidente -en principio- con la que habría sido utilizada para cometer el ataque por lo que se le dio intervención a la fiscalía de flagrancia a cargo del Gastón de Marco, quien dispuso la aprehensión de Marote. También fueron allanados dos departamentos en Moreno al 1000, uno de ellos donde vive un familiar de Esquivel y otro que habría pertenecido a la mujer pero que fue vendido en el verano.

En tanto en Lincoln se realizaron allanamientos en la estancia María Ana, en unas instalaciones próximas y en el establecimiento rural Su An. Allí se buscaban armas pero solo se secuestraron computadoras.

Respecto a Esquivel trascendió que en un primer momento indicó que tenía un embarazo de 9 meses, pero los estudios médicos revelaron que era de 7. "Al parecer la mujer dio intencionalmente un dato equivocado pero no está claro por qué", dijo la fuente consultada.

Hoy antes del mediodía Esquivel podrá explicar eso y mucho más en su declaración ante el fiscal.