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28-11-2015

La cárcel de Batán, escenario de una nueva pelea fatal

El fiscal Alejandro Pellegrinelli investiga por estas horas el homicidio de un preso en el interior de la Unidad Penal Nº15 de Batán. Allí otro recluso, que fue identificado y reducido en el momento del ataque, empleó un cuchillo de cocina para cometer el crimen.

Gonzalo Villarino López (22) ingresó al penal de Batán el miércoles y no tardó demasiado en ratificar su condición de asesino. Llegaba con una pena prolongada por cumplir a raíz de haber cometido un homicidio, además de una causa abierta por otro. Y tenía algunas cuentas pendientes con Luis Báez Echegaray (32), un interno que también había experimentado eso de matar. Entonces, apenas tuvo la oportunidad, se hizo de un cuchillo y le cortó al cuello.

Ayer por la mañana, poco después de que desde el HIGA se confirmara la muerte de Báez Echegaray, Villarino López fue conducido ante el fiscal Alejandro Pellegrinelli, pero no quiso aportar demasiados detalles del hecho.

Los motivos del ataque no fueron revelados por el personal del Servicio Penitenciario pero trascendidos se orientan a una venganza, no a una situación de momento. Esas fuentes informales aseguraron que Báez Echegaray fue acusado por Villarino López de haber asesinado a un primo tiempo atrás.

Que las cárceles lejos se encuentran de ser un espacio de concordia, donde los internos van en busca de las herramientas que les permitan salir del mundo del delito, lo sabe todo el mundo. El mismo sistema punitorio lo sabe, al generar las condiciones para que se trate de un período deformatorio y no reformatorio del que cae en él. Y el régimen penitenciario entiende que la violencia entre presos es una parte constitutiva que, aunque resulte inverosímil para los de afuera, puede ser un elemento de autoconducta.

El jueves por la tarde la Unidad Penal Nº15 de Batán volvió a desangrarse, de la misma manera que el 28 de octubre había sucedido con el crimen de Norberto Hech (23). Esta vez la situación fue diferente porque sucedió en un sector en donde no es habitual que se produzcan riñas.

Todo comenzó cerca de las 15 cuando ambos reclusos estaban en el sitio conocido como la "Leonera de Control", aunque separados por rejas. Báez Echegaray aguardaba por ser atendido por el procurador del Penal, a los efectos de realizar un trámite administrativo. Villarino López, en tanto, como recién ingresaba al penal estaba en "tránsito" a la espera de ser designado el pabellón menos conflictivo para su convivencia.

Por ahora se investiga esa versión de la venganza pero, de haber sido ese el motivo, no deja de ser una gran coincidencia. O si, en realidad, entre ambos no había historia previa de encono y todo se originó en el momento. Lo cierto es que Villarino López se acercó para hablarle a Báez Echegaray sin revelar su objetivo homicida. Entre sus ropas llevaba un cuchillo de cocina, con hoja serrucho, ni siquiera era una "faca tumbera".

Apenas Báez Echegaray se puso a un brazo de distancia, Villarino López lo atacó por entre los barrotes y le causó un profundo corte en el cuello, que afectaron la arteria aorta y otros vasos sanguíneos.

Los gritos alertaron al personal Penitenciario y varios guardias rescataron al herido y lo llevaron al Area de Sanidad. Sin embargo allí, al verificarse la severa lesión que presentaba en el cuello fue de inmediato trasladado en ambulancia al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA)

Ya en el nosocomio, los médicos de guardia ordenaron el jueves por la tarde una intervención quirúrgica de urgencia que logró contener la hemorragia y dejó a Báez Echegaray en estado de coma. Horas después, entrada la madrugada, se produjo su deceso.

Villarino López fue reducido por los guardias y el cuchillo -tenía la punta de la hoja limada) secuestrado, puesto a consideración del fiscal Pellegrinelli.

Por la discreción que caracteriza al Servicio Penitenciario, no se conocieron precisiones en cuanto a las condenas de los dos involucrados en el incidente. Sin embargo se supo que Báez Echegaray estaba a disposición del Juzgado de Ejecución Penal Nº2 , por el delito de homicidio agravado, en causa 2970/1.

Por su parte Villarino López provenía de La Matanza, donde el Juzgado de Garantías 4 lo tenía bajo su órbita en una causa actual por el delito de homicidio en ocasión de robo.