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02-11-2014

Rick Wakeman: mitos y leyendas del rey de los teclados

Desde hace más de 40 años ha sido algo más que un músico virtuoso o un exitoso compositor. Ha sido un símbolo, un ícono de una época especial que, afortunadamente, se niega a morir y sigue vigente en lo que realmente vale, que es en la calidad y en la capacidad de transmitir emociones, sentimiento y belleza que tiene la música.

por Marcelo Gobello

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Especial para LA CAPITAL

 

"La música no tiene conexión terrestre, está tomada de la fuente de la creación", se escucha en el tema principal de uno de los trabajos más controvertidos del legendario Rick Wakeman. Un músico que, más allá de habilidades técnicas, éxitos de ventas, capas doradas o shows extravagantes, se ha convertido justamente en eso, en una Leyenda. Tomando la acepción de ídolo que marca el Diccionario de la Real Academia Española sobre la palabra; un ídolo cuyo fundamento y esencia está justamente en la música, en esa maravillosa obra que ha ido creando durante toda su vida y que nos ha acompañado durante gran parte de la nuestra.

"Las seis esposas de Enrique VIII" sigue brillando con luz propia como uno de los mejores y más emblemáticos discos de esa desinhibida y maravillosa mezcla de rock, clásica y jazz que dio en llamarse "música progresiva" (o rock sinfónico) allá por los lejanos setentas. "El record criminal" puede ser considerado uno de los más notables de su discografía y la pomposidad bien parida de "Los Mitos y Leyendas del Rey Arturo" sigue sonando tan exuberantemente grandioso como la época que refleja. Pero en el centro del corazón de sus seguidores (y en el de Wakeman mismo), "Viaje al Centro de la Tierra" ocupa el lugar especial de obra cúlmine.

"Yo tenía sólo doce años cuando leí por primera vez la novela Viaje al centro de la tierra de Julio Verne, y desde ese momento supe que esa iba a ser siempre la historia que quería contar", dijo Rick y hace exactamente cuarenta años lo plasmó en el disco más exitoso de su carrera. Que hoy en día una obra así sea número uno en los charts es algo imposible de pensar, pero así es la materia con la cual se forjan las leyendas y así es como la verdadera música siempre le gana al tiempo y al marketing.

Viene en el aire... sin conexión terrestre.

- Para comenzar, no sé si sabías que Mar del Plata es la ciudad natal de Astor Piazzolla, nombre que lleva la sala del Auditorium.

- No, no lo sabía, es una gran sorpresa. Amo el tango y la música de Piazzolla. Lo descubrí de verdad en las calles de Buenos Aires en mi primer visita hace unos cuantos años ya, y me he vuelto adicto al canal de cable sobre tango, ¡ojalá lo pudiera ver en Inglaterra!

- Antes de ser un músico reconocido tuviste una carrera muy importante como sesionista en distintos estudios para grabaciones de lo más disímiles. Luego, siendo ya un artista reconocido, colaboraste como invitado de grupos importantes como Black Sabbath o Dr Feelgood. ¿Cuál colaboración o trabajo de sesión de estudio recordás con más orgullo o cariño?

- Es una buena pregunta. Hay que remontarse a lo que era trabajar en el mundo de la música en Inglaterra a fines de los 50 y primeros sesentas. La mayoría de los solistas y bandas que comenzaban necesitaban músicos profesionales que tocaran con ellos en las grabaciones de discos. Para ello había que contactarse a lo que en la jerga se llamaba un "fixer", que era el encargado de conseguir a los mejores músicos de sesión. Había tres o cuatro principales "fixers" en Londres a mitad de los sesentas, así que si para una sesión necesitabas a un coro, una orquesta, una buena sección rítmica o un tecladista, tenías que llamar a uno. Yo trabajaba desde muy joven para uno de los mejores y llegué a hacer tres sesiones por día, una de mañana, otra de tarde y la última de noche. ¡La mayoría de las veces ni te enterabas para quién estabas trabajando, ni en qué tema ibas a salir! Llegabas tenías tu parte anotada y la tocabas sin más. Podía ser para un comercial de TV, para una película, para un grupo pop, etc. Y eso me sirvió mucho y fue algo fantástico para mí, porque fue una práctica, un training, que me hizo mejorar mucho como instrumentista. Mi lectura era buena, yo había estudiado y nunca tuve problemas en leer partituras, eso era fácil para mí. Pero saber cómo trabajaban distintos músicos, distintos productores, distintos ingenieros, y aprender de cada sesión las cosas que había hecho bien (y sobre todo las que había hecho mal) para recordarlas y crecer. Fue un gran aprendizaje, hice cerca de unas dos mil sesiones por esos años, un montón.

