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Opinión 21 de marzo de 2017

Urbanismo y Salud, un punto de vista

Por el doctor Jorge Laborda Molteni .Jefe de Gastroenterologia Hospital Privado de Comunidad

 

Las ciudades en la actualidad afrontan diferentes realidades, la mayor expectativa de vida, el envejecimiento y creciente vulnerabilidad de su población, la inestabilidad laboral, las desigualdades sociales y la degradación ambiental, aspectos éstos que impactarán en el futuro de las ciudades y necesitan de la búsqueda e implementación de prontas soluciones ajustadas a los tiempos y al nuevo conocimiento frente a las dinámicas urbanas.

Esta temática desafiante es de permanente interés, independientemente de los ámbitos sociales desde donde surja y objeto de múltiples debates que muestran una realidad distinta, la necesidad de un urbanismo con concepción eco-sistémica que incorpore conceptos de salud ambiental y desarrollo sostenible favoreciendo entornos sanos.

El presente no puede ser nuestro pasado, debe ser nuestro futuro y en urbanismo, la integración de la salud como objetivo es ineludible, donde se incluyan las perspectivas de género y generación, especialmente incorporando a los niños como claro objetivo en el proceso de planificación con un enfoque de interculturalidad global.

Una reflexión del reconocido arquitecto alemán Ludwig Mies Van Der Rohe ayuda a interpretar mejor estos conceptos : “La ciudad de nuestro tiempo aún no existe, pero la transformación del modo de vida exige su realización”.

Una ciudad es un laboratorio social por excelencia. Si bien sus características suelen permanecer estables con leves modificaciones, también sus cambios pueden ser vertiginosos alterando las percepciones de quienes la habitan y/o la visitan, una ciudad es algo complejo y dinámico, es el lugar por excelencia de convivencia y como tal, tiene un papel determinante en la salud de las personas.

Ciudades más amigables

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dedica de manera creciente al Urbanismo y la Vida Saludable mayores espacios de reflexión, análisis y campañas para mitigar los efectos de la inadecuada planificación de lo urbano, privilegiando la calidad de los espacios públicos orientando a las ciudades a ser más amigables e integradoras de su gente.

En momentos que se define un nuevo urbanismo, de incorporar no sólo objetivos ambientales y sociales sino también objetivos claramente vinculados a hacer posible una mejor salud comunitaria ofreciendo un papel creciente al desarrollo de iniciativas de la sociedad civil con fuerte compromiso de las administraciones locales, esta integración en la gestión cambiaría las prioridades en la forma de hacer ciudad, se recuperaría el protagonismo de las personas en el espacio público, favoreciendo el desarrollo de una conciencia colectiva por la diversidad y el medio ambiente.

La lectura de la realidad demográfica nos indica un aumento de la esperanza de vida. La vejez es el futuro, aunque algunos creen que esta frase resulta paradójica. La realidad señala que una parte cada vez más grande de la población mundial tiene más de 60 años, por lo tanto, diseñar políticas integrales para este sector resulta una cuestión clave.

En Argentina hay más personas de 70 años que menores de 10 años, ya es tiempo de potenciar estrategias visionarias e intergeneracionales, teniendo en cuenta, además, que el 60% de las personas mayores de 80 años tienen algún tipo de discapacidad para trasladarse. Facilitar su desplazamiento será uno de los objetivos prioritarios, sin pretender con ello cambiar sólo la estructura de las ciudades, también la forma de convivir con nuestros mayores y ayudarlos a envejecer con dignidad como bien sugiere el admirado catalán Joan Manuel Serrat en su iluminador tema “Llegar a viejo”, niños que llegaron más lejos sólo porque nacieron antes.

Nos ha costado siglos darnos cuenta que nuestro bienestar biológico, social y mental, la salud y la enfermedad no son meros accidentes en nuestra vida, corresponden a situaciones ecológicas, económicas y sociales que hacen parte del día a día, de los lugares que habitamos y que nosotros mismos creamos. No podemos darnos el lujo de estar quietos y distraídos frente a lo que se viene.
Urbanismo y salud son materias compatibles y complementarias.

A través de la mencionada planificación estratégica integral para un desarrollo sustentable de creciente responsabilidad social y cuidado del ambiente con estilos de vida saludables como entre otros impulsa Jan Gehl, reconocido arquitecto danés, un urbanismo científico, nuestro desafío marplatense.



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