Perpetua para el delincuente que participó del crimen de un ex militar
Cristian Shiarkey fue considerado coautor del asalto y crimen de Rafael González (82) por lo que recibió la máxima condena. En cambio, sus cómplices Maximiliano Maciel y Carlos Pucci fueron sentenciados a 20 años.
El Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 condenó ayer a prisión perpetua a Cristian Shiarkey y a 20 años a sus dos cómplices, Maximiliano Maciel y Carlos Pucci, por el homicidio del ex militar Rafael González (82) cometido el 31 de julio de 2013 durante un asalto en su casa del barrio Nueva Pompeya.
Los jueces Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Aldo Carnevale además decidieron revocarle el arresto domiciliario al ex policía Pucci por lo que deberá cumplir la condena en la cárcel.
La lectura de la sentencia estuvo cargada de tensión y se produjeron incidentes con la madre de Shiarkey, por lo que el Tribunal resolvió que fuera desalojada la sala.
Los jueces consideraron a Shiarkey como coautor del asesinato del ex militar mientras que afirmaron que Maciel y Pucci trabajaron en la preparación del asalto por lo que fueron "partícipes necesarios" para que se cometiera el brutal hecho.
Los jueces tomaron como agravantes en la sentencia la violencia con la que actuaron los delincuentes sobre las víctimas y las graves secuelas que provocó el hecho en la mujer del ex militar y su hija. También destacaron la condición de policía de Pucci, una condena en suspenso de tres años de Maciel y los antecedentes del condenado a perpetua.
Además, los magistrados remarcaron la impecable declaración de la mujer del ex militar que pudo reconstruir el hecho pese el tremendo momento vivido. Pero no sólo eso: resaltaron el grado de familiaridad que Maciel había logrado con la víctima para poder sacarle la información que fue clave para cometer el robo.
El ex militar Rafael González fue asesinado de un balazo por al menos tres delincuentes que lo asaltaron cuando estaba con su esposa en su vivienda de Brandsen y Misiones, cerca de las 15 del miércoles 31 de julio de 2013.
Momentos antes, la pareja había sido engañada por una banda de delincuentes en su propiedad, haciéndose pasar por efectivos de la Policía Científica que iban a investigar un intento de robo, ocurrido en el mismo lugar en los días previos.
La fiscal Andrea Gómez y la policía comenzaron una investigación para dar con los autores del hecho y así fue como detuvieron a Cristian Shiarkey, quien fue reconocido en rueda fotográfica y luego en persona por la viuda del ex militar.
En ese momento, el acusado permanecía bajo prisión preventiva y con arresto domiciliario, en el marco de una causa por un asalto similar efectuado a una jubilada en septiembre de 2012. Por ese robo, que tuvo lugar en una casa de Rawson y French, el hombre fue condenado días más tarde del crimen de González a 5 años de prisión, en un fallo emitido por el Tribunal Oral Nº 2.
Mientras tanto, la fiscal Gómez, tras conocer más información del caso, siguió con la investigación y ordenó otras dos detenciones: la del policía de la comisaría cuarta Carlos Pucci, a quien sindicó como cómplice de la banda, y a Maximiliano Maciel, por participar del engaño de los delincuentes.
Según lo demostrado en el juicio por la fiscal, el caso fue planeado entre Maciel, Pucci y los delincuentes, entre quien estaba Shiarkey. El primero de dichos acusados, al momento del crimen, era vecino de González y habría sido quien entregó el dato de que la pareja guardaba en la casa la suma de 50.000 dólares en efectivo.
El policía, en tanto, fue quien llamó por teléfono al ex militar y le hizo creer que esa tarde irían a su casa peritos de la Policía Científica. El engaño consistía en hacerle creer que los uniformados iban a analizar pistas para esclarecer un intento de robo ocurrido diez días antes, al que González se había resistido efectuando disparos al aire.
Cabe destacar que, tras ingresar en la casa, los asaltantes mataron de un disparo al ex militar. Para los pesquisas, lo hicieron porque sabían que González podía defenderse con armas de fuego. Sin embargo, no hallaron la gran cantidad de dinero que esperaban: huyeron solamente con 700 pesos, una pistola calibre 9 milímetros y un teléfono celular, ante el desconsuelo de la viuda de la víctima.
