Irá a juicio el policía acusado del femicidio de su pareja Guadalupe Mena
El efectivo del Grupo de Apoyo Departamental (GAD), Fabián Vázquez (23) está imputado por "homicidio triplemente agravado por el vínculo, por ser cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género y por el uso de arma de fuego", delito que prevé la pena de prisión perpetua. De las mentiras para culpar a la víctima a las pruebas que confirman el crimen.
Gudalupe Mena.
—¿Sabés la cantidad de mujeres que mueren y matan por mí?
—¿Te pensás que yo no?
Palabras del acusado de femicidio en su declaración para inculpar a la víctima.
El policía, integrante del Grupo de Apoyo Departamental (GAD), Fabián Vázquez (23) irá a juicio acusado del femicidio de su pareja, la también integrante de la Policía Bonaerense Guadalupe Mena (19) luego de haber intentado desviar la investigación y presentar la escena del crimen como un accidente en el que la joven se habría disparado su arma reglamentaria mientras la limpiaba. Las pericias demostraron que la pistola utilizada fue la del femicida en un contexto de una relación tóxica y violenta.
En una investigación que inició la fiscal Constanza Mandagarán y finalizó el titular de la Fiscalía N° 5, Alejandro Pellegrinelli, Vázquez irá a juicio por el delito de “homicidio triplemente agravado por el vínculo, por ser cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género y por el uso de arma de fuego”, un delito que de comprobarse prevé la pena de prisión perpetua. El policía acusado se encuentra detenido desde el día del crimen, el 1° de enero de este año.
Tras cerrar la investigación, el fiscal Pellegrinelli solicitó a la Justicia de Garantías que el acusado de femicidio fuera a juicio. La juez Rosa Frende, tras analizar las pruebas contra Vázquez, dio lugar al planteo del fiscal y ordenó que el crimen por Mena se resolviera en un debate oral y público, que el imputado deberá decidir si es con jurados o con un tribunal técnico conformado por tres jueces.
Del accidente al femicidio
Guadalupe Mena tenía 19 años y llevaba 9 meses como policía, como integrante de la Patrulla Rural de Necochea, asignada en Mar del Plata como parte del Operativo Sol. Por su parte, Vázquez era cuatro años mayor que la víctima y no contaba con mucha más experiencias, se habían conocido como compañeros en la academia e integraba el Grupo de Apoyo Departamental (GAD).
Víctima y victimario se habían conocido en el Operativo Sol de enero del 2024 y desde ese momento empezaron a verse, pero habían formalizado una relación desde octubre, cuando Vázquez se separó de la que era su pareja desde hacía 6 años y con quien esperaba un hijo. La relación de Vázquez con Mena, según allegados, era al menos tóxica y era habitual ver a la mujer con moretones en el cuerpo, de los que ella decía que eran por “jugar de manos” con su novio.
La muerte de Mena ocurrió el 1 de enero cerca de las 20.30 tras recibir un disparo en la cabeza en el interior de la casa de la familia Vázquez, en Falucho al 8600. En el lugar estaba junto a su pareja.
Momentos antes, a las 20 Vázquez había ido a la casa de la madre de Mena para buscar un bolsa con la ropa de trabajo de ella. Entre los elementos estaba el arma desarmada de la policía. El policía se fue de ese lugar a las 20.12.
El escenario de un accidente fue planteado por el detenido Vázquez cuando declaró por primera vez. El policía primero llamó a su jefe del GAD para contarle y, tres minutos después, al 911. En esa oportunidad, dijo que su novia Mena hizo una broma de llevarse el arma reglamentaria a la cabeza mientras la limpiaba y que él se la intentó sacar. En ese forcejeo, según su versión, el arma se accionó y mató a la joven. “Yo mato y muero por vos”, contó Vázquez, en una de sus tantas versiones contradictorias, que le dijo Mena mientras manipulaba el arma reglamentaria de ella.
Según Vázquez, tras el disparo, colocó el arma en el piso y que luego su padre la puso en la Cama.
Los primeros policías al llegar al lugar encontraron que en la casa de Falucho al 8600 se encontraba Vázquez acompañado de su familia. En la habitación, a simple vista, se la veía a Mena y un charco de sangre. Sobre un colchón de dos plazas un arma de fuego, dos cargadores y municiones. “Me llamó la atención la tranquilidad de la pareja de la efectivo, que ni atinó a subirse a la ambulancia. Uno esperaría que la pareja, en ese contexto, estuviese desesperada”, declaró uno de los policías que fue al lugar y agregó: “Dijeron que estaba limpiando el arma y se le disparó, pero no había ningún elemento de limpieza en el lugar”.
Mena fue trasladada en ambulancia al Hospital Interzonal, donde falleció a cerca de las 22.30.
