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10-01-2016

La muerte de Falconnat, un enigma de "habitación cerrada"

Por Fernando del Rio

En la madrugada del 25 de mayo, Erica Falconnat (23) murió por ahorcamiento. Llegó al HIGA después de que sus familiares y su pareja la descolgaran de una soga atada a un tirante del techo y enlazada en su cuello. Todo aparentó ser un suicidio, hasta que uno de sus hijos, de solo 6 años, dijo que la pareja la había matado. Un caso de "cuarto cerrado".

Erica Falconnat (23) estaba entusiasmada porque a la mañana bien temprano iba a subirse a un micro y viajar a Buenos Aires para participar de los festejos del 25 de Mayo. Por eso es que junto a su pareja Ezequiel Gómez (19) se fueron a la casa de unos amigos y lo celebraron. Bebieron, comieron y luego regresaron a la vivienda de la calle Gutenberg donde los esperaban los hijos de ella, de 4 y 6 años. Lo único que se entrometía entre Erica y el viaje era la madrugada, a la que debía superar sin mayores problemas. Sin embargo, horas después, antes de que la luz del 25 asomara, Erica estaba muerta en una camilla del Hospital Interzonal.

El fallecimiento aparentó inicialmente haberse producido por un suicidio, ya que el propio Gómez mandó a uno de los niños pedir un cuchillo a la madre de Erica, domiciliada en la casa lindante. Cuando la madre y su marido llegaron corriendo, Gómez sostenía el cuerpo de la joven, que pendía de una soga, en el interior de la casa de Gutenberg 7221. La angustia y desesperación del momento no hizo lugar a las especulaciones, pero en la familia de Erica entendían que no podía haberse suicidado.

"¡Ayúdenme a bajarla!", gritaba Gómez mientras la soga era cortada con el cuchillo. Incluso Gómez, ya dentro del vehículo que corría en dirección al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) intentaba reanimar a Erica con respiración boca a boca.

Pero Erica murió y la familia sospechó de algo diferente. Tiempo después, uno de los niños, el mayor, dijo en cámara Gesell que Gómez había matado a su mamá.

La causa 12.060 que se tramita en la fiscalía Nº1 a cargo de Fernando Castro hoy presenta la carátula de "homicidio agravado" y tiene como imputado a Gómez, aunque la jueza de garantía Lucrecia Bustos rechazó dos veces el pedido de detención por no haber "prueba suficiente" que la justifique.

"A Erica la mató este pibe y no podemos entender la decisión de la jueza. ¿Deja suelto a un asesino y no le cree lo que dijo el nene?", contó ayer Marta, la abuela de Erica.

La investigación de un caso como este es de las más complejas, ya que se trata de un episodio de "cuarto cerrado", donde lo único que existe como referencia para refutar la hipótesis del suicidio -avalada por la pericia forense- es el testimonio de un niño.

"Nadie va a condenar a prisión perpetua a una persona por la interpretación de una perito por medio de una cámara Gesell. Más aún cuando el niño se contradice", asegura una alta fuente judicial.

Festejo patrio

Erica Falconnat había tenido dos hijos con un joven con el cual no pudo sostener la relación. Por eso no trabajaba y solo se dedicaba a criarlos, con la ayuda de su madre Mónica. Erica lo que sí hacía era participar de la organización social "Los Sin Techo" con acompañamiento y participación. También Erica era conocida en la iglesia evangelista de la zona, en el denominado barrio "15 de Enero" y en el Centro Integrador Comunitario del barrio El Martillo.

Precisamente, con algo de esfuerzo había conseguido 150 pesos para pagar el viaje en micro a Buenos Aires donde iba a asistir a los actos que el gobierno nacional iba a realizar como celebración del 25 de Mayo.

Algunos testigos aseguran que Gómez no quería que ella hiciera ese viaje y lo describen como una persona conflictiva, violenta y consumidor de bebidas alcohólicas. "Era un pibe del barrio que Erica empezó a conocer y lo hizo ir a vivir a su casa, con sus hijos, para tratar de que mejorara", narró un pariente de la joven.

La relación entre Gómez y Erica Falconnat fue tormentosa en los cinco meses que duró. Tal como consta en el expediente, discutían mucho y hasta en alguna ocasión Gómez se asomó a la calle y con un cuchillo en su mano derecha gritaba que se iba a suicidar si no le abría la puerta, la misma puerta que Erica le había cerrado minutos antes.