- Algunas fueron muy especiales, históricas, como haber participado como sesionista de hitos como "Space Oddity" de David Bowie o el "Get it On" de Marc Bolan & T Rex...

- ¡Seguro! Hubo sesiones que trascendieron lo laboral o el aprendizaje. Haber hecho ese simple con Bowie y conocerlo, hizo que después él ya me llamara directamente para grabar todo un álbum...

- Y que fue nada menos que "Hunky Dory", su primera obra maestra...

- Me llamó y me invitó a su casa para tocarme algunas canciones que había compuesto. Tomó una guitarra y me tocó todas las canciones de lo que después sería el disco "Hunky Dory" ¡Te das cuenta! fui la primera persona - y estoy muy orgulloso de ello- que escuchó entero todo ese material, joyas como "Life on Mars" o "Changes", canciones realmente alucinantes, asombrosas. Y después de escucharlas me dijo: "Quiero hacerlas diferente, basadas en una sonoridad de piano, no de guitarra. Así que quiero que las escuches todas y las toques como si fueran sólo para piano, para que luego el resto de los músicos se acoplen a lo que vos hagas." Lo cual fue algo fantástico de hacer, como por ejemplo el tema "Life on Mars", más tarde el resto de los músicos tuvieron que tocar exactamente lo que yo quise que tocaran. Hubo otras sesiones muy importantes con otros artistas también como por ejemplo con Cat Stevens, pero una vez que entré en Yes en 1972 dejé el trabajo de sesionista y sólo colaboré esporádicamente con algunos músicos amigos como Black Sabbath en 1975.

- Años después colaborarías en un disco solista de Ozzy Osbourne...

- Sí, el disco "Ozzmosis", fue una de las colaboraciones que más disfruté. Un gran álbum, recuerdo que viajé a New York a grabar con Ozzy y nos divertimos muchísimo. Fue una etapa muy interesante la de las sesiones, de hecho en Inglaterra todavía se pasan mucho por la radio los viejos temas de los sesentas y es muy lindo descubrir que toqué en un montón de ellos. Fue un gran aprendizaje, sin duda.

- Hablabas de David Bowie. ¿Es verdad que te pidió sumarte a su nueva banda -nada menos que los Spiders From Mars- como músico estable en el mismo momento que te pidieron lo mismo en Yes?

- Es completamente cierto, y es algo que visto a la distancia es muy interesante. Te voy a contar toda la historia. Dejé al grupo The Strawbs por diferencias musicales, empezamos como una banda de folk rock y luego se fue convirtiendo en algo más pop. Estoy hablando a mediados de 1971 aproximadamente. No me gustó la dirección que estaba tomando la música de la banda, a mí me gustaban más las composiciones más elaboradas de Dave Cousins, pero de golpe se volcaron a un sonido más pop que era lo que componían otros integrantes de Strawbs. Así que decidí marcharme, tampoco estábamos haciendo mucho dinero y yo tenía que alimentar a mi esposa de entonces, Rose, y a mi primer hijo, Oliver, que era un bebé. ¡Por un momento pensé que iba a volver a trabajar de sesionista!

