CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Interés general 13 de mayo de 2025

Cinco expresiones argentinas que varían según el país

 

“Chamuyar” a alguien o tomar una “birra” son expresiones cotidianas en nuestro país. Sin embargo, los latinos creamos infinidad de variaciones de la lengua hispana. En el mundo, más de 540 millones de personas en 22 países hablan español, pero eso no impidió la creación de una jerga única para cada región.

El 15 de mayo se celebra el Día de la Latinidad. La fecha recuerda la firma del convenio constitutivo para crear la Unión Latina. Los latinos comparten el uso del español, pero cada país tiene sus propias expresiones que, en algunos casos, su significado no se puede deducir simplemente traduciendo sus palabras.

Un informe de la plataforma de idiomas Preply explica 25 modismos en español utilizados por los latinos y que requieren un plus en las habilidades lingüísticas. “El español no es homogéneo en todo el mundo; existen variaciones regionales en el vocabulario, la pronunciación y la gramática debido a la interacción con las culturas locales” explica Yolanda del Peso, experta en idiomas de Preply.

“Aprender idiomas no es sólo traducir palabras, también es un viaje a lo profundo de una cultura con sus imágenes, metáforas y modismos particulares. Estas diferencias no solo enriquecen la diversidad lingüística del español, sino que también reflejan la riqueza cultural de cada región”, añade del Peso.

Las palabras distintas pueden generar algunas confusiones, a veces divertidas y otras no tanto, cuando dos personas que hablan el mismo idioma pero viven en países distintos comienzan a interactuar. Incluso pueden existir diferencias entre una provincia y otra.

Por eso, parte del aprendizaje de un lenguaje es ejercitar la forma de hablar de cada país y estar más preparados con la diversidad de las palabras. En este caso, los hispanoamericanos somos especiales. A continuación, 5 expresiones que dicen lo mismo pero de forma ligeramente diferente.

Colectivo

En Argentina la palabra “colectivo” es sumamente común y damos por descontado que todos sabemos que estamos hablando de un transporte público. Proviene del latín collectivus, que significa reunido o recolectado. También usamos el término “bondi”, que en este caso tiene un origen brasileño, donde se usaba “bonde” para referirse al tranvía, con un origen previo en el costo del viaje expresado en un “bono” o “boleto”.

Sin embargo, no nos entenderían en varios países de la región. En Chile se lo conoce como “liebre”, en Colombia le dicen “guagua” y en Venezuela “buseta”. Por su parte, cuando los mexicanos dicen que pueden llegar a un lugar en “camión”, están diciendo que el transporte es un colectivo.

Cerveza

Luego de una jornada de trabajo, muchos argentinos se relajan tomando una “birra”, lo que bien conocemos como cerveza. Su procedencia viene del italiano aunque deformado del alemán Bier, una similitud que se comparte con el inglés (beer).

Pero en Chile y México no se dice de tal manera. Para consumir esta bebida alcohólica se habla de una “chela”. Su origen es más complejo y proviene de las lenguas mayas, donde la palabra “chel” se usaba para describir a personas rubias. Con el tiempo se asoció el término “chela” al color de la cerveza, y se popularizó como sinónimo. Por su parte, los colombianos van al bar para beber “pola” y los venezolanos piden una “catira” bien fría.

Chamuyar

Cuando un argentino quiere seducir a alguien se pone a “chamuyar”. La palabra fue incorporada al diccionario de la RAE en 1970 y la define como “palabrería que tiene el propósito de impresionar o convencer” y se encuentran en una variedad de tangos y de poemas. Su origen se remonta a fines del siglo XIX con la inmigración de gitanos españoles a la zona rioplatense.

Pero esta palabra 100% argentina no se utiliza en otros países. En Chile usan la expresión “pololear”, que viene de “pololo” y procede de la lengua mapuche “piulliu”, que significa mosca y metaforiza al novio alrededor de la novia, igual que la mosca a la fruta. En Colombia, por su parte, el chamuyo es “gallinacear” y proviene de “gallinazo”, que significa mujeriego. Con el sufijo -ear-, la expresión ya toma forma propia entre colombianos.

Pibe

Para nosotros, un “pibe” es un niño y proviene de la palabra del dialecto genovés italiano pive que significa “aprendiz” o “muchacho de los mandados”. En el interior argentino se menciona más la palabra “changuito” en referencia a un joven. El “pibe” es más oficial y se incorporó al Diccionario de la Real Academia Española en 1984 incluyendo también a Uruguay como área de uso. Pero los uruguayos suelen hablar más de “gurí”.

Si seguimos recorriendo el paisaje latino la expresión cambia mucho más. Para los venezolanos los niños son “carajitos”. En México hablan de “chamacos”, otra procedencia indígena maya referente al náhuatl “chamahuac”, que quiere decir «crecido» o «que crece». En Colombia se habla de “calatos” y en Chile se les dice a los niños “cabrito”, un significado coloquial similar a cabra, pero en diminutivo.

Pochoclos

Por último, los famosos “pochoclos” que nos acompañan cuando miramos una película, no es lo mismo en latinoamérica. Su etimología proviene de la unión de las palabras “pop” (del inglés “popcorn”) y “choclo” (maíz en español). En Colombia son “crispetas” en Colombia y su origen también está en el inglés pero en la palabra “crisps” (crujientes), con la adición del sufijo “etas”. En México se dice “palomitas” y proviene no de un idioma sino de su forma natural en que se revientan los granos de maíz al ser calentados. En todos los países hispanohablantes la conexión del idioma es transversal, sin embargo, sus regionalismos en las palabras hacen la diferencia cultural.