En la noche del 24 de mayo del año pasado los dos se fueron a la casa de unos amigos. Comieron asado y tomaron bebidas alcohólicas. Los análisis en la sangre extraída durante la autopsia, no hallaron dosaje alcohólico, pero este estudio no es determinante. Además tanto Gómez como el vecino aseguraron que todos los concurrentes habían tomado alcohol. Este dato es importante para los investigadores, porque puede ayudar a comprender ciertas conductas desplegadas en el interior de ese "cuarto cerrado".

Lo que logró reconstruirse es que Erica quedó colgada por el cuello con una soga que había sido pasada por un tirante de la habitación. El efecto obstructivo del lazo le provocó la falta de irrigación sanguínea al cerebro y las lesiones que derivaron en su fallecimiento.

En su declaración jurada como testigo, Gómez dijo que tras llegar a la casa discutieron con Erica y ella le pegó con un vaso en la cabeza. Que con un trozo de vidrio, Erica amenazó con matarse y se cortó una muñeca. Entonces, Gómez salió de la casa y al regresar lo hizo por una ventana. Fue en ese momento que vio a Erica con la soga alrededor del cuello y saltando de un pequeño mueble.

Lo que siguió luego fue el traslado al HIGA y el fallecimiento de la mujer.

Vuelco

En el barrio El Martillo, como en la mayoría de los barrios periféricos o suburbanos de la ciudad, es muy usual que los domicilios estén subdivididos y vivan distintos grupos de personas pertenecientes a las mismas familias. Esa situación también se daba con Erica Falconnat, quien vivía en Gutenberg al 7200 y su madre Mónica lo hacía en la casa lindante.

Por esa proximidad es que Mónica llegó al instante a la habitación donde Gómez pedía ayudar para descolgar a Erica. Y por ello es que tiene su propia versión de los hechos, la que alimentó en base a los dichos de sus nietos.

Cuando el fiscal Castro, que en un principio no dudó del suicidio como tampoco lo hizo la policía forense, conoció la línea alternativa solicitó a la jueza Lucrecia Bustos que se autorizara la cámara Gesell para que los niños contaran lo que vieron.

Así fue como el mayor de los niños, el de 6 años, dijo que "Eze" había matado a su mamá y que la vio cuando "pateaba" el mueble sobre el que estaba parada su mamá. También en la transcripción de la cámara Gesell se lee que el mismo niño luego dice "No lo vi", en relación a ese momento.

Para el fiscal Castro, esa información fue suficiente para cambiar la carátula y el 3 de julio pidió la detención de Gómez, pero la jueza Bustos la rechazó cuatro días más tarde por no haber "prueba suficiente".

En los pasillos de Tribunales aseguran que pasó algo raro con esa resolución. Desde altas esferas judiciales habrían presionado para que Bustos reviera su decisión, de modo que unos días después el fiscal Castro solicitó nuevamente la detención, esta vez agregando que debían hacerse una diligencias y que para ellas se necesitaba a Gómez detenido. La jueza entonces debía autorizar la detención, pero, una vez más, la rechazó.

La causa no avanzó mucho más luego de eso, pese a que incluso se presentaron como amicus curiae la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, el Consejo Nacional de las Mujeres y la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, figura que fue admitida por la Justicia de Garantías.

"Lo próximo que sucederá -dicen fuentes judiciales- es que se lo citará a Gómez y declarará ya como imputado, por fuera del juramento a decir la verdad. Y contará seguramente su versión que será muy difícil de refutar con las pocas pruebas que hay".

La muerte de Erica Falconnat es otro misterio no resuelto. Los elementos para sostener que fue un suicidio ya están, pero no excluyen al homicidio. Solo una declaración contradictoria de Gómez o un quiebre -algo que se supone no sucederá- podría acompañar los dichos del niño que, desde el punto de vista incriminatorio, son débiles para la Justicia de Garantías.

Marta, la abuela provee el cierre justo para esta historia: "A mi nieta no la recuperamos más, ya lo sabemos. Acá lo que queremos es la verdad. Mi bisnieto ve sombras por todos lados. El no miente".