Una noche del mes de julio recibo - ¡a las dos de la mañana!- una llamada de Chris Squire de Yes, a quienes conocía por haber tocado de soporte una vez con The Strawbs y me habían llamado mucho la atención por lo original de su sonido. La cosa es que Chris me llamó a esas horas de la noche y yo un tanto mosqueado le dije: "¿Sabés la hora que es?", y el me respondió: "No, esperá que te averiguo... son las dos de la mañana." (risas) Nunca se dio cuenta de la desubicación, ja ja ja.

Luego me dijo que Yes estaba haciendo un cambio, que querían volcarse a un sonido más orquestal y sinfónico y que yo podía hacerme cargo de los teclados. Habían leído una entrevista que me habían hecho hacía muy poco tiempo, donde yo planteaba justamente algo semejante, que dejaba a la otra banda porque quería hacer algo más progresivo.

Me invitó a encontrarme al otro día con la banda en su sala de ensayo para probar si cuajábamos musicalmente y si sonaba bien ingresar a Yes. Yo no estaba seguro porque estaba muy preocupado por mi situación económica y por la manutención de mi joven familia, pero a la vez me intrigaba averiguar cómo sonaríamos juntos.

Así que a los dos días fui a la oficina de su manager, Brian Lane (quien sigue siendo mi manager hoy en día), que me insistió para unirme a la banda, pero yo dudaba, hasta que llegaron Jon (Anderson) y Chris (Squire) y me invitaron a la sala donde ensayaban a media milla de la oficina para probarnos musicalmente. "Prueba solo unos ensayos", me dijeron, "para ver si congeniamos".

- ¿Cómo era Yes entonces?

- Yes era algo totalmente original y único en esos días: ¡tenías a un delgadísimo guitarrista (Steve Howe) con cara de profesor universitario y una guitarra electroacústica con (amplificadores) Twin reverbs, que son pequeños, cuando la onda eran las montañas de Marshalls con Gibsons Les Paul! Por otro lado un bajista altísimo (Chris Squire) que tocaba un bajo Rickenbaker (algo totalmente pasado de moda, casi psicodélico) y que usaba todas las perillas del ecualizador de sus equipos bajas, en cero. En una época donde lo que estaba de moda eran los musculosos tenores como cantantes, el de Yes era una diminuto ser angelical (Jon Anderson) con voz de alto, y el baterista (Bill Bruford), bueno, era algo impresionante, un baterista de jazz que tocaba diferente a todos los demás.

Al otro día del encuentro en la oficina de su manager fui a su sala de ensayos (que estaba junto a un burdel en una zona no muy respetable) con el ánimo de ver qué pasaba entre nosotros. ¡Y todo cuajó y funcionó maravillosamente de entrada! ¡Con decirte que en ese primer ensayo compusimos y sacamos entre todos las bases de dos temas que serían nada menos que "Roundabout" y "Heart of the sunrise"!

Quedamos en seguir al otro día y Steve se me acercó y me dijo si no lo podía pasar a buscar (el no manejaba) por su casa, que me quedaba de pasada, con lo cual me di cuenta de que me habían aceptado en la banda sin decirme una palabra.

Ese otro día Brian Lane me dijo que mi paga iba a ser el doble de lo que ganaba con Strawbs, lo cual me alegró mucho ya que con eso podía mantener a mi familia sin necesidad de volver a los estudios como sesionista. Bueno, esa misma tarde, después del segundo ensayo, me telefonea David Bowie y me propone unirme a una nueva banda que estaba armando junto al guitarrista Mick Ronson (los luego célebres Spiders From Mars de su época como Ziggy Stardust). Le comenté que justo esa día me habían invitado para ser parte estable de Yes y que le iba a contestar a la otra mañana. ¡Por supuesto que no pude dormir en toda la noche! Hay que tener en cuenta que en ese momento Yes no era un grupo muy conocido o exitoso, y Bowie era un artista mucho más reconocido y vendedor. Finalmente me incliné por unirme a Yes (a pesar de admirar mucho la música de David) porque pensé que de todas maneras, por más libertad que Bowie pudiera darme, siempre iba a ser "su" música. En cambio con Yes podía expresar mucho mejor lo propio, además de que sonábamos de una forma increíble. A nivel prestigio y financieramente me hubiera convenido muchos más, en ese momento, irme con Bowie, pero musicalmente sentía que con Yes íbamos a hacer algo impresionante. ¡Y no me equivoqué!