El contexto de violencia de género
Vázquez, en su declaración, aseguró que la relación que tenía con Guadalupe Mena no era violenta y que no existían conflictos en torno a su vínculo con su expareja embarazada. Lo que también es una mentira para el fiscal Pellegrinelli.
Del análisis del teléfono celular de la víctima se desprende la “innumerable” cantidad de discusiones en torno a la relación de Vázquez con su expareja, como también la existencia de episodios de violencia, los cuales quedaron retratados incluso en imágenes que la propia víctima se tomó con su teléfono personal.
Para los investigadores, del contenido de los mensajes intercambiados entre víctima y victimario a través de Whatsapp se desprende la existencia de una relación “conflictiva y nociva”, en la que abundan no solo los insultos y malos tratos, sino también los múltiples pedidos de reconocimiento efectuados por Mena a Vázquez. Además, la víctima le manifestaba en mensajes que no le gustaban los “juegos de manos” y que en más de una oportunidad se había excedido.
Según las charlas y las pruebas, Vázquez no solo era violento con su pareja, sino que también alardeaba de supuestos excesos que cometía mientras estaba al servicio, como integrante del Grupo de Apoyo Departamental (GAD). El 25 de diciembre de 2024 expresó: “Quiero contarte cómo cachetie a un pendejo hoy… Na, mentira lo acaricie nomas por decirme wacho…. Lo cagué a castañaso y le pisé todos los tobillos. Después me decía perdón oficial perdón jajaja…Y si pendejo atrevido mira que me va a decir wacho”.
La familia de Mena define la relación que la joven tenía con Vázquez como “tóxica” y destacan que siempre la veían con moretones en los brazos, aunque ella le restaba importancia.
Ante este escenario, el fiscal Pellegrinelli considera por probado que se trate de un contexto de violencia de género.
Pruebas que refutan mentiras
Vázquez mintió deliberadamente e intentó desviar la investigación. Esa es una de las primeras conclusiones a la que se puede llegar tras analizar las pruebas de la causa.
Si bien el acusado había dicho que Mena limpiaba el arma reglamentaria de ella cuando se disparó accidentalmente, las pericias demostraron que la bala que mató a la policía fue disparada del arma reglamentaria Vázquez y a una distancia mayor a los 40 centímetros.
Además, la pericia balística confirmó que el arma de Mena fue disparada: una vaina fue hallada en la escena de la muerte de la joven, pero no se encontraron marcas del accidente balístico, lo que llamó la atención a los investigadores desde un primer momento. Es decir, que la muerte de Mena fue causada por el arma de Vázquez, pero su propia arma también fue accionada, para los investigadores, esto se hizo para desviar la atención e intentar instalar el escenario de accidente.
Por otra parte, el resultado de la autopsia de Mena da detalles de cómo fue el trayecto de la bala que le impactó en la cabeza y la mató: “El proyectil fue de arriba hacia abajo, de derecha hacia izquierda y de atrás hacia adelante con una dirección de ingreso ligeramente oblicua al eje corporal”. Sin ningún tipo de valoración, en esta pericia científica se aclara que “el disparo de arma de fuego debe haber sido producido por una distancia de al menos 40 centímetros o contar con la existencia de un telón interpuesto”.
En base a las conclusiones de los peritos forenses y balísticos, el disparo que mató a Mena fue ejecutado desde la pistola reglamentaria de Vázquez; le impactó en la cabeza, de arriba hacia abajo y fue producido desde una distancia de al menos 40 centímetros. Esta descripción descarta que el disparo
haya podido ser realizado por la propia víctima.
Además, en la autopsia realizada a Mena se constataron diversas equimosis en el brazo izquierdo, en la tibia derecha y en otras partes del cuerpo de golpes que la joven sufrió días atrás de su muerte. .
Para el fiscal no existen dudas que el disparo fue realizado por Vázquez. Incluso, la pericia de dermotest recientemente incorporada da cuenta de restos de
deflagración de pólvora en mano izquierda tanto de la víctima como del victimario.
Tampoco hay dudas de que el policía mintió con la cantidad de disparos para plantar la idea de un accidente. Un proyectil, disparado del arma de Vázquez, fue hallado en el cuerpo de Mena y se descubrió un segundo disparo efectuado con el arma de Mena, cuya vaina servida fue “curiosamente” hallada a escasa distancia del cuerpo de la víctima, sin perjuicio de no haberse hallado el proyectil correspondiente. “Entiendo que éste ultimo disparo fue efectuado con el único fin de desviar la investigación, soslayando que fue el propio padre del imputado quien señaló la ubicación de la vaina servida”, expresó el fiscal.
—Dejate de joder, no juegues con la pistola.
—Quedate tranquilo, que no tiene nada.
Palabras del acusado de femicidio en su declaración para inculpar a la víctima.
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