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Opinión 1 de diciembre de 2017

Preocuparse por el equipo, no tanto por el grupo

por Vito Amalfitano

Lo mejor que le pudo haber pasado a la Selección Argentina de fútbol es haber perdido con Nigeria 4 a 2 en Krasnodar en la última gira por Rusia. Ese llamado de atención, giro del destino, sirvió como alerta para lo que deparó ahora el sorteo del Mundial de Rusia.

Tocará justamente Nigeria en la competencia real y se supone que a una Selección Argentina, ya con Messi, no le puede hacer cuatro goles el mismo equipo. Todo lo contrario. Pero la opinión de Diego lanzada en el mismísimo sorteo sobre lo mal que se juega tiene que ver mucho con lo que se vio en ese último partido. Además, claro, de lo que se sufrió ante Venezuela y Perú en el epílogo de las eliminatorias.

Ese alerta temprano en Krasnodar no solo sirve por lo que se vivirá en San Petersburgo el 26 de junio. No únicamente por el propio Nigeria como rival. Al fin y al cabo, es un clásico para Argentina en varios mundiales, siempre se le ganó, y otra vez toca en el último partido del grupo. El llamado de atención ayuda, en realidad, para toda la competencia. Para no arrancar la Copa del Mundo en puntas de pie, para que el juicio de Maradona caiga sobre el espíritu del equipo y pueda imponerse como potencia, pero sin confianza en lo que hoy muestra, con la conciencia de que debe mejorar y, sobretodo, jugar a otra cosa.

El equilibrio lo deberá buscar el entrenador y los futbolistas en este tiempo. El estado de alerta no debería transformarse en sobredimensionar los rivales. La preocupación mayor, obviamente, la deben tener Islandia, Croacia y Nigeria, porque les tocó justo el subcampeón del mundo y supuestamente el equipo que tiene al mejor jugador del mundo (todo, como casi siempre, debe “homologarse” cada cuatro años).

Un campeón del mundo como Jorge Valdano exageró en la charla con el periodista Gastón Recondo en la transmisión de TyC Sports. “No me gusta el grupo, Islandia es una piedra, puede defender con diez”, lanzó. De ninguna manera una Selección Argentina ni sus aficionados o analistas pueden ni deben expresar temor por un seleccionado debutante en un Mundial, más allá de su muy buena perfomance en las eliminatorias europeas.

Lo más probable es que los jugadores de Islandia quieran una foto con Messi. Seguro no al revés. Aunque después sean una “piedra”. Y es verdad que después vienen Modric, Rakitic, Perisic, Mandzukic, pero Croacia siempre fue un “partenaire” de Argentina y no al revés. Y ellos deberían estar mucho más preocupados en Messi, Agüero, Higuaín…

No es, ni por asomo, el grupo “tan difícil” que algunos presumen. ¿Qué quedaría para los demás?. Claro que todo puede parecer más complicado comparado con la zona que tocó en Brasil.

También salió favorable el panorama de los viajes. Argentina arranca en Moscú, a 40 kilómetros de su concentración. Viaja solo 500 kilómetros a Niznhi para el encuentro ante Croacia del 21 de junio, y después volvería allí para el primer encuentro de octavos si termina primero en su grupo.

El problema de Argentina, como lo expresó Diego con sinceridad brutal, está hoy en el propio equipo. Todos coinciden en que lo que falta es un funcionamiento, una idea. Coco Basile, en la misma transmisión, confesó que le dijo a Mascherano que no tienen que jugar con línea de tres. Esa es una de las claves. Dejar atrás ese capricho para no sufrir cachetazos inesperados como aquel en Krasnodar. Que llegó en el momento justo y el lugar indicado.

(*): @vitomundial



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