Lo que pinta a David de cuerpo entero, las clase de persona que es, su gran inteligencia y sensibilidad, es que al otro día, cuando le comenté me decisión, me dijo que estaba haciendo lo correcto, que Yes era lo mejor para mí.

Años después grabamos juntos "Absolute beginners" y durante cuatro años fuimos vecinos en Suiza, y cada vez que me veía me decía: "¡Hiciste lo correcto!". Somos muy amigos y admiro mucho su música y su talento.

Pero fue una decisión muy difícil en su momento, y siempre recuerdo lo que mi finado padre me dijera de joven: "Cualquier decisión es la buena, si tomás la decisión indicada. Y si no lo es siempre podés aprender de ella."

- Hablando de Yes, ¿Cuál es tu disco preferido y por qué?

- Probablemente mi disco preferido de Yes sea Close to the edge, porque fue creado en una época donde los músicos estaban por delante de la tecnología. Y cuando vuelvo a escucharlo nuevamente y escucho los sonidos que creamos y lo que grabamos me pregunto: "¿Cómo diablos pudimos hacer eso entonces?".

Te doy un ejemplo: los sonidos del comienzo del disco, del comienzo del tema "Close to the edge", eso me tomó dos semanas de trabajo para crear. Grabando sonidos de pájaros y campanitas y sonidos ambientales y mezclarlos, etc. ¡Dos semanas solo para esa intro! ¡Algo que ahora puedes hacer en 30 minutos con samplers! Fue un disco que estaba adelantado a su tiempo, que nos costó mucho trabajo y mucha creatividad.

Por supuesto que también hay temas en Fragile como "Roundabout" o "Heart of the sunrise" que son increíbles. Pero mi tema preferido de Yes de todos los tiempos es "Awaken" del disco Going for the one.

La música progresiva ha tomado muchos ángulos a través de los años, hay diferentes tipos de rock progresivo como el de grupos como Dream Theater o Muse...

- O lo que hace Steve Wilson con el grupo Porcupine Tree, mi preferido de la nueva camada de Prog-rock...

- Sin duda, una gran banda. Pero si me preguntan que les nombre un sólo tema que defina lo que es el rock progresivo les diría que pongan "Awaken", porque allí esta todo, ese tema contiene todo lo que es el rock progresivo.

- Tuve la suerte de escucharlo en vivo cerrando un concierto de Yes en el 2003 en Estepona, España, durante la gira del 35 aniversario, y ¡fue una experiencia inolvidable!

- Es que yo sostengo que esa gira, del 2002 al 2005, fue la mejor de Yes de todos los tiempos. En esa gira la banda tocó mejor que nunca, nunca sonó así antes, ni en los setentas. A nivel grabaciones de estudio la banda fue mejor en los setentas, pero en directo ese fue su mejor momento, sin duda. Fue un momento donde todos maduramos al mismo tiempo como músicos, donde todos estábamos en nuestra cima y nos complementamos mejor que nunca. Algo que se da rara vez, algo similar a lo que se puede ver a veces en algún equipo de futbol de esos que hacen historia, donde todos los componentes están en su mejor nivel a la vez. Ese fue el Yes del 2002 al 2005, por eso nunca más quise volver a tocar con ellos, porque nunca podremos superar esa performance.

- Hablemos de dos discos fundamentales de tu carrera solista, comenzando por "Criminal record".

