Pasaron cuatro días desde que Mirta Falco (81) y Oscar Luongo (80) fueron hallados asesinados en su casa del barrio Don Emilio y, si bien los investigadores recolectaron pruebas y realizaron una serie de allanamientos aún no hay detenidos ni sospechosos claros identificados.

El doble crimen ocurrió durante la tarde noche del lunes en una vivienda del barrio Don Emilio y, desde que los cuerpos de Falco y Loungo fueron hallados el fiscal Juan Pablo Lódola sostiene que la principal hipótesis es la de un robo que se cometió con una violencia extrema.

Con el correr del tiempo, los investigadores sumaron la hipótesis de que pudieron haber actuado dos delincuentes en el hecho, esto apoyado en las heridas de arma cortante que las víctimas tenían en su cuerpo y que fueron analizadas durante la autopsia.

El personal de Policía Científica recolectó evidencia en la escena del crimen y, según trascendió, tendrían material genético suficiente para someterlo a una serie de análisis e intentar identificar a los autores.

El fiscal Lódola, al ser consultado por LA CAPITAL, informó que el jueves se realizaron tres allanamientos en los que se buscaba principalmente las armas cometidas durante los asesinatos.

A pesar de los procedimientos, la policía no halló nada de interés para la investigación por las muertes de Falco y Loungo.

Sin embargo, durante el allanamiento realizado en una chatarrería de 238 y Vértiz, los efectivos encontraron cerca de 2 kilos de cocaína, que inmediatamente fue secuestrada y se inició una causa penal por ese descubrimiento.

El fiscal Lódola derivó la causa a la Fiscalía de Estupefacientes, a cargo de Leandro Favaro y Daniela Ledesma.

El matrimonio fue asesinado en la tarde noche del lunes dentro de su casa de calle Scarpatti al 1700. Los cuerpos estaban en el pequeño living comedor de la vivienda y en un cuarto los muebles habían sido revisados. Cajones quitados de su lugar, ropa sobre la cama y objetos tirados en el piso evidenciaron la maniobra de búsqueda. Pese a esto, la policía que inspeccionó la escena del crimen encontró dinero oculto en la casa que, naturalmente, escapó de esa revisión apurada de los asesinos.