- "Criminal record" es un disco muy interesante. Yo estaba viviendo en Suiza, habíamos terminado de grabar Going for the one con Yes y yo tenía que entregar un nuevo disco solista a mi grabadora de entonces. Quería hacer un disco puramente instrumental como Six Wives of Henry VIII y lo quería hacer de una manera diferente a cualquier otra cosa que hubiera hecho antes. Así que le dije a mi ingeniero que quería grabar todos los teclados primero y después que se agregaran las bases de bajo y batería o las partes de guitarra, totalmente al revés de como se graba regularmente.

Fue algo muy dificultoso, tarea que les encomendé a mis amigos Alan White y Chris Squire de Yes para realizar, lo cual hicieron en un par de semanas en el estudio, creando bases sobre pistas ya grabadas de teclados.

Fue un gran desafío y ellos lo tomaron muy bien, además les di libertad absoluta para que tocaran lo que quisieran sobre los temas, sin ningún condicionamiento de mi parte. Cuando escuché el material grabado fue toda una sorpresa, porque, conociéndolos bien, un 70 % de lo que grabaron era lo que yo esperaba que iban a hacer, pero un 30 % me sorprendió completamente, no era lo que yo esperaba que iba a tocar, lo cual fue muy divertido.

Estoy muy orgulloso de este disco, porque tiene temas muy buenos y porque rompimos todas las reglas normales de grabación.

- Para terminar, contame cómo fue que te decidiste a regrabar nuevamente tu obra más popular y exitosa: Viaje al Centro de la Tierra.

- La grabación de la primera y más conocida versión de “Viaje…” fue condicionada por problemas varios, económicos y técnicos. La obra siempre fue más larga, como la actual, como la versión de 2012, pero en esa época, en 1974 el vinilo te restringía a no poder grabar más de 45 minutos de música. Por esa razón la tuve que cortar, como me había pasado antes con Las Seis Esposas de Enrique VIII, donde le tuve que sacar nada menos que el tema dedicado al propio Rey Enrique VIII. Ese fue el técnico, el financiero tuvo que ver con la imposibilidad de grabar con orquesta y coro en estudio en ese momento, por problemas de costos, razón por la cual se grabó en directo durante un recital. Obviamente que el audio no es el óptimo y siempre me quedé con las ganas de grabarlo completo y en estudio.

- Y fue nada menos que Jon Lord (tecladista histórico de Deep Purple) quien te dio el empuje necesario para hacerlo, ¿no?

- Así es, mi querido amigo Jon…un verdadero gentleman y un gran músico. El me insistió para grabar la nueva versión, tal cual yo la había creado. Por eso el disco está dedicado a su memoria.

- Muchos de tus trabajos nacieron bajo el influjo de la literatura, hay algo que te haya quedado pendiente de realizar al respecto...

- Yo tenía sólo doce años cuando leí por primera vez la novela Viaje al centro de la tierra de Julio Verne, y desde ese momento supe que esa iba a ser siempre la historia que quería contar. Y fijate que es la única historia de Verne que no se ha convertido en realidad, porque no podés saltar dentro de un volcán en escandinavia y salir en Sicilia, (risas). Lo que me quedó pendiente es hacer una obra basada en "El Hobbit" de Tolkien, algo que pensé mucho antes de que se filmaran las películas. Inclusive hice un montón de investigaciones y trabajo previo al respecto, pero encontré que Tolkien no dejó mucho para la imaginación, está todo ahí ya, en la obra literaria. Verne te deja espacio para tu creatividad a nivel musical, hay maravillosas áreas donde podés volar y llevar las cosas a otro nivel. Con Tolkien se me hace imposible, es fantástico para hacer un filme su trabajo, pero no para hacer algo puramente musical.

- Gracias Rick. ¿Alguna reflexión como para terminar?

- Mi filosofía de vida es encarar la misma creyendo en todo. Para mí todo es verdad hasta que me demuestren lo contrario. Se que racional y normalmente la gente se maneja al revés... pero yo lo encuentro más divertido así.